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La Piedra de la India: una riqueza arqueológica en Teorama, Norte de Santander

El patrimonio arqueológico que habita a escondidas de la naturaleza, se transforma en la ruta para el desarrollo sostenible de la región.

Por: Anderson Salinas Boada. Radio Nacional de Colombia-Norte de Santander

A dos Kilómetros de la cabecera municipal de Teorama, Norte de Santander, a pie de montaña y a unos 600 metros del río Catatumbo, la Piedra de la India se vislumbra como potencia del turismo ambiental, histórico y científico; el lugar que guarda en sus caminos el valor cultural del arte rupestre en la región.

Sobre la vereda El Juncal a unos treinta minutos de la plaza principal “Carlos Julio Jácome”, se resguardan cerca de 2.300 años de historia. El patrimonio arqueológico que habita a escondidas de la espesa naturaleza, se transforma en la ruta para el desarrollo sostenible de la región.

Esta pantalla la constituye una roca de siete metros de alto, con once de largo, diez metros de ancho y “tiene un contenido, unos valores, unas figuras cosmogónicas, astronómicas, son petroglifos de pueblos muy antiguos que preservan nuestra identidad”, afirma el historiador de Norte de Santander, Silvano Pabón Villamizar.

“Estas fueron las primeras formas de comunicarse que desarrollaron quienes habitaron los pueblos de la provincia y que vivieron entre el año 300 a.C. y el año 200 d.C.; es la historia de todos nosotros”, añade quien recopila los testimonios de aquellos que transitan por la memoria del territorio catatumbero.

Por lo menos una hora sobre la cordillera, es lo que separa a Ocaña, capital de la provincia, con la casa de los pueblos Motilón-Barí, los primeros en proteger la historia de los ancestros. Un horizonte cultural para ser comprendido por aquellos que caminan entre las “flores de platanillo” que abundan en la zona.

“Su valor pasa de generación en generación y todos nos encargamos de que podamos conocerla, -la piedra de la india- nos identifica a otros municipios y nos permite impulsarnos”, explica con alegría Jesús coronel, habitante del municipio, mientras busca la melodía de la casa: la carranga.

Foto: cortesía de la casa de la cultura

A su vez, la casa de cultura “Emiliano Santiago Quintero” viene en desarrollo de un acompañamiento constante a los diversos lugares naturales. Una iniciativa que se direcciona como la clave para el turismo de la región, a la proyección de espacios como la quebrada de La Sangre o la cascada El Salto, que se convirtieron en lugares insignias.

“El cuidado y el respeto lo promovemos a diario con estrategias ambientales, pedagógicas y ciudadanas que consoliden la estación rupestre y demás paisajes mágicos que poseemos como geografía; el significado que tienen es inmenso para la historia teoramense”, agrega Jenny Sánchez, secretaria de Cultura de esta localidad.

Allí, específicamente en la finca “La Florida” se oculta una joya para el patrimonio arqueológico del país, “es la tradición que nos representa y debemos entregarla al conocimiento del exterior, hay muchos investigadores en el mundo en busca de representaciones como la que encontramos en Teorama”, explica Pabón Villamizar.

Las huestes del patrón de los lugareños -San Isidro Labrador-, es el asentamiento humano más antiguo de la región; y es la cuna de uno de los epicentros con mayor estimación cultural para la academia.

A la piedra de la India se puede llegar en mototaxi (el transporte usual para la zona rural); así mismo, el trayecto se puede emprender a pie o en bicicleta. Cualquier persona en el pueblo puede orientar la osadía, que requiere del respaldo que otorga el reconocimiento en el territorio.

“Aparte tenemos mucho por conocer: el río Catatumbo, las 14 vueltas para llegar al cerro de Santa Cruz, a nosotros nos reconocen como la tierra de la piña, aquí se hacen croquetas, vino, dulce, cocadas, las imperdibles tortas y todo a base de piña”, comenta Coronel, integrante de Los Rumberos: su agrupación musical.

Foto: archivo particular

Sin duda, son aportes culturales que tienen una perspectiva turística para proyectar al municipio como un lugar atractivo para el visitante. Una casa de puertas abiertas a todo aquel que quiera vivir y disfrutar de las reservas naturales y arqueológicas que ofrece Teorama.

“Aún afuera hay mucha gente que merece conocer lo que esconde esta tierra, el Catatumbo es ese lugar al que hay que cambiarle la cara con toda la riqueza que tiene. Colombia tendrá que estar en paz algún día, es un pueblo extraordinario con gente muy valiosa que merece otro futuro a razón de sus historias”, exponen las memorias de la tierra campesina que recorre el frío de sus calles.

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