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Jorge Artel: un poeta de resistencia y orgullo afrocolombiano

Jorge Artel es uno de los pioneros de la poesía afrocartagenera.
Ángel Batista

Los tambores en la noche, hablan.

¡Y es su voz una llamada

tan honda, tan fuerte y clara,

que parece como si fueran sonándonos en el alma!

La obra de Jorge Artel es un viaje de emociones que resume como pocos la experiencia, la resistencia y el orgullo de ser afrocolombiano. A través de las letras, Artel emprendería un viaje de autoconocimiento poético mediante la reflexión sobre el dolor de sus ancestros, el significado de la recientemente adquirida libertad por la población afro en Colombia y la importancia de conservar presente la memoria afro en nuestro país.

Nacido como Agapito Anastacio de Arco y Coneo en Cartagena en 1909, desde los 16 años le pediría a sus conocidos, familiares y amigos ser llamado Jorge Artel. Jorge por una preferencia personal y Artel, al ser la palabra letra leída al revés, como indicio de una vida dedicada a la poesía.

De hecho, unos pocos años después, luego de una corta estancia en Bogotá en donde estudiaría derecho, escribiría entre 1931 y 1934, Tambores en la noche, su primera obra y la que le traería mayor reconocimiento nacional e internacional.



Mientras los poetas de la época como Eduardo Carranza, Jorge Rojas, Guillermo Valencia o Juan Lozano y Lozano se enfrascaron en eruditas discusiones relativas a si se era más piedracielista o más parnacianista, Jorge Artel quiso reinvindicar la memoria afro que corría por su sangre y marcaba su piel.

“Su poesía no es vanguardista, ni modernista, pero crea un nuevo concepto y nuevos sonidos que rompen con los esquemas del momento. Él trae a la poesía el dolor de África, pero también trae la espiritualidad de la presencia negra en Colombia y esto lógicamente impacta muchísimo” dice Jorge Nazim Artel, uno de los hijos del poeta.

Como un homenaje a sus ancestros, los poemas en 'Tambores en la Noche' son un canto poético a la música, la danza, el mar, los puertos y las religiones africanas animistas que formaban parte de la identidad afrocolombiana en el caribe continental. Este ejercicio artístico, uno de los primeros de este tipo realizados en nuestro país, sería vital para que Artel exaltara lo valioso que dentro de sí encontraba del ser afro.

Tiempo después esta búsqueda poética vincularía el proyecto de Artel con importantes escritores afrocaribeños como el cubano Nicolás Guillén o puertorriqueño Luis Palés Matos en lo que sería conocido posteriormente por la crítica literaria como el negrismo.



Sin embargo, la poesía de Artel es particular. La búsqueda de 'Tambores en la Noche' no se trata de un recordar hechos inconexos con el presente. El poetizar el dolor de sus ancestros es pensar poéticamente que el dolor colectivo de la esclavitud, que se muestra como pasado común afrocolombiano, tiene la potencialidad de crear una comunidad en donde las reflexiones y pensamientos sobre la identidad negra no tienen que ser un proceso solitario.

“Nicolás Guillén en Cuba, Jorge Artel en Colombia y más adelante Manuel Zapata Olivella, Aquiles Escalante y muchas personas más fueron los encargados de abrir la trocha para que los movimientos afro pudieran transitar por ahí y decir aquí estamos presentes. Ellos son los fundadores y quienes abrieron el camino hacia Bogotá, hacia las demás ciudades colombianas y americanas para que se empezara a mirar al negro no como un sujeto de antropología sino como un ser humano con todo un vagaje espiritual y muchas cosas que decir” afirma Jorge Nazim Artel.

Después de escribir Tambores en la Noche, Artel que era un radical liberal gaitanista, sería encarcelado durante una semana en la base naval de Cartagena luego de protestar en Cartagena por el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán. Tras recibir amenazas, y al considerar que su seguridad estaba en peligro, Artel se exiliría del país, se volvería un poeta migrante y mientras recorría toda América Central, Sudamérica, el gran Caribe y los Estados Unidos, dictaría conferencias, recitales y hablaría sobre la situación de los afrodescendientes en América y cómo era necesario revisar los proyectos nacionales que los invisibilizaban.



“Jorge Artel no sólo es significativo por su obra poética. Artel es un hombre que desde muy joven se dedicó a defender la causa del negro en Colombia y posicionar a las negritudes dentro de un contexto en el que no fueran vistas como objeto de estudio sino como seres humanos con un vagaje cultural del que debíamos estar orgullosos. Entonces dedicó su vida a estudiar al negro en Colombia y defender la causa de la afrocolombianidad, eso lo hace un hombre universal y lo ubica en un sitial en el que para seguir adelante en cualquier aspecto de literatura y el arte del Caribe hay que consultar sus trabajos” dice Jorge Nazim Artel.

Sin duda, la obra de Jorge Artel puede ser leída hoy como el germen de la creación de una comunidad afrodiaspórica en Colombia y, especialmente hoy en el día de la afrocolombianidad, leer Tambores en la noche es aceptar esa invitación, que desde principios del siglo XX, hacía Artel a tener siempre presente el dolor de nuestros antepasados, a exaltar nuestra identidad y sentirnos orgullosos de ser un país con raices afrodescendientes.

 

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