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El yagé: una preparación ancestral en riesgo de convertirse en una práctica comercial

El Yagé ha tomado mucho valor en el mundo, ya que esta sustancia que se utiliza como forma de acercarse a lo divino.
El yagé: una preparación ancestral en riesgo de convertirse en una práctica comercial
Foto: Cortesía Tisoy Mujanajinsoy / María Camila González.
María Camila González Gómez

El yagé o ayahuasca es una preparación purgante del bejuco que lo usan en la medicina tradicional indígena los pueblos inga, Kamentsá, Kofán, Siona y Koreguaje del Putumayo colombiano, su acción es integral, física, mental y espiritual. 

Isidoro Tisoy Mujanajinsoy, un joven hombre de 36 años, quien desde muy pequeño toma medicina indígena, es taita (que se refiere a padre) de la comunidad Inga, concibe la toma de dicha bebida como “una experiencia catártica y liberadora que permite abrir la posibilidad para una vida consciente, donde se explora la mente y el alma, permite sumergirse en la profundidad del inconsciente para develar el origen de los bloqueos emocionales y poder superarlos”.

Representación del Yagé

El yage es el padre y madre de las comunidades indígenas que lo toman, es el pilar fundamental para sostener la comunidad, una base para sanar y para tomar las mejores decisiones, es el guía espiritual.

Son muchas las personas que toman esta bebida del nuevo renacer con fines espirituales y sanadores, Paola Andrea Chingal Granda, una habitante del alto Putumayo, cuenta que su idea fue ir por una limpia, para conectar con el mundo espiritual “la experiencia es dura, no a todos les da la misma reacción, hay unos que vomitan, otros solo van al baño, algunos quedan impedidos o les da sueño, a otros les toca la parte más íntima, la más dura, esos secretos guardados. Hay que ir con un propósito, consciente, con mucho amor, respeto, el yagesito abre muchas puertas espirituales, las mujeres no podemos ir con la lunita porque la energía no la pueden canalizar los taitas. A mí por ejemplo siempre me da vómito, es como sanando, sacando lo malo, lo triste, lo que me agobia, lo que no he sanado, me duelen las costillas de tanto vomitar, es una sensación muy bonita y liberadora, hay que tener mucha fuerza y voluntad para ir, es importante no ir en plan turístico si no sanador”.

isidoro

Adaptación comercial 

A través de este ritual sagrado de medicina, los taitas buscan dar un mensaje para que conozcan esa esencial del pueblo y poder fortalecer sus tradiciones y costumbres, sobre todo, con los extranjeros, que no se vea como un comercio, el taita recalca la importancia de tomar esta medicina con respeto y un guía para evitar lo que él denomina “malas experiencias”.

“Es una tristeza lo que nos está pasando en este tiempo, ahora se está viendo más intereses de comercio, por dinero y no por ayudar a las personas de verdad de corazón, es de gran responsabilidad para las comunidades indígenas , no por la economía, sino por el servicio a la comunidad, poder sanar y liberar”, comentó Tisoy Mujanajinsoy.

El comercio exterior de esta bebida medicinal para los pueblos indígenas pone en riesgo la verdadera esencia al convertirse en comercio, en un alucinógeno, una droga, cuando en realidad es un ritual de la comunidad, Isidoro, expresó su intranquilidad “es una preocupación que tenemos porque lo están sacando a otros países no como cultura sino como comercio”.

Jaime Solarte Jacanamejoy, quien vivió en el seno de la comunidad indígena, en el resguardo inga de Mocoa y quienes aún tienen practicantes de la medicina tradicional, comparte un poco sobre su compresión alrededor de esta ceremonia, “en aquella época había más respeto en cuanto al reconocimiento de los médicos tradicionales, los pacientes llegaban y acudían en respuesta a la salud ya que no había una respuesta desde occidente”.

Desde su formación como etnoeducador y filósofo, Solarte Jacanamejoy, resalta a su vez como Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, intenta su trabajo con sustancias similares, plantas medicinales familiares al Yagé, la intención de Freud era ayudar en cuanto al sufrimiento que padecemos como seres humanos, que hay síntomas instalados desde la niñez, la importancia de hacer un análisis profundo del inconsciente.

“Esas investigaciones de Freud tienen que ver mucho con el Yagé ya que lo que se busca es tener esa experiencia de la espiritualidad, lo más profundo del ser humano que desde la realidad física difícilmente se puede comprender, desde occidente se cataloga como un alucinógeno pero es una forma de sugestionar y lograr la curación”, menciona. 

El Yagé ha tomado mucho valor en el mundo, ya que esta sustancia que se utiliza como forma de acercarse a lo divino, “es una planta natural que no debe agregársele ese valor moral, desde el buen manejo puede ser muy útil para el ser humano”, agregó Jaime.

Consumo comercial 

El consumo de Yagé de manera comercial como alucinógeno y no como ritual ni bajo la cosmovisión de las comunidades indígenas, no brinda la sanación espiritual, corporal, ni la sanación de los abuelos, se convierte en diversión, que, según el encargado de este ritual, puede traer problemas porque el mundo solo lo va a ver como una droga alucinógena, y en realidad es una medicina de milenaria de los abuelos y gracias a ella han podido fortalecer la cultura, la identidad y cuidar el territorio

Hay organizaciones de médicos tradicionales quienes definen códigos de ética para el manejo y reconocimiento de quienes lo pueden hacer, pero en Colombia no está regulando, hay muchos que no están autorizados o incluso su experiencia es muy poca.

Las personas acuden a esta medicina porque obtienen respuesta, porque no hay contestación desde la medicina occidental, las personas encomiendan su vida y su salud a médicos tradicionales sin saber su experiencia y se convierte en algo peligroso porque puede llevar incluso a la muerte “es un tema de mucho peligro, para poder ejercer control sobre esto se tienen que emitir sanciones, haber un marco jurídico nacional para controlar los falsos médicos tradicionales que se mueven en el país y el mundo. No hay respuesta en este momento” comentó Jaime Solarte, etnoeducador y filósofo Jacanamejoy.

Preparación

Esta bebida medicinal tiene una preparación espiritual bastante importante, en primer lugar el guía, el taita, quien prepara el remedio, debe estar concentrado para transmitir la energía desde que empieza a cocinar, es un trabajo de bastante esfuerzo que inicia internándose en la selva , con el permiso de la madre tierra se hace un ritual a la planta del Yagé con tabaco, sahumerio y otras esencias, se pide permiso a la planta, esta planta tiene el espíritu de los abuelos, de la madre selva, de guacamayas, culebras y demás animales, Isidoro reitera que, el yagé, es el Dios de todas las plantas medicinales y en el momento de cortar hay que pedirle permiso a todos los espíritus.

Después de cortada, se carga y se lleva al sitio donde se va a trabajar, se raspa, se corta con un machete, hierve en una olla, para sacar 20 litros se gasta 10 días y durante esos 10 días el taita debe tomar medicina, pedirle a dios y a la planta, tener la capacidad de transmitir el entendimiento, buen vivir, ya que es una medicina para compartir en la comunidad para la comprensión, o si es para brindar a un paciente que sufre de problemas de drogas, problemas en el hogar, problemas de dolor, transmitir la sanción y liberación, deseando que pueda salir adelante, “en la energía de la cocinada, no hay que pensar en problemas de otros, porque el remedio se recorta, hay que tener energía y actitud bonita, a pesar de que al cargar leña se golpee, se corte, nada negativo, solo positivo, el remedio se carga de cosas bonitos, si está cocinando no puedes tener negatividad, ni pereza porque el remedio sale así, después al terminar de cocinar se hace un ritual en agradecimiento al bejuco, a dios, al lugar donde se cocinó y se transporta el remedio al espacio donde se va a compartir”, cuenta Mujanajinsoy

Tomas de remedio

Según el sanador, entre más se tome mucho mejor, dado que este remedio brinda energía y fortaleza espiritual al pueblo indígena, para los pacientes depende qué enfermedad tengan se les hace un tratamiento 3 veces, cada ocho, cada quince días o cada mes dependiendo del lugar del que haya viajado, todo inicia por la decisión de la persona si quiere seguir compartiendo, puede tomar cada 8, 4 días, entre más tome, más le enseña a vivir, “el remedio primero corrige, cura, sana y después le enseña a vivir, el remedio no solo se toma cuando uno está bien enfermo, sirve para prevenir muchas enfermedades, le enseña a vivir bonito, amor en la familia, comprensión en la sociedad”, afirmó el taita.

Este remedio se toma teniendo una petición especial, si no tiene enfermedad y quiere tener la experiencia de compartir hay que tener respeto, pedir a dios, a la medicina que le dé una bonita experiencia, si la persona tiene una enfermedad espiritual o corporal va a ir sanando dependiendo las peticiones que tenga donde se trasciende a otros espacios y escenarios que difícilmente se experimentan en la vida cotidiana y terrenal.

Aporte Cosmovisión

La toma de esta bebida medicinal y ancestral es una conexión con el espíritu, con dios, es el nuevo renacer, alivia las situaciones espirituales, sana, cuando la persona vomita va botando todo aquello negativo, se libera, cada uno habla sobre cómo se siente y agradece la sanación  

En los pueblos indígenas, la toma de este remedio no tiene edad, desde que la mujer queda en embarazo, si no es un embarazo de alto riesgo, lo puede tomar hasta los 7 meses de gestación y cuando nace el bebé entre los 7 y 8 meses se le empieza a dar, la dosis va gradualmente, a cada persona se le da dosis mínima, despacio para que tenga esa conexión con la medicina

La práctica de la medicina tradicional es toda una vida entera, un proceso que tiene inicio, pero no tiene fin, continuará incluso después de la muerte afirman los indígenas sanadores.

No recomendado

No se recomienda la toma de esta medicina para los enfermos mentales ya primero deben tener un tratamiento para ir sanando, porque no tendrían conciencia de lo que el remedio les muestra y se convierte en un peligro, la enfermedad puede empeorar, para las personas con problemas de adicciones deben pasar primero por un tratamiento, una purga, desintoxicación del cuerpo, y ahí se le da el Yagé, cuando se encuentran libres de toxinas, de drogas, ya que es peligroso el choque de la medicina con las drogas y se puede morir.

Cómo saber si se toma Yagé comercial o medicinal

Siempre hay que tratar de buscar recomendaciones, muchos propagandistas de la medicina yage ofrecen en la ciudades, ofertan “decían los abuelitos que los pacientes tienen que buscar los médicos, no los médicos a los enfermos, si están ofreciendo no hay garantía, el que quiera conocer que llegue a nuestros territorios, familias, que se dé cuenta de la charla, la sanación, desde dónde se está haciendo, ¿es desde el fondo del corazón, pensamiento y familia?,  el yagé transmite la sanación desde el ejemplo”, reitera Isidoro

La toma de esta medicina, en las ciudades tiene una cuota mínima de $60.000 COP (sesenta mil pesos colombianos), en los territorios es a voluntad, para las personas que no tienen el dinero, el mensaje es a vivir bien y llevar el mensaje claro a los demás.

Ceremonia tradicional indígena

Para la toma de la medicina, se recomienda, que la persona esté concentrada, deben llegar un poco antes del inicio, la ceremonia empieza a las 10 de la noche, el taita recibe a cada participante, charla y les explica sobre la medicina para que tengan confianza y tranquilidad, el ritual se realiza en ‘El Tambo’, un sitio donde se hacen las ceremonias de retiros, enfermedad espiritual, con música de sanación y medicina para que se dé esa conexión con el universo, los participantes serán aproximadamente unas 25 personas.

“Fue una experiencia muy hermosa, pero no lo haría nunca más porque tengo otra expectativa a nivel religioso y espiritual, él sabe en qué momento darte el mensaje de lo que necesitas, muchas personas que no sabían que tenían la habilidad de tocar algún instrumento lo descubrieron desde el Yagé, mi hermano hizo su tesis con experiencias del Yagé, pero hay mucha gente que se ha quedado, ha perdido su consciencia, es una experiencia única, es una planta mágica”, dice Yaneth Salas Rodríguez quien participó de una ceremonia de toma de Yagé.

Se hace el canto a la medicina y cada uno toma la copa de Yagé, se apagan las luces, solo quedan encendidas las velas, cada quien entra en su reacción, después viene el vómito, dependiendo el sentimiento lloran, ríen, los sabedores se encargan del ritual, el canto, la danza, la música, para que los participantes vayan conectando y sanando.

La medicina demora en hacer efecto entre una hora, media hora, o incluso dos horas, muchos por primera vez no sienten nada, los efectos duran toda la noche, si el encargado de la ceremonia ve que a alguna persona no le ha pasado el efecto al momento del cierre de la ceremonia se recorta el efecto para que las personas en la mañana regresen bien a casa.

“Dentro de las ceremonias se vive un reencuentro con el pasado, con la historia, con las etapas, la niñez, recordar esos momentos significativos de sufrimiento y felicidad para hacer un análisis y reorientar la vida, el pasado siempre está conectado con el presente y nuestras proyecciones”, contó Jaime Solarte Jacanamejoy, perteneciente al pueblo Inga.

Durante dicha ceremonia no se duerme, dado que es un retiro de enfermedades, de espíritus, hay muchos espíritus de maldades, magia negra, y si la persona se duerme corre el riesgo de que mientras el taita está sanando a una persona, y el mal no quiere salir va a querer entrar en otro cuerpo, se puede entrar en la persona dormida, la sanación es más difícil en un cuerpo que duerme.

Todos los participantes de la ceremonia están compartiendo la energía del bien y el mal, el médico no cortará la ceremonia dado que cada uno debe vivir la experiencia, el acompañamiento durante la noche y la madrugada consiste en charlar, orientar, explicar lo que sucede, Isidoro realiza las ceremonias con 10 seguidores quienes se encargan de acompañar al paciente al baño, con lo que necesite, con el sahumerio, lo llevan al fuego, lo abrigan, y están pendientes de las necesidades.

“Una persona grosera, patana con la familia, nosotros analizamos y el remedio lo corrige, lo dejamos quieto, que se revuelque, que llore, que grite, que uno debe respetar a la familia, a la comunidad, cuando no, ayudamos”. 

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