Pasar al contenido principal
CERRAR

Cerro del Ingrumá: turismo, historia y tradición en el noroccidente de Caldas

Una montaña de más de 2 mil metros de altura es la guardiana de las comunidades indígenas que habitan el municipio de Riosucio, Caldas.
Sitios turísticos en Caldas
Fotos: Ingrumá Experiencia & Aventura
Andrea Cardona

El Cerro Ingrumá es un sitio sagrado para las comunidades Umbra y Embera que viven en el resguardo Nuestra Señora Candelaria de la Montaña. A los pies del cerro se encuentra el municipio de Riosucio, Caldas, ubicado al occidente del departamento.

La montaña es, además, un referente de turismo para la región y un lugar natural a donde llegan apasionados por el deporte, el avistamiento de aves, la fotografía y el senderismo. También es un sitio ceremonial católico, pues en el camino de ascenso están las 14 estaciones del viacrucis, por eso los feligreses asisten durante Semana Santa a este lugar.

Julián David Mejía, indígena del resguardo Nuestra Señora Candelaria de la Montaña, asegura que este sitio fue un punto ceremonial para los ancestros que hacían encuentros religiosos en este territorio y, según algunos, guardaron sus tesoros en estas tierras.

Julián aprendió de sus ancestros que desde un lugar natural como el cerro Ingrumá, los jaibanás y médicos tradicionales pueden curar los territorios del resguardo cuando existen desarmonías, por eso aún existe la costumbre de visitar el Ingrumá como fuente sagrada.

“El cerro es para nosotros un gran guardián de nuestros territorios. Allí habitan los espíritus de nuestros ancestros y de la madre naturaleza. El nombre “Ingrumá” significa la roca más dura y alta en nuestra lengua”, explicó Julián.


También te puede interesar: Ocho datos que tal vez no conocías sobre el Peñón de Guatapé, Antioquia


Una de las historias que surgen de la montaña es la de Tunarpamá, conocido como el príncipe turzaga. Los habitantes de Riosucio aseguran que a él se debe la herencia musical del territorio. Las ferias y fiestas están demarcadas por la música y las chirimías, especialmente en el Carnaval de Riosucio, las fiestas del Guarapo y las fiestas patronales de la Virgen de la Candelaria, entre otras.

“Cuentan nuestros ancestros que Tunarpamá se adentraba en el cerro mientras interpretaba su flauta hasta llegar a la cima. En la medida en la que ascendía la comunidad lo veía hacerse gigante. Su flauta llenó por completo los rincones del territorio y nos dejó una habilidad para la música, por eso somos cuna de grandes artistas”, recordó Julián.

Para el historiador Álvaro Gartner Posada, el cerro es referencia de identidad, pues los viajeros reconocen el municipio por la imponencia de la montaña que se ve desde las carreteras más cercanas.

“Por el nombre de la montaña, Riosucio es conocido como la ‘Perla del Ingrumá’. Además, inspiró el nombre de las danzas del Ingrumá, un grupo folclórico que existe desde 1968. De allí han surgido historias, mitos y leyendas y hay locales comerciales y libros que llevan este nombre”, dijo el historiador.

Foto


Conoce aquí: La historia del cementerio laico en Circasia, Quindío


Un sitio de diversidad ambiental

Juan Carlos Barrera es uno de los riosuceños que visita el cerro con regularidad. Dice que es una ruta exigente por tener al menos unos 400 metros de inclinación. El recorrido caminando de los 1.6 kilómetros del cerro tarda unos 50 minutos y trotando 24. En el recorrido ha visto diversidad de especies de aves y reptiles.

“El ingreso al cerro está a tres cuadras del parque de San Sebastián. El mejor momento para ir es a primera hora. Es un lugar seguro, de bosque húmedo y desde su cima se tiene un paisaje natural. Es muy positivo tener un sistema estratégico ambiental tan cerca al casco urbano”, comentó Juan Carlos.

El cerro Ingrumá se suma a una serie de sitios naturales que hay en Riosucio como los Cerros Buenos Aires, Poolcas, El Gallo y Viringo en el resguardo Indígena de San Lorenzo. También los cerros Sinifaná, Lomagrande, El Gallo y Carbunco en el resguardo de Cañamomo Lomaprieta y el cerro Picará.

Artículos Player