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“Mi condena es un retroceso para la autonomía indígena” Feliciano Valencia

Feliciano Valencia ha apelado a las vías de hecho e interpuso un recurso de casación para que la Corte tenga reconocimiento de su caso.

En entrevista para Radio Nacional de Colombia, el líder indígena Feliciano Valencia, quien desde hace tres semanas se encuentra recluido en la Penitenciaría Nacional de San Isidro, en Popayán dijo que la condena que le fue impuesta no solo pone en riesgo su libertad sino también la de las comunidades indígenas del Cauca, que han luchado por su autonomía durante más de veinte años.

“Está en riesgo mi libertad pero en el fondo es la jurisdicción especial, la justicia indígena, la ancestralidad y la memoria de los pueblos la que está en tela de juicio. Esto sería un retroceso de lo que hemos avanzado en los últimos 24 años para tener reconocimiento en la sociedad colombiana”, dijo Valencia, quien es recordado por recibir el Premio Nacional de Paz en el 2000 al resistir de forma pacífica al conflicto armado.

Quince años después de obtener este reconocimiento, Feliciano Valencia Medina, quien es oriundo del resguardo de Canoas de Santander de Quilichao, en el Cauca, tiene que responder ante la justicia ordinaria por el delito de secuestro a un soldado del Ejército Nacional cuando era consejero de del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC.

Los hechos se remontan al año 2008 cuando el soldado Jairo Chaparral Santiago denunció que fue retenido por las autoridades indígenas en medio de una protesta y que además lo sometieron a malos tratos con 20 latigazos, razón que dio lugar a una condena a Valencia por parte del Tribunal Superior de Popayán de 192 meses de cárcel por secuestro simple y lesiones personales.

En defensa por su situación, Feliciano Valencia dijo que el delito del que se le acusa es una infamia. “Es una situación insólita, absurda e infame porque es un ejercicio de nuestra justicia indígena que ocurrió en hechos del 2008 cuando un soldado se infiltró en la minga que para ese entonces se estaba realizando debido a incumplimientos de acuerdos pactados con los gobiernos en la María, en Piendamó y la acción terminó siendo judicializada y vista como delictiva por parte de la justicia. De ahí que me condenen a 16 años de prisión, sólo porque la justicia indígena actuó sobre un soldado que puso en riesgo a la población que allí estaba concentrada”, aseguró con indignación.

De acuerdo con este líder indígena, la justicia en este caso operó con el debido proceso que aplicaron con la comunidad y que consiste en la retención por parte de la guardia indígena, la entrega a las autoridades, la investigación y la aplicación de un remedio que en los hechos fue de veinte fuetazos o “latigazos” para el soldado Chaparral Santiago.

Así opera la justicia indígena

De acuerdo con el líder indígena Feliciano Valencia se llevó a cabo un debido proceso en la jurisdicción en la que se presentaron los hechos, razón por la cual la condena que se le está imponiendo sería injusta porque su único papel en la comunidad era el de organizar a la Asamblea.

Diferente a la justicia ordinaria, en la justicia indígena la máxima autoridad es la Asamblea, seguida por 121 cabildos que son dirigidos por gobernantes y por último nueve consejeros por parte del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC. En ese orden de jerarquía fue que la justicia indígena operó para procesar al soldado Chaparral Santiago en estos hechos ocurridos en el año 2008.

“La guardia indígena ubica al soldado, lo detiene y lo entrega a los consejeros presentes que organizan una comisión para investigar el caso. Ubican una casa dentro del territorio indígena de La María en Piendamó en donde se investiga al soldado y se le determina la sanción. Al otro dia hacia las 2 pm se convoca a la comunidad que estaba concentrada, 14 mil o 15 mil personas en una cancha de fútbol, se le socializa , se piensa en el remedio que hay que hacerle al soldado y la asamblea aprueba el remedio (castigo) que se le va a aplicar , En este caso fueron nueve fuetazos (latigazos) por las desarmonía que generó en la comunidad”, explicó Valencia frente estos hechos por los que está siendo condenado.

Por ahora, con apoyo de la comunidad indígena y a la espera de apoyo de organizaciones internacionales, Feliciano Valencia ha apelado a las vías de hecho e interpuso un recurso de casación para que la Corte tenga reconocimiento de lo ocurrido.

“Que puedan devolverle la dignidad al pueblo indígena , resarcir los daños y entender que la justicia indígena actuó en tiempo modo y lugar por una situación que se presentó ahí en La María, Piendamó. "No nos extralimitamos ni violamos el debido proceso, ni los remedios (castigos) atentan contra la integridad del soldado Chaparral Santiago porque el fuete (latigazo) está legalmente reconocido por la ley colombiana por fallos y sentencias constitucionales, ya que eso configura un uso y una costumbre para los pueblos indígenas”, reiteró.

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