Pasar al contenido principal
CERRAR

Policarpa, entre la esperanza y la desilusión

Segunda parte de nuestro recorrido por las entrañas de una de las zonas veredales transitorias.

Por Ingrid García

La Cordillera Occidental, donde se encuentra enclavado el municipio de Policarpa, guarda las historias de lo que fue el paso de grupos guerrilleros y paramilitares por la zona: “Cuando había orden y las reglas se cumplían”, como lo recuerda Jesús Ramos, campesino de la zona y quien se desempeña como presidente de la Junta de acción comunal del corregimiento El Ejido:

“En ese tiempo operaba mucho las Farc y ellos nos cerraron estas vías en el año 2001. A las 6 de la tarde cerraban y el que no llegaba a esa hora pagaba una multa de 5 millones de pesos por primera vez, si lo cogían por segunda vez pasado el horario le quitaban el carro o lo quemaban, con ellos las leyes se tenían que cumplir”

Por muchos años los policarpenses vivieron el dolor, el sufrimiento y el miedo que generó el conflicto, pero nunca perdieron la esperanza de avizorar un cambio y aceptaron con optimismo el proceso de paz que irónicamente les devolvió a los miembros de la guerrilla, pero esta vez en un contexto diferente, así lo manifiesta Alexander Galindez, habitante de Policarpa.

“Uno ya no los mira como terroristas sino como alguien de la comunidad. He escuchado que ellos dicen que quieren la paz y poder estudiar, sacar la familia adelante, que ya no los miren como objetivo militar, sino como cualquier ciudadano”

Para los habitantes de Policarpa, la paz no solo implica la dejación de armas por parte de la guerrilla, también anhelan que su municipio pueda ser resarcido del abandono en el que se encuentra con vías en mal estado y presencia de cultivos ilícitos, según ellos no tienen otra alternativa de sustento y están cansados de las promesas incumplidas por parte del Gobierno nacional.

“Por aquí en Ejido nosotros no tenemos cultivos de coca, porque el gobierno nacional nos incluyó en un proyecto piloto de cacao, pero llevamos cuatro años y hasta el momento no hemos recibido nada, entonces nosotros decidimos irnos más adentro y sembrar coca sino entonces, ¿de qué vamos a sobrevivir o de dónde les vamos a dar estudio a nuestros hijos?”: Jesús Ramos, Presidente Junta de Acción Comunal El Ejido.

Policarpa, el municipio que siempre soñó con la paz, ahora la tiene en casa y la llaman zona veredal, la comunidad acogió con fraternidad a los pocos miembros de las Farc que hasta allí han llegado en el proceso de pre agrupamiento, pero siguen a la expectativa que las promesas de desarrollo que el gobierno nacional planteo para estos municipios se cumplan, pues no quieren ser recordados como el municipio de la paz pero, sumido en el atraso el abandono y los cultivos de coca.

Lea aquí la primera parte de esta crónica: Policarpa, un camino hacia la paz.

Escuche aquí la segunda parte de la crónica de Policarpa:

ETIQUETAS