UNIBAC, Semilla y fruto

Mucho tendríamos que decir y celebrar cuando de hablar de una ciudad convertida en escenario se trata. Sin lugar a dudas, la presencia de los músicos estudiantes de UNIBAC (Bellas Artes y Ciencias) de Cartagena es en muy buena parte responsable del éxito del evento con que culminan las celebraciones del jazz en Colombia.

El Festival, en sí mismo, no es un festival de jazz, pero si en alguna parte nos reconocemos con los géneros y estilos provenientes del Mississippi aquel de finales del siglo XIX, es precisamente en el trabajo de estos hombres y mujeres que a punta de talento, ganas y buena disposición, desgranan las notas de sus instrumentos a lo largo de las calles de la calurosa Mompox.

Mientras unos, con coloridos atuendos se sueltan en una versión perfecta de “All of me”, otros se visten del misticismo y la fuerza de las iglesias bautistas para entregar una colección coral acompañada de palmas, que por un momento hacen que los asistentes se devuelvan a los vapores del río del norte y a un Storyville coloreado por una esclavitud en la que lo único blanco fue siempre la sonrisa.

FatsO

Como si no fuera suficiente, los músicos de UNIBAC subieron al escenario del Festival para matizar los espacios entre grupo y grupo… conciertos de armónica, teclados, vientos y percusión completaron con jazz un festival heterogéneo de hip hop, rap, pop, música del Caribe, músicas del mundo y salsa.

Hay que decir que el jazz, como lo esperábamos, estuvo solo en la presencia de Pink Freud de Polonia, la banda bogotana FatsO y en la voz privilegiada de Victoria Castillo. Mientras tanto, UNIBAC le dio el sabor, entre otros a Tito Nieves y al invitado para el cierre, Andy Montañez… con esos músicos ¡no extrañamos nada! Bien por UNIBAC.
Victoria Castillo