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Los retos de San Andrés y Santa Catalina para hacer industria

A pesar de este panorama y el poco ingreso de pesca a la isla, los isleños continúan buscando alternativas para convertir el pescado en productos congelados.
Daniel Newball y Hanny Castro

Según la coordinación de formación agrícola y pesquera del Sena durante el año 2021 la reactivación de emprendimientos de productos pesqueros en San Andrés aumentó en un 55%. En la actualidad, al menos 20 familias en el archipiélago trabajan en la transformación del pescado a congelados que son distribuidos dentro del departamento. 

En medio de los esfuerzos que tanto las autoridades como los pescadores artesanales hacen por garantizar la seguridad alimentaria de la región, en San Andrés y Providencia, el clamor general es para que prevalezca la práctica ancestral de una actividad que si bien tiene un fin comercial y económico de facto, también atesora la riqueza de sus aguas; Es entonces su variedad pesquera un camino para la transformación alimenticia del producto.

Normas que restringen 

La pesca artesanal, como se le conoce a la realizada con anzuelo y herramientas manuales, es una actividad que se ha visto amenazada por la imposición de normativas que limitan las faenas de muchos pescadores, así lo indican voceros como Michael Pomare y Joseph Christopher de la Cooperativa de Pescadores de Sprat Bight, limitaciones ya sea por las regulaciones de las autoridades militares, la falta de asignación de permisos para operar, la estigmatización que ha relacionado a los pescadores con actividades ilegales, además de la falta de apoyo económico y la llegada de embarcaciones de pesca industrial, de esta última, un total de 10 autorizadas, de acuerdo a datos brindado por la Secretaría de Agricultura y Pesca de San Andrés, que en su mayoría exportan los productos de su faena por fuera del país.


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En la actualidad, de acuerdo a la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca son más de mil pescadores artesanales de las diferentes cooperativas y asociaciones (780 en San Andrés y 310 con registro en Providencia y Santa Catalina) que igualmente han sentido los estragos tras la decisión tomada por la Corte de la Haya en 2012 cuando limitó a Colombia de continuar las actividades pesqueras en el área marítima donde se explotaba el 90% de la producción anual de pesca blanca y langosta espinosa.

Albóndigas de Pescado
Fish Ball: albóndigas hechas de forma artesanal donde se hierve se deshuesa y se desmenuza el pescado

 El sueño continúa 

A pesar de este panorama y el poco ingreso de pesca a la isla, los isleños continúan buscando alternativas para convertir el pescado en productos congelados. Sobre el tema, Sylvanus Henry, coordinador del programa de formación agrícola y pesquera virtual del Servicio Nacional de Aprendizaje Sena, cuenta sobre las experiencias del pasado que por falta de apoyo en el tiempo debieron abandonarse.

“En el proyecto Construimos Futuro, la cual desarrollamos en el Sena, estuvimos trabajando con un grupo de emprendedores proyectos muy interesantes donde producimos embutidos de pescado, chicharrón de pescado, de hecho, fue el único chicharrón de pescado que se ha hecho en el país.

“El problema surgió cuando no hubo apoyo, sentimos que no hubo voluntad para poder continuar y desarrollar una industria y por eso el proyecto no pudo seguir”, afirmó Henry.

Sin embargo en la actualidad existen emprendimientos como los de Ana Julia Hernández Hawkins, una joven isleña de 33 años de edad quien anterior a la pandemia trabajo en la transformación del ají isleño (basket pepper) y durante la misma, a raíz de los cambios en el mercado, el cierre de establecimientos y restaurantes y la demanda existente por parte de la comunidad isleña, desde su vivienda ubicada en el sector de Sarie Bay empezó a preparar albóndigas de pescado que vendía por medio de domicilios. 

Pero también y aun, en las temporadas en que hay materia prima, Ana Julia transforma el pescado en ´Fish ball´: albóndigas hechas de forma artesanal donde se hierve se deshuesa y se desmenuza el pescado para luego sazonarlo con aliños como pimentón rojo, basket pepper, cebolla y otros para luego ser presentado en bolitas que se pueden congelar para posteriormente freír o guisar. 


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Las deliciosas fish ball aparte de estar en el menú de fin de semana de algunos pocos restaurantes, se comercializan con mayor facilidad en los famosos fair tables alrededor de la isla; esta es una de las únicas maneras cómo las podemos encontrar ya que como lo afirma Ana Julia debido a la falta de continuación en disponibilidad de la materia prima, además de los tediosos y complicados procesos para obtener los registros sanitarios, no ha sido posible llevarlo a supermercados ni a grandes plataformas de venta.

Así entonces, tanto los pescadores artesanales de las islas, como los dueños de emprendimientos que se dedican a transformar dicha materia prima en congelados, solicitan apoyo oportuno y permanente, comprensión por parte de las autoridades e incentivos que permitan el crecimiento y la producción de congelados, como una apuesta por mejorar la calidad de vida de los pescadores del archipiélago, una apuesta por comercializar su producto a nivel nacional y por qué no, internacional.

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