Pasar al contenido principal
CERRAR

Falleció el músico sanandresano Marcos Newball

Uno de los más importantes arreglistas de bandas de vientos en el país, deja un legado de tradición en la música de la isla.

A sus 75 años y luego de soportar largos quebrantos de salud, el pasado lunes 4 de marzo falleció el músico isleño Marcos Newball Abrahams, uno de los más importantes arreglistas para banda sinfónica en el país, quien prestara sus servicios como director, intérprete y compositor para ese formato en su región.

Nacido el 2 de septiembre de 1943 en la isla de San Andrés, hijo de panameña intérprete de piano y de providenciano violinista y director de banda, desde su más temprana edad estuvo expuesto a todas las manifestaciones culturales, de lo que dan cuenta su media hermana, la escritora Hazel Robinson, y su hermano menor, Willy, director musical de La Onda Tres de Jimmy Salcedo.

Tanto él como sus otros tres hermanos varones hicieron parte de la Banda Intendencial, donde empezó a ejecutar el trombón. De adolescente fue enviado al seminario en Cartagena, luego terminaría su bachillerato en San Gil, Santander, y fue inscrito después al conservatorio en Medellín, donde ratificó su amor por la música andina colombiana, para posteriormente perfeccionar sus estudios con media beca del Florida Institute of Music en Miami. Algunos años después se convirtió en director de orquesta sinfónica en Costa Rica.

Newball recordaba nunca haber interpretado música caribeña hasta una tarde, de regreso a San Andrés, cuando lo fue a buscar a la casa un desesperado director de grupo que se había quedado sin pianista de un momento a otro. Aquel no era otro sino el músico platense Antonio María Peñaloza, compositor de “Te olvidé” y pionero del jazz en el país. Con él aprendió a interpretar otros géneros diferentes a los clásicos y andinos colombianos, algo que aprovechó para fundar su Orquesta Panamericana en Panamá y para colaborar con muchos otros artistas como Pacho Galán y Billo Frómeta, director de la Billo’s Caracas Boys. Como mentor de jóvenes músicos, fue maestro de trombón de los hermanos Alberto y Adolfo Barros -hijos del compositor José Barros-, así como de otros alumnos en Barranquilla.

En 1972 Marcos Newball regresó a San Andrés para no volverse a ir. Allí siguió tocando su piano en conjuntos populares de diferentes establecimientos y hoteles, pudo dar rienda suelta a su afición de navegante y empezó a involucrarse en los arreglos para banda sinfónica.

Al lado de músicos como Lucho O’Neill, Ceciliano “Chino” Bernard, Douglas Fortune y César Castro fundó una orquesta llamada El Clan Revelación, que tocó en la caseta Cañón de Morgan por tres años. Algunos de ellos le ayudaron a fundar de nuevo, después de varios años de inactividad, la Banda Intendencial de San Andrés en 1982. Todo empezó tras su arreglo en calypso del Himno Nacional, que sorprendió a tres presidentes, desde Turbay hasta Barco. Luego llegaron más arreglos para la Banda Intendencial y la Banda Juvenil de San Andrés, con los cuales ganaron cinco veces el Festival de Bandas de Paipa. Newball se negó a seguir ganando ese palmarés, y en 1987 fue llamado de nuevo a participar con la banda, pero no como concursante sino como invitado de honor.

Entre las más de 100 condecoraciones a las que accedió Marcos Newball se encuentran la Medalla Francisco A. Newball en 1998, la Medalla Bill & Mary en 2007 y la Cruz de Boyacá en 2013. En 2009 hizo parte de la selección de los 32 músicos más importantes de Colombia, uno por departamento, realizada por el Ministerio de Cultura. En ese entonces volvía a terrenos del bambuco y el pasillo en un grupo llamado Motu Proprio.

Desde hace unos años, Newball sufría de problemas de la vista, y su salud se fue deteriorando paulatinamente hasta su fallecimiento. El miércoles pasado, en el marco de un intercambio cultural interdepartamental, la Banda Sinfónica de Rionegro y la Banda Sinfónica Estudiantil de Cabeceras rindieron homenaje al arreglista mayor de San Andrés interpretando algunas de sus adaptaciones.

ETIQUETAS