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Don Alfonso Montaño, un boyacense que se siente feliz de vivir en el Amazonas

No tiene más de 50 años, es delgado, de 1.70 centímetros de estatura; tez blanca, viste pantalón y camisa, además de unas botas pantaneras. Luce su bigote y para esquivar los rayos del sol, lleva puesta una gorra, así es don Alfonso Montaño, un boyacense quien hace más de 20 años vino a parar por la Amazonía atraído por la producción de la coca.

No tiene más de 50 años, es delgado, de 1.70 centímetros de estatura; tez blanca, viste pantalón y camisa, además de unas botas pantaneras. Luce su bigote y para esquivar los rayos del sol, lleva puesta una gorra, así es don Alfonso Montaño, un boyacense quien hace más de 20 años vino a parar por la Amazonía atraído por la producción de la coca.

Así es Puerto Tarqui. Aquí vive don Alfonso Montaño con su esposa Diana Gueti. Foto: Mauricio Orjuela.

Don Alfonso, como le dicen aquí en Puerto Tarqui (Amazonas), nació y se crio en el municipio de Otanche, ubicado en la provincia del occidente en el departamento de Boyacá; y llegó para quedarse, ya que conoció a Diana Güeti con quien se casó e inició una nueva vida. Hoy en día son padres de 6 hijos, todos ubicados entre Bogotá y Boyacá.

Doña Diana abraza a su esposo, don Alfonso Montaño en Puerto Tarqui. Foto: Mauricio Orjuela.

“De Boyacá hay veces que extraño por ahí, la comidita boyacense, el plato boyacense como dicen, sí pero bueno, por aquí también hay mucho que hacerle hay mucha comida, muy buena, es bueno y Boyacá nací me crie, de joven de me vine por acá. Duré veintipunta de años que yo no iba a Boyacá. Y hace cuanto que no juega el turmequé? Eso ya hace siglos, ya se me olvidó eso”, asegura don Alfonso.

La señora Diana también manifiesta su felicidad de estar al lado de su esposo, quien además de colaborar con las funciones del hogar también trabaja en la chagra en cultivos lícitos como los frutales, el plátano y la yuca. Hoy aprovecharon para presentarse a la atención en salud que se practica en el bongo hospital.

Me siento feliz con mi esposo porque es muy trabajador: Diana Güeti. Foto: Mauricio Orjuela.

“Pues excelente, porque los boyacenses son trabajadores y trabajan, y gracias a DIOS con mi esposo muy bien, mis hijos todos aunque pobremente pero los saqué adelante. Uno terminaron, unos no, uno prestó servicio, sirvió al Gobierno y está ahora en San Pablo de Borbón en la finca, está con los tres hermanos”, señaló doña Diana.

Puerto Tarqui, Amazonas, se ubica a 350 kilómetros de distancia contados desde Puerto Leguízamo en el Putumayo; son aproximadamente unas 50 personas las que habitan en este corregimiento que tiene un tamaño de 3 hectáreas. La población en su mayoría pertenece a la etnia Múrui.

No tenemos maloca y nuestras tradiciones se van perdiendo: Líder Múrui

En la comunidad de San Agustín que habita en Puerto Tarqui, se encuentra Sebastián Güeti, quien asegura pertenecer a la etnia Múrui, quienes se reúnen en malocas para concertar las determinaciones más importantes para su pueblo, pero aquí la maloca se derrumbó y no ha habido recursos económicos para reconstruirla y recuperar sus tradiciones al interior de la misma.

Nos hace falta la maloca para no perder nuestras tradiciones, ritos y danzas: Sebastián Gueti. Foto: Mauricio Orjuela.

“Aquí teníamos la maloca, pero no hubo quien lo cogiera, simplemente porque ya a nadie le interesa la maloca, ya nadie habla la lengua de nosotros, es difícil, las canciones se han perdido, las oraciones, la música, todo eso se ha perdido, pero de pronto si hay alguien que se interese en nosotros, podemos hacer ese estudio otra vez y podemos formarlo otra vez”, señaló Gueti.

El líder de los Múrui, también señaló que desde hace un poco más de 5 años sus descendientes abandonaron poco a poco la idea de conservar sus tradiciones culturales y sus creencias, como aquella que dice de la historia propia del nacimiento de su etnia.

Don Sebastián recibió atención médica, le recetaron medina y ya sale para su rancho de madera que está a unos 500 metros del bongo hospital. Foto: Mauricio Orjuela.

“Ya los niños no recuerdan, hace tiempo que bailábamos y cuando se cayó la maloca ya no era lo mismo. Hay que sostener la maloca: hay que tener ambil, la coca, la yuca, tener buena amistad con la gente para hacerlo llegar a la maloca y cuando no hay un buen ambiente, nadie llega y eso se acabó”, indicó el líder Múrui.

Don Sebastián, como muchos otros integrantes de esta etnia, se muestra en desacuerdo con la relación que se hace de los Múrui con los Huitoto, ya que éstos últimos eran una etnia agresiva y habitaban al interior de la selva.

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