En San Rafael solo queda el recuerdo de los animales extintos

Atendiendo una invitación por parte del gobernador de la etnia Múrui de San Rafael (Amazonas), Benedicto Ortiz, abordamos el Zodiak, un pequeño bote que lleva consigo el buque ARC Eddic Reyes y zarpamos rumbo a la chagra que tiene esta comunidad ubicada a unos 3 kilómetros río abajo. La misión de hoy es recolectar hojas de diferentes plantas para llevar hasta la maloca y allí elaborar las pinturas para el baile que hará esta etnia como agradecimiento.

Hoy es viernes 9 de junio de 2017 y ya es el día 22 de nuestra travesía por el Amazonas. Mañana sábado se realizará esta muestra de sus tradiciones y de sus bailes ante los integrantes de la Armada y demás invitados. En nuestro recorrido, ingresamos por uno de los brazos que tiene el río Caraparaná y tras caminar unos 300 metros en la selva, llegamos a la chagra.

“La boruga es de lo que más se consume y lo que se está extinguiendo más que todo; pero las guaras, que es otra especie que existe con los sembríos que hacemos, es un animal muy inteligente y su procreación es muy abundante. Por su parte, la danta es una vez al año. Por aquí ya no aparecen los churucos, es lo más comestible y ahora mantienen su distancia; otro tipo de mico es el volador al que le decimos ‘maicero’. No sé cómo lo llaman, es la misma especie, hay otros pequeños, pero ya no son comestibles, ellos abundan”, aseguró el gobernador.

Esa es la preocupación que tiene el gobernador, que por cuenta de la caza para subsistir se están eliminando las especies y ya más adelante, las nuevas generaciones no podrán conocerlas. En medio de la expedición, un gavilán pollero nos acompaña, su canto es constante como si le estuviera avisando al resto de la naturaleza sobre nuestra presencia aquí.

“Esos son gavilanes pequeños, polleros. Vea, ahí viene ese, se come a los pollitos, andan en pareja pero hoy está solo, lo que pasa es que cuando hace mucho calor él se sube y desde por allá se lanza y cuando sube así cae. Cuando ya llueve vuelve a recuperarse”, señaló don Benedicto.

Las plantas se machucan o se ponen en el molino para que su esencia y su color se mezclen junto con otras especias para dar un buen tono y color. Además, son colorantes naturales que quedarán estampadas en la piel por lo menos por 8 días. Mientras permanecemos en la chagra, el gobernador se sube a uno de los árboles frutales para ofrecernos el cascotillo que es una fruta endémica de la región.

“Nos pegamos la caminata, recogimos lo necesario, los insumos necesarios para preparar la pintura que ahí tenemos, y nos queda faltando la otra parte que mi mamá lo va a conseguir. A nosotros nos falta solamente conseguir los materiales para los trajes, eso ya nos toca ir a nosotros solos, pero ya lo que nos comprometimos, ya tenemos los insumos para la pintura”, resumió el gobernador en sus palabras acerca de la jornada.

Llevo 7 meses de navegación y no sé cuándo volveré a mi casa en Puerto Asís: Isaac Pinzón

Años, experiencia, anécdotas y kilómetros de ríos navegados en la Amazonía serían las palabras y conceptos que podrían describir a don Isaac Pinzón Gómez, uno de los llamados remeseros de la región, quien a bordo de su barco construido en madera lleva los productos que requieren los habitantes de la zona. Hoy se encuentra atracado aquí en San Rafael a donde llegó después de 7 meses de navegación.

Zarpó con su barco repleto de mercancías el pasado mes de noviembre y ya ha atracado en por lo menos 15 poblaciones que habitan no sólo a orillas del río Putumayo, sino en otros afluentes. Siempre a donde llega hace amigos y abre las puertas de su súper almacén flotante para que propios y extraños encuentren allí lo que necesitan.

“Yo vengo desde Puerto Asís (Putumayo), y en este recorrido me vine en noviembre, o sea que a la fecha actual llevo 7 meses; hay recorridos que duro un año, 9 meses, 11 meses, como otros los hago en tres meses, eso depende del flujo. Navego varios ríos como es: el río Guepí, el río Putumayo, luego llego acá al río Igara Paraná, al Caraparaná y llego al Cotuhé, al Álamo, hasta Tarapacá”, aseguró el comerciante.

San Rafael, El Encanto, Marandúa, Puerto Arica y otras poblaciones del Amazonas y del Putumayo son visitadas por largas temporadas por el 1, así se llama esta embarcación donde no sólo se hace comercio, sino también se presta un servicio especial como es el de mensajería entre comunidades.

“Siempre nos llaman de los centros de salud: ‘mire don Isaac, tenemos unas balas de oxígeno, échenosla’, o ‘mire que mi hija tiene unos documentos y está en la comunidad de cordillera’; entonces nos nombran la comunidad y nos dicen que les llevemos tal producto, nos dicen que les llevemos una motosierra, un congelador, una nevera o tengo un problema con mucha serpiente, -‘tráigame antiofídico’; uno busca la manera de cómo ser una solución a ese pequeño problema”, indicó don Isaac.

Siempre, dependiendo del flujo de dinero, allá estará don Isaac quien junto con su esposa, abrirán las puertas de su barco para vender desde un alfiler pasando por puntillas, machetes, martillos, herramientas en general, ropa, zapatos, alcancías, helados, gaseosas, galletas, anillos, pulseras, relojes, brújulas y hasta motores fuera de borda.