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Pacho Bedoya y Manuel J. Bernal: leyendas musicales de La Ceja

Este sábado 24, a las 6:00 p.m., en nuestro programa Los Vinilos, escucharemos material discográfico del dueto Espinosa y Bedoya.

Por Jaime Andrés Monsalve B.

Diferentes vertientes musicales caracterizaron la vida artística de Francisco Antonio Bedoya Ríos y Manuel José Bernal González. Los unió, eso sí, el profundo amor que mantuvieron por la música nacional (especialmente por la del interior), su vigencia sonora por varias décadas y sobre todo, el haber compartido lugar de natalicio: el bello poblado antioqueño de La Ceja del Tambo.

El primero, cantante y guitarrista, se hacía llamar Pacho. El segundo, pianista y compositor, fue conocido como “Manueljota”. Ambos salieron a temprana edad de su lugar de origen, pero también, con su música, ayudaron a poner a La Ceja en el mapa mental de los colombianos.

Francisco “Pacho” Bedoya nació en noviembre de 1915, y su adolescencia la pasó estudiando en Medellín. Luego de alternar con otros cantores, en 1945 se unió musicalmente a Eladio Espinosa, comenzando así la historia musical de Espinosa y Bedoya, uno de los duetos más afamados de aquellos de cuantos nacieron en tierras antioqueñas como Obdulio y Julián, el Dueto de Antaño, Posada y Calle, Gómez y Villegas, Ríos y Macías, entre otros.

En varios momentos de su carrera, los integrantes del dueto tomaron caminos separados para realizar proyectos personales, como ocurrió con Espinosa cuando viajó a Bogotá para cantar con José Macías, o con Bedoya cuando se unió en lo artístico al cantante Nano Molina para grabaciones con el sello Silver en la década del 50, y con la cantante argentina Mery Alister. Aún así, trabajaron en 13 producciones discográficas, hicieron giras por Nueva York, Miami y por ciudades de Venezuela, Perú y Ecuador, hasta el año 1985. Francisco “Pacho” Bedoya falleció en Medellín, en octubre de 2004, a punto de cumplir 89 años.

Cejeño como él, pero nacido en 1924, Manuel J. Bernal aprendió desde pequeño los secretos del órgano de la mano de uno de sus grandes ejecutantes, su propio padre, el maestro Samuel Bernal. Pese a que a los 17 años ya era el organista oficial de la iglesia del pueblo de Abejorral, decidió irse a residir a Bogotá, donde tomó clases con el maestro italiano Egistio Giovanetti, y en 1946 se radicó en Medellín para tocar el piano en la orquesta del célebre maestro español José María Tena en la emisora La Voz de Antioquia, y para acompañar al barítono Carlos Julio Ramírez, en el pináculo de su popularidad. Eventualmente terminaría reemplazando al veterano maestro Tena en la dirección orquestal.

En la década del 50, con el apoyo de Lucho Bermúdez quien en ese momento dirigía el sello discográfico Silver, Bernal grabó varios trabajos discográficos de música andina colombiana. Algunos de ellos casi que podrían denominarse experimentales, como el disco de 10 pulgadas “Música inmortal de Luis A. Calvo”, en el que grabó varios de los temas célebres del compositor santandereano en órgano de iglesia, acompañado únicamente con la guitarra eléctrica de Lito Paniagua. Más famoso que ese disco en particular fue otro trabajo para Silver, “Recuerdos de Colombia”, en el que toca al piano algunas de las más famosas versiones que existen de “Brisas del Pamplonita”, “Guabina chiquinquireña” y “Cuatro preguntas”. Con el sello Codiscos pudo irrumpir en la interpretación de la música clásica para órgano, en discos como “Recuerdo nupcial”, que incluye obras de Beethoven, Schubert, Massenet y Dvorak, entre otros.

Llegada la década del 70, Bernal regresó a Bogotá para ocupar diferentes trabajos en radio -en la emisora Nueva Mundo-, y en televisión, como director musical del programa Noches de Gala. Así mismo, el sello Philips lo convirtió en director artístico no sólo de la disquera, sino también de su célebre concurso Orquídea de Plata. Al amparo de Philips experimentó en la música tropical con su serie de tres trabajos “Sucesos bailables” y pudo grabar composiciones académicas como su Misa Colombiana, para órgano, coros y cuarteto. Hacia mediados de la década de los 80, Manuel J. Bernal decide retirarse para dedicarse a supervisar sus negocios personales en Bogotá y a pasar más tiempo con su familia. Justamente murió en la capital de la república, en mayo de 2004.

Pacho Bedoya y Manuel J. Bernal son dos grandes representantes de nuestros sonidos, nacidos en La Ceja, Antioquia, donde Radio Nacional de Colombia lleva a cabo este sábado 8 de diciembre su ya tradicional Noche Radio Nacional. Es por ello que este sábado 24, a las 6:00 p.m., en nuestro programa Los Vinilos, escucharemos material discográfico del dueto Espinosa y Bedoya, en recuerdo del gran Pacho; y una selección de interpretaciones andinas y tropicales que hiciera Manuel J. Bernal en sus discos para Silver y Philips. Un especial imperdible con dos de los más monumentales músicos de cuantos han nacido para el mundo en La Ceja del Tambo.

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