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Artistas y voces de la radio recuerdan cómo eran ‘aquellos diciembres’

Aquellos Diciembres que nunca volverán” como dice la canción, son imposibles de olvidar y despierta la nostalgia por los tiempos idos.

Por: Deysa Rayo

Para muchos está época navideña despierta la nostalgia por los tiempos idos. Recordar estas fechas cuando los niños éramos nosotros, cuando la imagen del niño Dios era una aparición casi milagrosa y le enviábamos cartas con un listado interminable de juguetes que esperábamos con ansias en cada noche buena. Cuando la mamá y las tías preparaban en la cocina las mejores recetas, cuando los aguinaldos formaban parte de nuestros juegos de niños, cuando el cielo se llenaba de luces y hasta el aire tenía un olor especial.

“Aquellos Diciembres que nunca volverán” como dice la canción, son imposibles de olvidar porque forman parte de lo que somos, por eso hoy los recordamos de la mano de artistas y reconocidas voces de la radio que guardan en ese baúl de la memoria el tesoro de sus recuerdos navideños.

Para Alfredo Gutiérrez, ‘El rebelde del Acordeón’ estos recuerdos se remontan a su pueblo Sabanas de Beltrán Paloquemao en Sucre.

“Como éramos muy pobres a veces no teníamos ni con que comer, pero la música de navidad nos alimentaba, la música de Abel Antonio Villa, Luis Enrique Martínez, Guillermo Buitrago y posteriormente la música de Calixto Ochoa”.

Alfredo recuerda además que su padre tocaba el acordeón, por eso en cada diciembre pedía un acordeoncito y una bicicleta que nunca llegaron. “En ese entonces yo cogía el acordeón de mi papá a escondidas y gracias a eso aprendí a tocar, podría decirse que yo aprendí a tocar el acordeón en navidad, por eso la navidad para mi es tan grande”.

Los sabores y olores de la comida de su mamá en la época navideña también forman parte del recuerdo familiar.

“Mi mamá era la mujer más complaciente y alegre, me hacia mi arroz con frijol cabecita negra y sancochito de gallina, esa gallina criolla que le decíamos el pescuezo pelao; además ella era bailarina de cumbia, bailaba en los velorios cantados y, precisamente en uno de esos velorios, se conoció con mi papá”, concluye Alfredo.

Por su parte, para la cantautora Saavedra su mejor recuerdo está enclavado en su pueblo Ginebra, Valle, donde en la navidad era tradición reunirse con los amigos del barrio a elaborar los regalos de Navidad.

“Los recuerdos de mi niñez en la época de navidad son muy felices. En mi pueblo Ginebra, toda la comunidad de amigos del barrio nos reuníamos para hacer con nuestras manos los juguetes y todo tipo de instrumentos musicales para compartirlos con los niños de las veredas, era una sola hermandad y a lo largo del tiempo ha perdurado nuestra amistad, así que mis mejores amigos entrañables son los amigos de la niñez con los que tengo recuerdos navideños invaluables”, recordó.

Jorge Antonio Vega, el locutor que marco todo un capítulo de la radio en Colombia, no olvida que la navidad era época de juegos.

“Desde el 16 de diciembre era la fiesta de aguinaldos, apostábamos al beso robado, hablar y no contestar, se armaba el pesebre, se hacia la novena con pitos y panderetas y cantábamos los villancicos. En la noche de navidad la cena era en familia, todos en una reunión de amor, padres e hijos disfrutábamos del tradicional ajiaco y luego a esperar con expectativa la traída de los regalos del niño Dios, el fruto de unas cartas que entregábamos previamente contando cuál era nuestro anhelo y esperanza de recibir como regalo en la noche de navidad”, recuerda Vega con nostalgia.

Para Alexandra Montoya, la mujer de las mil voces de la radio, sus navidades infantiles se resumen en dulces, sol, amigos, juegos y el amor de familia.

“Tengo recuerdos muy lindos de cómo eran mis navidades en la niñez, crecí en un grupo de apartamentos donde había muchos niños y donde jugábamos todo el tiempo, recuerdo los diciembres muy soleados y en casa, mi mamá hacía unos postres espectaculares, todos le ayudábamos a mezclar, pero lo que nos peleábamos entre los tres hermanos, era quien se iba a quedar con ese final de la vasija y chuparnos los dedos. Esos eran recuerdos de navidades muy dulces, mamá ya no está, pero tratamos de que se mantenga esa tradición de hacer postres para endulzar estas navidades”, concluye Alexandra.

Cada quien tiene en su memoria guardadas esas tradiciones navideñas que acompañaron su infancia y que cada vez que llega un nuevo diciembre se despiertan con los olores del buñuelo y la natilla, el sonido de los villancicos, de las canciones de Guillermo Buitrago o Pastor López, momentos que atesoramos porque allí volvemos nuevamente a ser niños y nuestros seres queridos ausentes se hacen presentes en cada noche de navidad.

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