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CERRAR

Mujeres de El Buen Pastor le cantan a la vida y a la libertad

20 internas de la Cárcel El Buen Pastor de Bogotá, quienes conforman el coro 'La Magia del Cautiverio' .

Por: María Camila Idrobo

El neurólogo, Brian Harris, académico de la Universidad de Harvard, asegura que no existe otro estímulo en la tierra que atrape tan fuertemente al cerebro como lo hace la música. Esto es lo que les ocurre a 20 internas de la Cárcel El Buen Pastor de Bogotá, quienes conforman el coro 'La Magia del Cautiverio' .

A través de la música, aseguran que olvidan el encierro y sienten la libertad más cerca, así les falten meses o décadas para recobrar sus vidas como civiles, y que puedan compartir con sus seres queridos o tener nuevas oportunidades de vida.

María Elena Rodríguez, una de las integrantes del coro y quien perdió la movilidad de sus piernas, al cantar siente que camina de nuevo y se emociona al ver el orgullo de las personas que la escuchan y la ven más que como una reclusa.

“A pesar de los obstáculos que hemos tenido y de pronto mi silla o pararme en un caminador, cantando me siento libre, todos esos muros le quitan a uno a la familia, pero con el canto uno se desnuda del dolor y la tristeza”, cuenta.

Una sensación similar a la que siente su compañera Rocío Neira, quien asegura que cantando se siente como una persona nueva.

"Es súper emocionante volver a ver el mundo, he aprendido a ser una mejor mujer, a valorar a mi familia, puedo estar presa, pero estoy viva y sé que el coro me da la posibilidad de hacerme sentir más libre”, explica Rocío, mientras recuerda que recobrar su libertad en enero de 2020.

La música influye en el cuerpo y en las emociones, por eso en el caso de María Carvajal ha sentido que las heridas en el corazón sanan y sueña con que el futuro pueda ser distinto.

"Nosotras no sabíamos ni mu de cantar, pero fue una alegría empezar, la técnica vocal nos la enseñaron y así escapo de esa prisión, de esas cuatro paredes, saber qué puedo hacer cosas diferentes a estar encerrada calentando un planchón, salir, volar fuera de la cárcel así estés dentro, podemos ser libres”, señala.

Detrás de estas historias se encuentra la soprano Patricia Guzmán, quien hace 19 años empezó sus clases de música, cuando el Consulado de Colombia le dijo que querían que cantara en las festividades patrias en la Cárcel de Quito, en medio de la presentación una interna colombiana se desmayó y al socorrerla, ella le aseguró que cantaba muy lindo y le pidió que les enseñara a cantar.

“Yo me volteé y vi hacia donde estaba la directora de la cárcel, le pregunté si podíamos y ella me dijo que sí (…) yo solo les pido ganas, no las audiciono, ni veo si cantan o no”, recuerda Guzmán, mientras aclara que es una bendición trabajar con las internas.

“La música transforma y el taller era de verdad un reto para el rediseño personal basado en disciplina y el empoderamiento de la mujer para cumplir sus sueños aun estando detrás de las rejas”, comenta.

“Ellas son un regalo para mí, me enseñan a vivir la vida plenamente en medio de las dificultades siempre hay un camino, porque Dios está presente, me enseñan tantas cosas que es indescriptible saber que ellas le pueden enseñar a las personas que estamos afuera y que eso no excluye que son personas con corazón”, afirma la soprano.

Ante el éxito de este programa, se espera contar con más coros en todos los centros carcelarios del país, que le den la oportunidad a las internas y a los reclusos de sentir la libertad y soñar con una segunda oportunidad a través de la música.

Escuche aquí el informe radial completo sobre esta historia:

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