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La emergencia no ha terminado: habitantes del Bajo Cauca antioqueño

Por: Nataly Ramírez.El 16 de enero las Empresas Públicas de Medellín cerraron la compuerta número 2 del proyecto Hidroituango, el proyecto hidroeléctrico más grande del país. Luego, el 5 de febrero cerraron la compuerta número 1; lo anterior por los presuntos riesgos que se estarían presentando en la infraestructura y bajo el objetivo de "salvaguardar la vida de las personas aguas abajo y mitigar los impactos ambientales". Una decisión que disminuyó a niveles históricos el caudal del río Cauca, una “tragedia” que para las comunidades aún no termina.

Por: Nataly Ramírez.

El 16 de enero las Empresas Públicas de Medellín cerraron la compuerta número 2 del proyecto Hidroituango, el proyecto hidroeléctrico más grande del país. Luego, el 5 de febrero cerraron la compuerta número 1; lo anterior por los presuntos riesgos que se estarían presentando en la infraestructura y bajo el objetivo de "salvaguardar la vida de las personas aguas abajo y mitigar los impactos ambientales". Una decisión que disminuyó a niveles históricos el caudal del río Cauca, una “tragedia” que para las comunidades aún no termina.

Con la cerrada de las compuertas de Hidroituango se redujo el caudal del río Cauca, las informaciones de prensa indicaron que hasta un metro diario. Las Empresas Públicas de Medellín aseguraron en su momento que la emergencia se iba a superar cuando empezará de nuevo a salir agua por el vertedero de Hidroituango y así poco a poco el río Cauca llegara a su caudal habitual.

Lo qué más afectó a las comunidades e impactó a la opinión pública fueron las imágenes de la mortandad de peces, que se quedaron sin agua por la sequía del río, fueron más de 60 mil, y aunque EPM aseguró que la proporción fue que por cada pez muerto se recuperaron 4, según las comunidades que viven en las inmediaciones del río, la mortandad fue muy superior.

El 16 de febrero el gerente de EPM, Jorge Londoño, aseguró que en ese momento ya estaba completamente normalizado del cauce del río Cauca, sin embargo, otra cosa muy distinta piensan las comunidades que viven aguas abajo del proyecto Hidroeléctrico. En los municipios del Bajo Cauca Antioqueño, sus habitantes consideran que la emergencia no ha terminado y también reclaman el olvido tanto del Estado como de las autoridades.

Los habitantes de los municipios de Cáceres, Caucasia y Tarazá se ubican aguas abajo del proyecto hidroeléctrico, aproximadamente a dos horas, tienen varias inconformidades, una de ellas está relacionada con las denuncias de que persisten los bajos niveles del río.

“El río está completamente seco, estamos en toda la mitad del Cauca, el problema de Hidroituango si afectó bastante, vea esto fue un aguacero repentino, pero esto se encontraba mucho más seco. Los que vivimos de la pesca y los balastreros ya no podemos trabajar como trabajábamos antes, ahora nos toca acá aguantar sol todo el día” aseguró Héctor Alemán, uno de los habitantes y pescadores de la zona.

Según las comunidades, el río sigue con niveles muy bajos a comparación a como se encontraba antes del cierre de las compuertas, además, indicaron que por la época de sequía la situación se ha agudizado más, según los habitantes hoy caminan por lugares que antes eran río.

A eso se suma la crisis económica para ellos y para sus familias, pues siempre habían vivido de la pesca, pero a raíz de toda esta situación ya no se consiguen ni los peces ni los tamaños de antes, es por ello que ahora han tenido que acudir a otras formas de trabajo.

“Anteriormente a Hidroituango nos ganábamos entre 300 y 400 mil pesos que era suficiente para mantener la familia, ahora viene la falla de que la pesca se ha venido disminuyendo” aseguró Darío López, ahora esas personas dicen que se dedican a otras actividades como el mototaxismo o aprovechan las piedras que antes eran río como material para construcción y de ahí están trabajando

Las comunidades aseguraron que la crisis se acentuó hace 2 o tres meses y sienten que ya nada va a ser igual. Para esas personas no solo se trata del daño ambiental y de la crisis económica por la que están pasando, también aseguraron que en ellos persiste una afectación psicológica que no pasa, y que para ellos los directivos de EPM no han tenido en cuenta.

“Nosotros los taraceños y todos los de aguas abajo estamos muy afectados, la gente no duerme tranquila, los de las zonas rurales permanecen pensando qué pasaría si se viene esa planta, entonces la gente vive con eso en la mente es un problema psicológico” indicó Luz Dary Granada, una líder comunitaria.

La “zozobra” de que en cualquier momento se pueda presentar una emergencia ha llevado también a que las comunidades salgan de sus pueblos, por ejemplo, en Cáceres, la violencia y por su puesto Hidroituango ha llevado a que casi la mitad de los habitantes hayan tenido que salir de sus casas.

Para las comunidades de los pueblos aguas abajo de Hidroituango, sería importante que los directivos de EPM se reunieran con ellos, pues han indicado que nadie les ha dicho lo que va a pasar, también desconocen las consecuencias que se van a seguir presentando, para estas personas, el futuro es incierto, pero saben que el proyecto va a seguir adelante.

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