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Adiós a Ricardo Fuentes

Para muchos, no existió una voz más completa en el mundo del bolero colombiano.

Para muchos, no existió una voz más completa en el mundo del bolero colombiano. Tan capacitado para la canción romántica como para la tropical, la aparición de Ricardo Fuentes en la escena supuso un interesante quiebre en las maneras de hacer y grabar el bolero en nuestro país. Ante el sonido de los temas de este cantante, nacido en Natagaima, Tolima, en agosto de 1944, la gente solía exclamar: “¿quién es ese nuevo bolerista cubano?”

Jaime Rico Salazar lo dice de manera sucinta en su “Diccionario de la canción popular en Colombia”: “Ricardo tiene voz, estilo, figura, personalidad y sabe llegar a todos los públicos”.

Es que de hecho su repertorio fue finamente escogido por el propio intérprete y por su eterna disquera, Discos Fuentes, en aras de una combinación entre lo internacional y lo nacional. Dentro del acervo foráneo se destacó por sus versiones de “Cuánto te debo”, “No me vayas a engañar” y “De qué presumes”, mientras le daba relevancia a las creaciones de sus colegas colombianos con la interpretación de “Un regalo” (Tito Cortés), “Evocación” (Edmundo Arias) y “Alma negra” (Gabriel Raymon), entre muchos otros.

La carrera de Ricardo Mogollón Salguero, mejor conocido como Ricardo Fuentes, se inició después de haber salido del colegio Manuel Murillo Toro de Chaparral, Tolima, donde coincidió con Héctor “El Chinche” Ulloa y donde empezó a cantar sus primeras canciones. Contaba él mismo que a sus 16 años, mientras vivía en La Mesa, Cundinamarca, se atrevió a ofrecerle una botella de aguardiente al director de una orquesta tropical que visitaba el pueblo, para que lo dejara cantar. Ese truco lo repitió varias veces, con buenos resultados. El primer tema que cantó en público fue el bolero “Negrura”, del mexicano Güicho Cisneros.

Luego de viajar a Bogotá, donde empezaría a cantar en establecimientos comerciales, en Ecuador lo escuchó un representante de Discos Fuentes cuando participaba de un evento de la compañía en homenaje a artistas del vecino país, según recuerda en semblanza para el periódico El Tiempo el periodista Fernando Umaña Mejía.

Luego vendría la radio, y en 1970 la aparición de su primer trabajo discográfico, “Por amor”, en el que simplemente se hacía llamar Ricardo y que incluyó su famosa versión de “Cuánto te debo”, del mexicano Roberto Cantoral.

Después de haber vivido en los Estados Unidos y de recorrer escenarios nacionales e internacionales con sus boleros, Fuentes regresó al país para radicarse definitivamente en la ciudad de Pereira. Allí vivió sus últimos años. Desde 2009, una neuropatía lo mantuvo postrado en silla de ruedas, sumado ello al daño que sufrieron también sus cuerdas vocales por cuenta de diferentes intervenciones médicas. Mucho se especuló sobre su salud, y quienes más lo apoyaron en su momento fueron sus colegas y amigos de la música popular Jhonny Rivera, El Charrito Negro y Luis Alberto Posada. Finalmente, el pasado sábado recibimos la noticia de su partida, mientras se encontraba internado en la clínica Los Rosales, de la capital risaraldense.

Paz en la tumba de Ricardo Fuentes, nuestro Artista de la Semana.

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