Pasar al contenido principal
CERRAR

Barichara, el pueblo que enamoró al expresidente Belisario Betancur

Por: Lizeth García BejaranoDeclarado como Monumento Nacional en 1978 y como uno de los pueblos más lindos de Colombia, gracias a sus calles empedradas, fachadas blancas en tapia y su clima de tranquilidad, Barichara, fue el pueblo que enamoró y conquistó al expresidente de la República, en donde pasó sus años de vida después de gobernar a Colombia entre los años de 1982 y 1986.

Por: Lizeth García Bejarano

Declarado como Monumento Nacional en 1978 y como uno de los pueblos más lindos de Colombia, gracias a sus calles empedradas, fachadas blancas en tapia y su clima de tranquilidad, Barichara, fue el pueblo que enamoró y conquistó al expresidente de la República, en donde pasó sus años de vida después de gobernar a Colombia entre los años de 1982 y 1986.

Y no es para menos, Barichara, ubicado en la provincia de Guanentá, en el departamento de Santander, aún guarda en sus calles la historia de la Colonia, como si el tiempo se hubiese detenido. Gracias a esa magia ha sido escogido por varios medios internacionales y nacionales como uno de los pueblos más hermosos del país.

Belisario Betancur conoció este municipio gracias a su hija Beatriz, quien trabajaba en Washington, y en donde entabló amistad con una pareja de colombianos que al regresar al país la invitaron a Barichara, lo que se convirtió en una de las mejores casualidades de la vida para conocer esta población que marcaría el destino de su familia.

Con una invitación de su hija Beatriz el expresidente Betancur llegó por primera vez a esta población de la cual siempre manifestó que “fue amor a primera vista”, lo que lo llevó a quedarse viviendo allí, con el pretexto de que “como el papel de los abuelos es seguir a sus hijos y nietos”, se quedó”. Para el exmandatario, Barichara, siempre fue “un pueblo fuera de serie”.

“Cuando lo saludan a usted, le dicen: buenos días mi cariño para usted y se despiden diciendo: buenas noches, mi cariño para usted lo despide” señalaba el expresidente Belisario.

Uno de los grandes amores de Belisario fue Dalita Navarro, a quien le propuso matrimonio y también comprar una casa en la población santandereana para pasar sus días de descanso, ella aceptó encantada.

Allí impulsaron el ‘Taller de oficios de hogar y de arte’, en el que, actualmente, capacitan entre 180 y 230 lugareños por año. Dalita sigue siendo la directora y se encarga de conseguir maestros experimentados, de Colombia o el extranjero, para que brinden las capacitaciones en diferentes tareas.

El expresidente Betancur y su esposa se convirtieron en embajadores culturales y artísticos de Barichara, lo que les permitió cultivar una fuerte amistad con el pintor David Manzur, quien también ha vivido allí por años. Para el artista, Belisario fue un gran amigo que le traerá siempre muy buenos recuerdos, “hablábamos de arte, nos sentábamos horas y horas en el jardín compartiendo nuestro amor por el pueblo”.

Gracias al profundo compromiso del exmandatario con este municipio, sus habitantes lo empezaron a admirar de manera especial, es el caso de Henry Bohórquez Sosa, rector del Instituto Técnico Aquileo Parra

“El expresidente fue un visionario, que creó la biblioteca pública municipal, considerada como un patrimonio del saber y el arte”. Bohórquez aseguró que: “año tras año, él seguía alimentando la biblioteca con su colección privada”.

Desde el sector político santandereano, siempre se reconoció al exmandatario como un gran líder del municipio, por su parte, Rafael Serrano Prada, presidente del partido Conservador en la región señaló

“Barichara era la segunda casa de Betancur después de su natal Amaga. Gran parte del desarrollo turístico se debe a la gestión que él lideró”.

Barichara está situada a poco más de 100 kilómetros de Bucaramanga; a 1.300 metros de altura y con una temperatura promedio de 21º; es un pueblo que ha sido levantado sobre piedra, sus calles, casas, templos y en especial el cementerio, han sido construidos con piedra amarilla, de ahí que a sus habitantes se les conozca como los “patiamarillos”.

Para muchos, esta población pasará a la historia como el pueblo que logró cautivar y enamorar a un expresidente.

ETIQUETAS