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Cine bajo las estrellas, un plan que disfrutan habitantes de calle de Bucaramanga

Desde hace un año, cada miércoles, se reunen 80 personas sin hogar, después de que cae la tarde, a disfrutar del séptimo arte en el centro de la capital santandereana.

Por: Angélica Blanco Ríos - Radio Nacional Bucaramanga

Alfonso Ospina Beltrán tiene 58 años de edad, de los cuales 17 los ha vivido en la calle o en lugares que no son su casa. No habla de su familia, solo cuenta que perdió su hogar y a causa de ello, decidió tomar como propia la calle. Lo que sí dice es que le apasiona el arte. Se considera un pintor urbano y sueña con ver sus obras en Roma, pero también es amante de las películas de acción y de comedia, razón por la que espera con ansias a que llegue cada miércoles, para ir a cumplir su cita con el proyecto ‘Cine para todos’.

“Yo me disfruto demasiado esto. Creo que si he faltado, tan solo han sido dos veces”, explica, mientras cuenta con sus dedos y se toca su cabeza, como quien hace calculos, para recordar cuántos días lleva viviendo solo, pero no da con la cuenta: “deben ser muchos”, añade.

Alfonso está sentado frente de una sala de cine improvizada: hay un computador, sus respectivos parlantes, un proyector, un telón blanco y algunas comodas escaleras en la plaza cívica Luis Carlos Galán Sarmiento, ubicada en el corazón de la ciudad, lugar historico para los santandereanos, pero lo es más, para los 80 habitantes de calle que cada semana, a las 7 de la noche, se reunen allí con cinco jóvenes de Bucaramanga, para ver historias diferentes a las suyas.

Foto: Milena Bernal.

Allí, se escuchan risas, murmullos, preguntas y hasta nacen ideas para la próxima película. La del día fue ‘Happy gilmore’, comedia estadounidense que se estrenó en 1996, pero que hasta ahora, algunos de los habitantes de calle, tienen la posibilidad de ver 21años después, cuando en Bucaramanga hay 1.326 personas sin hogar; según un reporte entregado por la Secretaría de Desarrollo Social municipal. En él, también se evidencia que el 86% de la población en situación de calle son hombres y que el 4% llevan más de 30 años viviendo a la intemperie.

“Ellos en una que otra ocasión hasta nos piden consejos de vida, de trabajo, de situaciones con las que tienen que lidiar como enfermedades o el rechazo”, explica Manuel Cobos Agudelo, un administrador de empresas, de 23 años, que lleva dedicándole uno a quienes considera sus amigos.

Foto: Milena Bernal.

Al verlos juntos se les nota el cariño, como el que también sienten por Fatten Khalifah Gamboa, una jóven de 26 años, también administradora de empresas. “Recuerdo las veces que nos hemos sentado a llorar por las historias que nos cuentan o vemos. Sin embargo, siempre esperamos cada miércoles para volver a sentir lo bonito que se logra con cada encuentro. Este es ahora nuestro plan semanal, y si alguien quiere vernos ya sabe que tiene que venir a buscarnos a la Plaza y que acá estaremos como lo hemos estado desde el 22 de noviembre de 2016, cuando inició todo esto del ‘Cine para todos’”, cuenta.

La idea surgió por un viaje a México, donde uno de estos jóvenes presenció el cine al aire libre, como el que hacen en ocasiones en Bogotá o en otras ciudades grandes. “Pero nosotros lo que hicimos fue adecuarlo todo. La idea era hacer algo que nos hiciera sentir que estamos aportando a la sociedad”, dice Khalifah Gamboa, que recalca que su idea nunca ha sido apoyada por empresas privadas o públicas. “Y espero no sea así, porque esto en serio es para ayudar a la gente. No tiene nada que ver con política ni intereses de terceros”, agrega.

Foto: Milena Bernal.

“Y sí sirve, sirve demasiado. Es dificil sobrevivir hoy en día y más cuando uno es un adulto mayor. Pero esto es algo muy bonito, porque es un espacio sano,uno en el que estamos pensando en cosas diferentes, bonitas, escuchando y conociendo gente a la que le importamos o con la que coincidimos”, concluye Alfonso Ospina Beltrán , quien dice que hasta el último día de su vida, vivirá del arte que aprendió en la ‘selva de cemento’, en la que cree vivir y a la que vuelve siempre.

“Yo en este mundo conocí Medellín, Bogotá, la Costa, Popayán y Cali, pero siempre he regresado a Bucaramanga, porque es una tierra muy bonita. Aquí todo el mundo escampa porque la gente es cordial, generosa y tiene un corazón grande”, asegura.

Y puntualiza que desde ahora ve como indispensable esta actividad, que se realiza cerca de su sitio de trabajo en el centro de la capital santandereana y al de muchos de los habitantes de calle, desplazados o venezolanos que aman el séptimo arte.

Foto: Jhon Jairo Acevedo.

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