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“A mí me parece muy bonito ver el cielo de colores cuando se elevan las cometas”: María Camila

“A mí me parece muy bonito ver el cielo de colores cuando se elevan las cometas”: María Camila.

Por: Janneth Jurado Guerrero.

El cielo de San Juan de Pasto se adornó con los colores de los sueños voladores. Familias se dieron cita en el corregimiento de San Fernando, sector rural de la capital nariñense, con el fin de preservar una tradición que con el pasar de los años es cada vez menos frecuente. Bajo el lema “un vuelo por la paz”, se han motivado a disfrutar esta actividad enmarcada, en el marco de la semana del perdón y la reconciliación, celebrada recientemente en el sur del país.

Niños, niñas, jóvenes y adultos se reunieron en el Cerro de la Cruz, donde el viento jugó a favor de las cometas, elementos recreativos que simbolizan la esperanza de un futuro diferente para todos los colombianos. Aura Rojas, del equipo organizador, resaltó la importancia de preservar las costumbres que apartan al ser humano de las labores cotidianas y del ruido citadino. “Antes, irse a una montaña era un plan de domingo que no podía faltar. Ahora la gente prefiere quedarse en la casa y dejar a los niños con un aparato electrónico y no recibir el sol, el viento. Muchos niños ni siquiera han tenido la oportunidad de conocer el sector rural de Pasto”, afirmó Aura.

“La idea surge con el fin de integrar al sector rural y sector urbano de Pasto, para pasar un día agradable”: Aura Rojas, organizadora del evento ‘Un vuelo por la paz’.

Las voces de los niños entusiasmados por ver en el cielo su cometa, ratifican que este es un plan emocionante y divertido. Hablamos con Sarita de 9 años y María Camila de 8 años, para ellas, es una experiencia nueva. “No nos habían traído, pero mi papá si nos decía que a ellos los llevaban a elevar cometas mis abuelos”, afirmaron ambas.

“A mí me parece muy bonito ver el cielo de colores cuando se elevan las cometas”: María Camila.

“Todos debemos dar paz y por eso es que las cometas tienen que volar”: Sarita.

Una de las madres de familia, la señora Silvana Dorado, recordó las veces que en su infancia ella fabricaba las. “Con mis hermanos nos turnábamos para poder halar de la piola, gritábamos mucho cuando se iba a caer”, aseguró.

“Tengo 40 años y todavía recuerdo cuando mi papá nos llevaba a elevar cometas. Quiero que mis hijos también recuerden que su papá y su mamá jugaban con ellos”: Silvana Dorado.

Hay expertos en el arte de fabricar y elevar cometas, ese es el caso de Henrry Jojoa, su padre le enseñó desde niño su elaboración. “Las cometas que venden no vuelan de la misma forma, son muy pesadas, se ven bonitas pero a la hora de elevarse, el peso las hace caer, yo sí sé cuanta cola necesita, y por eso se elevan hasta 5 mil metros arriba”, argumentó Henry.

Foto: Janneth Jurado Guerrero.

“Toca hacerlas con medida, hacerle el tirante bien, la piola”: Henrry Jojoa.

El corregidor de San Fernando, Oscar Pejendino, uno de los gestores de la iniciativa dijo que, eventos como este, le evocan su infancia, pero que le da mucha tristeza cuando le pregunta a los niños y ellos ni siquiera saben que es una cometa. No han disfrutado de la emoción de buscar los elementos para hacerla y verla en el aire, expresó.

Audio Oscar Pejendino

“Lo que uno más añoraba de niño era que llegara agosto para elevar una cometa. Incluso vendía cometas”: Oscar Pejendino.

Las cometas se convierten en un proyecto que une familias en torno a una meta, ver las cometas muy cerca de las nubes, ese es el mensaje que deja este evento. Desde la célula primaria de la sociedad, la familia, es importante trabajar en la reconstrucción de nuestras tradiciones culturales.

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