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Pasto, una ciudad incluyente

La comunidad LGBTI en la capital nariñense realiza diferentes actividades para que se conozcan términos como identidad de género y orientación sexual.

Por: Janneth Jurado.

La comunidad LGBTI en la capital nariñense realiza diferentes actividades para que se conozcan términos como identidad de género, orientación sexual, y cada una de las letras que hacen parte de la sigla. Esta, agrupa a una población de seres humanos con deberes ciudadanos y sujetos de derecho. Como todos los pastusos, nariñenses y colombianos.

En Radio Nacional Pasto, hablamos con los líderes de Ágora Club. Hombres y mujeres profesionales en diferentes áreas. Ellos consideran que más allá de hacer parte de una comunidad diferenciada por sus preferencias, tienen los mismos intereses que cualquiera otra persona.

Martha Rosas es abogada y docente universitaria, le gustan los tatuajes y la música. Es bisexual. Ante el interrogante de por qué la comunidad LGBTI deben luchar por algo inherente a todo ciudadano, como son los derechos y la igualdad, manifestó: “El miedo. El miedo a lo desconocido y a cómo eso puede afectar lo que para mí es normal, es lo que hace que la gente actúe a la defensiva. A ti te gustan los chocolates, a mi también, a ti te gusta leer a mí también, a ti te gusta tu novio o tu esposo, y a mí me gusta mi pareja”.

“Siempre creemos que el otro o la otra nos amenazan y tendemos a exterminarlo física o culturalmente y, en últimas, a asimilarlo a hacer que sea como nosotros”: Martha Rosas, abogada.

“Si queremos paz debemos empezar por respetarnos, darnos tiempo de conocer el trasfondo de este asunto. Cuando la gente sabe lo que hay en el corazón del otro, la situación de rechazo empieza a cambiar”, comentó Armando Villota, quien se reconoce como homosexual, especialista en derechos humanos y derecho internacional humanitario. Villota actualmente es director en Pasto de Ágora Club, nos explicó el significado de la sigla LGBTI.


“Somos un grupo poblacional muy grande en nuestro país, que lucha por cambiar esos sesgos de discriminación que todavía existen, que lucha por construir unas sociedades más igualitarias, más justas”: Armando Villota, director en Pasto de Ágora Club.

Algunas personas que han decidido visibilizar su orientación sexual, relatan ser objeto no solo rechazo, sino también de violencia, en sectores rurales en donde no existen organizaciones de inclusión. Ágora Club hace presencia para apoyar a quienes han sido víctimas de estas situaciones, orientando sobre los procesos legales a seguir y también haciendo un acompañamiento personal. “Es importante trabajar de forma articulada, juntos conseguimos más”, enfatizó Martha Rosas.


“Yo creo que hay que diferenciar dos ámbitos, uno, podríamos hablar en el marco del conflicto armado y otro, la violencia cotidiana”: Martha Rosas, abogada.

Mujeres y Paz es un colectivo de mujeres trans y mujeres biológicas que ejercen el trabajo sexual. Ellas realizan un proceso para cambiar en la comunidad la idea de que son un peligro para la sociedad. A través de obras de teatro que presentan en las plazas públicas, buscan acercar a las personas a la historia que hay en cada ser humano que, por situaciones de la vida, se dedica a esta actividad. “No somos unas rarezas de la naturaleza. El machismo es en ocasiones mucho más marcado que la homofobia, ver en un desfile el cuerpo desnudo de una mujer trans es una actitud política, pero causa todas las reacciones a diferencia de ver el torso desnudo de un hombre trans. Son las mismas personas que nos juzgan y nos persiguen las que buscan nuestros servicios”, añadió Dolly Riofrío.

“Sensibilizarlos frente a nuestra situación. Las mujeres trans queremos decirle a la sociedad y a nuestra comunidad que nosotras también podemos hacer cultura”: Dolly Riofrío, Mujeres Y Paz.

Hablar de inclusión para ellos es una tarea de doble vía, como se realiza desde las organizaciones LGBTI. Comparten la experiencia de cada uno, desde el núcleo social, cuál es la familia, la identidad, empieza consigo mismos, se comparte con los seres más cercanos y posteriormente se incluye al entorno. Algunos como los invitamos a escuchar, cuentan siempre con el apoyo de padres y hermanos, pero no es así en todos los casos.

Dolly Riofrío enfatizó, en que en el caso de los hombres y mujeres transgénero, la lucha va más allá del respeto a la visibilización social y de sus derechos. “Desde el momento en que tenemos conciencia, peleamos con nuestro cuerpo, con la naturaleza, hasta que algunos logramos que nuestro cuerpo se vea como lo siente nuestra mente, esa batalla continúa hasta el día de nuestra muerte. Nuestra existencia, nuestra vida es una propuesta política”, agregó.

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