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El argentino que ganó el Premio de cuento GGM

Guillermo Martínez y su libro “Una felicidad repulsiva”, fue el elegido por el jurado para adjudicarse la primera versión del Premio Hispanoamericano de cuento Gabriel García Márquez, que rinde homenaje a la memoria del Nobel colombiano y entrega una bolsa de 100 mil dólares.

El Premio Hispanoamericano de cuento Gabriel García Márquez, creado por iniciativa del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia, con el apoyo del Instituto Cervantes de España, dio cómo ganador a este argentino que se impuso sobre un total de 123 obras que fueron aceptadas.

El jurado a cargo de la escogencia estuvo integrado por la gran decana del cuento en España Cristina Fernández Cubas, quien lo presidió; el escritor y periodista salvadoreño Horacio Castellanos Moya, el académico y escritor mexicano Ignacio Padilla, el periodista y escritor argentino Mempo Giardinelli y el escritor, caricaturista y periodista colombiano Antonio Caballero.

“Mi padre, que ya murió, pensaba que con la literatura no podría ganarme la vida, aunque fue él quien nos inspiró a mí y a mis hermanos el amor por la escritura. Él fue un gran lector, muy perseverante, escribió cuentos que nunca publicó pero con los que participaba en concursos literarios”, recordó emocionado Martínez.

Su obra, Una felicidad repulsiva, publicada por Editorial Planeta, la escribió a lo largo de diez años y reúne cuentos tensados por una variante propia y sutil del suspense que pueden llevar por leves pendientes de una felicidad familiar perfecta al descubrimiento más macabro, o encontrar derivaciones dramáticas insospechadas de la fricción entre ciencia y religión, o debatirse entre el sexo y la muerte.

Son 11 piezas con ráfagas de humor negro y registros variados, que bordean la línea tenue que separa la locura de la cordura, la fatalidad de la coincidencia y el sueño de la pesadilla.

“Es un libro de varios registros, con cuentos que hablan sobre el último día de Trotski, otro de tipo erótico, o uno de una madre sobreprotectora que trata de criar a un hijo sin exponerlo a la luz. Tiene, creo yo, cuentos bastante diferentes entre sí tanto en la temática como en su extensión, pues hay algunos muy breves de dos o tres páginas, hasta una nouvelle final de 50”, explicó.

El ganador confesó que se enteró del premio gracias a su mujer, quien estaba leyendo el periódico. “Nos llamó la atención profundamente que fuera un premio de cuento cuando García Márquez fue conocido justamente por sus novelas. Agradecí muchísimo en silencio en ese momento la gran idea de crear un premio de cuento con su nombre porque es verdad que aquí al cuento como que hay que empujarlo en el mundo editorial”.

“No están particularmente felices los editores cuando uno termina un libro de cuentos”, apuntó al respecto el autor, quien destacó que sobre todo en Argentina hay una formación en el género y los escritores en general empiezan como cuentistas. De hecho, recordó que de las cinco novelas que ha escrito, cuatro han sido inicialmente ideas de cuento que se fueron transformando a medida que las escribía.

Este escritor asegura que sus cuentos transcurren por un borde entre lo real y lo fantástico y reúnen historias como las de un hombre, profesor de estadística, que se debate internamente entre el pensamiento mágico alrededor del I Ching y lo mágico que se puede esconder en un caso milagroso de las estadísticas; u otro sobre la felicidad y lugares comunes en torno a ella, como el que reza que la felicidad perfecta no existe.

Por esto alabó la iniciativa del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia de tener una edición de cada una de las obras finalistas para destinarlas a las bibliotecas públicas. “Eso me parece fantástico, esas son las clases de cosas que también ayudan a mantener vivo al género”.

Prueba de su esencia como escritor de cuentos es que su primer libro fue en este género, Infierno grande, y pudo publicarlo por una circunstancia que califica como “casi fortuita”, ganar el Premio del Fondo Nacional de las Artes, de Argentina, que le daba al escritor dinero para que el editor pudiera publicar el libro sin tener un riesgo comercial. “Hay que encontrar esos vericuetos para publicar un libro de cuentos”, afirma.

En el acta de deliberación el jurado señaló que “se ha decidido, por mayoría, que el ganador de esta primera edición del Premio sea el libro de cuentos ‘Una Felicidad repulsiva’ de Guillermo Martínez. Se destacan la unidad y solidez, la sutileza y el equilibrio, como características de su prosa, así como el dominio vigoroso del género. Este libro refleja, además, una mirada peculiar en la que el absurdo, el horror, lo fantástico y lo extraño que arranca de lo cotidiano, son tratados con absoluta maestría”.

Guillermo Martínez nació en Bahía Blanca, Argentina, en 1962, y es doctorado en Ciencias Matemáticas en la UBA. Residió dos años en Oxford con una beca de postgrado y en la actualidad se dedica por completo a la literatura.

Es autor de los libros de cuentos Infierno grande y Una felicidad repulsiva, con la cual concursó, y de las novelas Acerca de Roderer, La mujer del maestro, Crímenes imperceptibles, que fue traducida a 37 idiomas y llevada al cine por el director Álex de la Iglesia; La muerte lenta de Luciana B., elegida en España entre los diez libros del año, y Yo también tuve una novia bisexual, todos de Editorial Planeta.

También ha destacado como ensayista con los libros Borges y la matemática, La fórmula de la inmortalidad y Gödel (para todos), que escribió en colaboración con Gustavo Peñeiro; y ha ganado los premios del Fondo Nacional de las Artes, el premio Konex y el premio Planeta 2003.

Se trata de uno de los escritores argentinos más traducidos en el mundo, participó en el International Writing Program de la Universidad de Iowa y fue becado por el Banff Centre for de Arts y las fundaciones MacDowell y Civitella Ranieri. Además, colabora regularmente con distintos medios con artículos y reseñas.

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