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Migrantes, el largo camino de los venezolanos en Colombia

Las cifras más recientes de Migración Colombia indican que 870.093 venezolanos están registrados en el país.

Por: Fausto García

En el último año, Colombia ha sido testigo del éxodo que protagonizan los venezolanos saliendo del vecino país, unos han llegado para buscar alguna oportunidad aquí, otros simplemente siguen el camino en busca de un destino diferente para tener una nueva vida.

Según cifras de la ONU, de Venezuela han salido unos 2.3 millones de venezolanos, básicamente por la crisis que se vive allí. Para Stephane Dujarric portavoz de la organización, la razón de esa salida masiva es la falta de alimentos. El recorrido que han decidido hacer pasando la frontera de Cúcuta se prioriza para quedarse en Colombia o seguir el camino hasta Ecuador, Perú o Brasil.

Nuestra migración

Antes de la migración de venezolanos a Colombia, el efecto fue lo contrario. Desde los años cincuenta la llegada de los colombianos al vecino país se daba en busca de un mejor futuro por la estabilidad económica que se tenía, registrando los años 70 como la época del boom petrolero. De ahí en adelante, los ochenta y noventa se convirtió en la gran oportunidad para que profesionales encontraran oportunidades de vida.

Ahora que la situación es en sentido inverso, son los venezolanos los que consideran que su llegada puede ser una gran oportunidad para Colombia frente a lo económico y lo cultural y no un problema, así lo considera Gonzalo Oliveros, presidente de Asovenezuela. “Por las fronteras de Colombia están ingresando profesionales calificados, es una posibilidad que se debería estudiar”, afirma.

La vida de los que se fueron

Gonzalo salió de Venezuela el año pasado, su historia puede que sea más conocida que la de los otros cientos de compatriotas. Era magistrado de la Sala de Casación Civil del Tribunal Superior de Justicia, lo que en Colombia equivale a la Corte Suprema de Justicia. Al posesionarse, se le acusó de delito de traición a la patria por el que pagaría cerca de 30 años de cárcel, desde ese momento tuvo que salir del país.

Para Gonzalo, en ese instante empieza una nueva experiencia de vida. “Cuando se nos acusó de traición a la patria el presidente Nicolás Maduro anunciaba el 22 de julio que quienes habíamos aceptado el cargo seríamos juzgados por tribunales militares donde nuestras propiedades y bienes quedaban bloqueados, ya el sábado 29 de julio salí en la clandestinidad hasta llegar a Colombia”, relata.

Ya en nuestro país, Gonzalo decide abrir Asovenezuela. “Estamos desde abril del año pasado, nuestra atención se enfoca en la asesoría desde la parte legal y migratoria, ya lo que tiene que ver con ayuda humanitaria las referimos a otras organizaciones”, explica. Aunque el trabajo que hace en Bogotá es de gran ayuda para sus hermanos venezolanos no pierde la esperanza de volver a su país.

Las cifras más recientes de Migración Colombia y Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos en Colombia indican que, 870.093 venezolanos están registrados en el país, de los cuales 442.462 son irregulares. Eso quiere decir que entraron y decidieron quedarse sin los trámites de documentación correspondientes. Tan solo en Bogotá se registran 43.483 venezolanos.

Aaron Yépez es uno de tantos que también se han convertido en migrante, actualmente se encuentra en Bogotá, en Venezuela tenía una vida, unos sueños y familia. Trabajaba con la emisora venezolana Alba Ciudad 96.3FM, entidad sin ánimo de lucro, adscrita al Ministerio de la Cultura, es imitador de voces, 37 en total, desde músicos hasta políticos.

Ahora en Bogotá se desempeña como artista urbano, tiene un show de voces, rutina que hace en Transmilenio y en algunos centros comerciales.

“Llegué a Bogotá hace 2 años y 7 meses, es difícil salir del país de origen y llegar a dormir en el piso, eso es sentirse impotente”, comenta. En ese primer momento en Colombia, Aaron ingresó por la frontera de Cúcuta, la oportunidad que encontró fue cantar en los buses para reunir lo de su primer pasaje, viaje que emprendió hasta Barranquilla.

En estos pasos que se dan desde el ingreso por la frontera en Cúcuta, muchos migrantes empiezan un recorrido hacia Bucaramanga, datos de Migración Colombia indican que desde la capital de Santander toman varios caminos, uno de ellos es hacia el Eje Cafetero, hasta llegar a Nariño para dar el salto a Ecuador. Hasta el 20 de agosto se registraban 438.983 salidas de venezolanos por el puesto fronterizo de Rumichaca.

Para comprender esta situación de migrantes venezolanos y tener claridad de algunas cifras, es bueno aclarar que existen tres tipos de migrantes, primero están los que se denominan con intención de permanencia, segundo los que están en tránsito, es decir lo que ingresaron para seguir a otro país y los pendulares, que son los que ingresan pero se devuelve el mismo o al día siguiente a Venezuela.

De los que hacen parte de la intención de permanencia está la historia de José Javier Ferrer con 25 años de edad, pianista y maestro de música, graduado como licenciado en música de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda de Venezuela, trabajó con algunas orquestas destacadas como Las Chicas del Can y Servando y Florentino.

Ya la realidad en Bogotá donde vive es muy distinta, Javier llegó hace año y medio a la capital colombiana por invitación de un amigo.

“Debido a la situación de Venezuela, decidí viajar pero mi plan era no durar mucho acá, la idea era llegar a Chile ya que me habían invitado, pero mi amigo me convenció para quedarme en Bogotá, ya que si quería devolverme a Venezuela me quedaba más cerca”, cuenta.

Ahora dicta clases particulares, debido a que no se le permite laborar como docente de música en instituciones educativas. “También salgo a tocar guitarra y canto en Transmilenio, es lo que me toca hacer para poder conseguir algo de dinero, de forma honesta y sin molestar a nadie”, agrega.

En casos como estos donde la migración es obligada difícilmente se puede retornar al país de origen, por el motivo de que la migración de venezolanos se presenta por un problema económico.

Alba Pereira es chef de profesión, es líder venezolana en Bucaramanga y llegó hace 14 años a la Ciudad Bonita.

“La migración de la que yo hice parte fue más controlada, lo de ahora es un éxodo por la cantidad de compatriotas que están saliendo, el problemas es ver a la gente acá en Bucaramanga dormir en las calles, eso da mucho dolor, me da tristeza porque ninguno de ellos era mendigo en Venezuela, todos tenían un espacio y una casa”, señala.

Alba creó en Bucaramanga la Fundación Entre Dos Tierras, en ella contribuye a que las ayudas de los bumangueses sean efectivas y aporten a resolver en algo los problemas con que viven sus compatriotas que llegan a la ciudad que ahora es su casa.

“Mi motivación es trabajar desde acá con cada uno de los venezolanos que llega día a día, desde la fundación trabajamos por una Venezuela libre luchando con amor”, señala.

El sueño de volver

Tanto Gonzalo como Aaron, Javier y Alba no renuncian al sueño de volver a su país, esta adaptación fuera de casa es muy compleja para los más de 800 mil venezolanos que hoy son llamados migrantes.

Un día salieron con sus maletas dejando más de lo que podían traer y por más que han caminado ven imposible romper el cordón umbilical que los une con la familia, esa que aún vive allá, ese detalle los motiva a seguir viviendo para un día retornar a su espacio, a su tierra, a ese paraíso que llaman Venezuela.

Por el momento, mientras todo cambia seguirán luchando por lo que dice Alba: “humanizar, sensibilizar y dignificar esta migración”.

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