Pasar al contenido principal
CERRAR

Al arte ‘se le zafó un tornillo’

Piezas mecánicas, artículos electrónicos y partes de máquinas en desuso, cobran una nueva vida en manos del colectivo ‘El Desguazadero’.

La fusión de diferentes piezas mecánicas, artículos electrónicos reciclados y partes de todo tipo de máquinas viejas en desuso, se volvieron una especie de fórmula para dar vida a obras de arte tipo ‘Frankenstein’, como lo definen sus creadores, los fundadores del colectivo ‘El Desguazadero’.

María Fernanda Mora del Río y Juan José López, son los artífices de esta iniciativa, ambos son artistas plásticos de la ASAB (Academia Superior de Artes de Bogotá - Universidad Distrital Francisco José de Caldas) y desde la época universitaria, descubrieron su gusto por reinventar máquinas con sus propias manos, donde la exploración de materiales y herramientas, les ha brindado un amplio conocimiento sobre diferentes posibilidades y alternativas para elaborar sus obras.

Entomología mecánica (Érika Garzón), Obra elaborada utilizando partes de discos duros de compuadores donados y motores de impresora.

Tocadiscos, piñones, licuadoras, motores, cintas de VHS, pantallas de computadores. Todo tiene un uso para este dúo de artistas, en el camino por construir una obra.

“Todo es útil, para nosotros todo tiene una alto valor y potencial, por lo general lo que hacemos es clasificar, luego desarmar pues nos permite conocer y entender cómo funcionan los objetos, luego clasificamos los materiales y finalmente, muchas cosas que ante otros nunca hubiesen servido, toman una nueva función”, comenta María Fernanda Mora.

Su trabajo no responde a ninguna clase movimiento artístico, pero si se enmarca dentro de lo que hoy se conoce como Maker Movement (Cultura de hacedores). Ellos se definen como amantes del movimiento DIY (Do it your self- Hágalo Usted mismo).

En su más reciente trabajo junto al IDARTES y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, trabajaron en un laboratorio que involucró a diseñadores, ingenieros y artistas, lo que dio como resultado la muestra denominada ‘Máquinas hechizas’.

Fuente de laboratorio (Juan Jose López). Una fuente de alimentación de laboratorio con voltajes variables.

El proceso de creación de cada obra es complejo y dispendioso, además de requerir ‘mucha paciencia y naturalización del error’. Para estos artistas, la equivocación y el fracaso hacen parte de una constante en el proceso creativo, cuando se trabaja con este tipo de elementos o técnicas, pues las piezas resultantes o máquinas no siempre funcionan, presentan fallas y suelen dañarse. “Para nosotros esto es algo positivo y es parte de nuestro proceso y aprendizaje”, agrega María Fernanda.

El costo de los materiales e insumos parece ser lo más sencillo. ‘El Desguazadero’ convoca a la gente a través de redes sociales a donar electrodomésticos y partes de aparatos tecnológicos a cambio de la promesa de ‘darles una nueva vida’.

16 segundos de exposición (Néstor Patiño). Máquinas elaboradas para realizar fotografía light painting con motores y diferentes partes de computador recicladas.

La nostalgia por lo viejo y el revivir los objetos en desuso hacen parte de los lineamientos conceptuales de este colectivo. Sus creaciones pueden ir desde una máquina utilitaria, un instrumento musical, una máquina absurda, inusual o una pieza escultórica.

“A veces todo surge de una necesidad, por ejemplo, hacer un objeto que es muy difícil de tener, algo de difícil acceso, ya sea por su valor económico o por cualquier otra razón”, explica la artista.

Para ‘El Desguazadero’ también es importante la sabiduría popular y el rescatar la labor de aquellos técnicos y mecánicos conocedores del ‘alma’ de cada máquina, que con el tiempo se han extinguido. En la muestra de ‘Máquinas hechizas’ lograron agrupar este tipo de saberes.

ETIQUETAS