¿Debussy o Ravel?
@LauraGalindoM
Hablar de Debussy y Ravel es como hablar de Dolce & Gabbana. De Thelma y Louis. De las dos Kardashian que no son Kim. Son nombres que siempre suenan juntos y que nadie logra distinguir por separado. Yo, por supuesto, me incluyo en la lista. Muy a pesar de ser pianista y de llevar en la música casi los mismos años que tengo, no logro dar con diferencias tangibles ni puntuales. En alguna clase, una pianista japonesa me dijo que Debussy era atmósfera y Ravel era demencia reprimida. Es decir, me lo dijo todo y al mismo tiempo, no me dijo nada.
Voy a intentarlo al revés. En común tienen que son franceses, que vivieron después de la Revolución y que son los representantes más grandes del expresionismo. Que le dieron la vuelta a la música europea, se brincaron sus reglas y se inventaron un estilo nuevo que poco tenía que ver con la academia de ese entonces. Hasta aquí, siguen siendo las dos Kardashian que no son Kim. El pianista Stephen Hough escribió para The Telegraph que “con Ravel se puede ver cada una de las gotas de lluvia mientras que con Debussy se ve el jardín completo, borroso y mojado”. ¿Dolce o Gabbana? Una metáfora bellísima al oído, pero inútil a todo lo demás.
Robert Morgan, dedica un capítulo entero de su libro Twentieth-Century Music: A History of Musical Style in Modern Europe and America a las diferencias técnicas entre los dos franceses. Que Ravel es más tradicional con sus conducciones armónicas. Que Debussy es más irregular en sus patrones rítmicos. Que las ideas melódicas, que los acordes por cuartas, que los desarrollos… Toda una disertación académica que concluye en que el primero fue un innovador y el segundo un compositor que actualizó el clasicismo. Con Morgan, tampoco fue.
El compositor Ned Rorem dijo alguna vez que “Ravel, en privado, llamaba a Debussy ladrón mientras que Debussy, por su parte, lo llamaba tramposo”. La explicación es menos interesante de lo que podría. El segundo movimiento de las Estampas de Debussy tiene bastantes parecidos con la Habanera de Ravel, pero ninguno se copió del otro. Las dos obras están inspiradas en aires españoles y hacen uso de sonidos y melodías tradicionales. Alex Ross, crítico musical de The New Yorker, dice que “Debussy sentó un precedente histórico, pero Ravel se mete bajo la piel”.
Entonces, ¿Khloe o Kourtney Kardashian? Ravel compuso menos obras, pero la academia tiende a inclinar la balanza de su lado. Fue conductor de camiones durante la Segunda Guerra Mundial y a los 57 años sufrió un accidente que le dejó daños cerebrales y fue deteriorando su salud. El taxi en el que iba se estrelló contra otro carro. Debussy citó varias melodías del folclor francés en su música y fue ligeramente más nacionalista. Se casó con la ex esposa del también compositor Gabriel Fauré y tuvo una hija que a los 11 años murió de difteria. No fueron amigos, tuvieron vidas trágicas y ninguno murió de viejo. Aunque sigo sin dar con alguna diferencia precisa, cuando los escuchó siento en algún lugar, muy clara y muy potente, la atmósfera o la demencia reprimida.
Bonus track - Playlist recomendado
Maurice Ravel, Jeux d’eau. Toca: Martha Argerich:
Claude Debussy, Feux d’artifice. Toca: Marc André Hamelin:
Maurice Ravel, Alborada del gracioso. Dirige: Seji Ozawa:
Claude Debussy, La Mer, 1er movimiento. Dirige: Gustavo Dudamel:
