Tocancipá y su apuesta por la música

Por: Laura Galindo M.

—Nuestro grupo está conformado por cuatro niñas y se llama Las Vecinas—dice Natalia Garavito. Tiene 12 años y toca el requinto.
—¿Por qué? —pregunto.
—Pues porque somos vecinas—responde ella haciendo una mueca de obviedad.

Viven cerca al mirador de los Alisos, a 10 minutos en carro de la Escuela de Formación Musical de Tocancipá en la que dos veces por semana reciben clases de requinto, guitarra, guacharaca y tiple. Angélica, Dayana, Karen y Natalia conforman una de las 10 agrupaciones de música campesina que tiene la escuela y que se dedican a este género que Jorge Veloza bautizó en 1980 como carranga.

El programa de música de Tocancipá tiene 2.494 estudiantes y además de agrupaciones campesinas cuenta también con 8 bandas sinfónicas, 10 bandas marciales, 6 coros, una orquesta y varias tunas, estudiantinas y conjuntos rock. Comenzó en el año 2000, cuando Germán Hernández, para entonces director de la única banda del municipio, propuso implementar un modelo de aprendizaje que responde a una filosofía probada en el mundo por el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, el Núcleo Corona de Nueva York y la Orquesta Esperanza Azteca de México: aprender tocando.

La banda de Tocancipá se convirtió en escuela. Tenía como base a las agrupaciones infantiles, le seguían las juveniles y en la punta de la pirámide estaban los 16 músicos que conformaban la banda sinfónica. De esa manera, la formación musical era un proceso que comenzaba desde niños y que se vinculaba a la práctica desde el primer día. Funcionó. Llegaron los concursos, los premios y los festivales. La banda lleva casi 20 años ganando medallas en Colombia y en agosto del 2017 se llevó el primer puesto del World Music Concour en Holanda.

La idea fue creciendo y se hizo urgente la creación de espacios paralelos. Había quienes querían cantar, tocar piano, violín, tiple o bandola. Nacieron los programas de iniciación musical, los coros, las bandas marciales, las orquestas de cuerdas pulsadas y, en el año 2003, la Orquesta Sinfónica de Tocancipá. “Teníamos una banda de 40 personas, solo una. En almacén había unos violines y dijimos: bueno, pongámoslos a hacer algo”, cuenta Germán Hernández, actual director.

Al principio fueron unos pocos músicos y dos profesores a cargo: Leonardo Chirimía y Hilton Escarpeta, quien aún integra la orquesta en la cuerda de los violines. Hoy son 17 formadores y 60 instrumentistas. “Todos tienen niveles y edades diferentes. Eso hace que sea una integración muy valiosa alrededor de la música”, dice Hernández. Ellos serán los encargados de inaugurar la gira PianoMóvil 2019, escalas por Colombia. Se presentarán en el Auditorio Fabio Lozano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, junto a un coro de 50 estudiantes de la Escuela de Formación de Tocancipá y del pianista Diego Franco, que hará las veces de solista.