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Las Farc dicen adiós a las armas para siempre

Más de cinco horas de viaje y una carretera destapada llena de lodo son necesarias para llegar a la zona veredal Mariana Páez en el Meta.

Por: Nataly Ramírez Vargas.

Más de cinco horas de viaje y una carretera destapada llena de lodo son necesarias para llegar a la zona veredal Mariana Páez en el Meta. Desde la mañana del lunes 26 de junio cada “camarada” se preparaba para su adiós definitivo de las armas.

En Mariana Páez hay en la actualidad cerca de 800 excombatientes, un gran número de ellos lo integran aquellos que han salido de las cárceles amnistiados, para iniciar su proceso de reincorporación.

Los campamentos están hechos con lona verde, no hay cocinas, ni baños, todos sus integrantes dicen que es una de las zonas veredales con más retrasos en la actualidad.

“Usted mira y no se ha avanzado en nada, tenemos un retraso mínimo de dos meses, por eso nos parece tan importante que vengan acá y nos visiten. Para que ustedes mismos se den cuenta de las condiciones en las que vivimos, porque dicen que nos damos la gran vida y estamos como reyes”, indica Anderson Salazar.

Por eso los preparativos para el gran evento de dejación de armas se hacía en cambuches improvisados, no importaba si llovía o hacía sol, todos tenían que trabajar en equipo para que se alcanzara a tener la comida y la tarima. Además de los actos artísticos y culturales con los que se iban a recibir a los invitados el 27 de junio.

En un extremo, cerca de 20 integrantes de las Farc alistaban papas, carne y yuca, eran ollas gigantes que empezaron a arder desde las 2:00 a.m., cada uno iba se dividía las actividades.

“Unos alistamos la yuca, otros estamos preparando la carne, queremos que todo salga muy bien, que todos los que vengan se sientan bien recibidos y que comprendan que pese a lo poco que tenemos siempre estamos dispuestos a compartirlo” expresó alias Julián.

Al otro lado, un grupo de cinco excombatientes pintaban cuadros inspirados en la paz, una paloma y una imagen alusiva a las Farc que iba a ser entregada a Timochenko y al Presidente Juan Manuel Santos.

Con escoltas y camionetas blindadas iban llegando uno a uno los integrantes del secretariado de las Farc, adentro todos querían saludarlos y atenderlos, mientras ellos con mesura y cuidado se ponían al frente de cada uno de los preparativos.

“Este no es un evento para nosotros, hemos dicho que es para toda Colombia, es la oportunidad de empezar a escribir una nueva historia, un nuevo comienzo en donde queremos trabajar para las comunidades”, indicó Pastor Alape.

El 27 de junio empezó muy temprano para las Farc, desde antes de salir el sol, con un clima fresco y el cielo despejado, todos se vestían de forma especial. Una camiseta blanca, con un letrero azul donde se leía “nuestra única arma, la palabra”, los identificaba como integrantes de esta organización de la que dicen sentirse orgullosos.

La Policía, la ONU y la avanzada de Presidencia empezaron a llegar después de las 8:00 a.m. anillos de seguridad requisaban a los periodistas e invitados a presenciar el adiós definitivo de las armas.

“Hay un dispositivo de más de 15.000 hombres en las zonas veredales, queremos garantizar la seguridad de todos en este día histórico para el país. Según la información que entregó ayer la ONU en los contenedores hay 3.3621 armas, un hecho que demuestra al país y a Latinoamérica que la guerrilla más antigua da un paso definitivo a la legalidad”, aseguró el Contraalmirante Orlando Romero, integrante del mecanismo tripartito de verificación.

Antes del inicio del evento, los integrantes del secretariado de las Farc estaban reunidos en un cambuche cuadrando los últimos detalles, afuera, la gente los esperaba expectantes y cuando salieron se escuchaba al unísono, seguido de un centenar de aplausos “qué viva la paz, que viva la paz”.

Ya en tarima, el Presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, máximo jefe de las Farc se hicieron en la parte de adelante, atrás, cada uno tenía su comitiva.

El primero en dirigirse a la gente fue Timochenko, quien destacó que la dejación de armas no significa el fin de las Farc.

“En este día no termina la existencia de las Farc, en realidad a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento armado de 53 años. Seguiremos existiendo como un movimiento ideológico de carácter legal y democrático que desarrollará su accionar político organizado y propagandístico por vías legales y pacíficas” indicó Timochenko.

También solicitó más control frente al asesinato de líderes sociales e integrantes de las Farc y algunos familiares.

A su turno, el Presidente Juan Manuel Santos tomó la palabra y destacó los momentos más importantes vividos en el proceso.

“Lo que está pasando hoy hace que valga la pena todo el camino que hemos cruzado, hoy dejamos atrás una guerra que dejó 8 millones de víctimas, frente a los acuerdos reiteramos que paso a paso les vamos a cumplir”.

En las sillas mientas tanto, el público se abrazaba y lloraba, los integrantes de las Farc sentían que era mentira el momento que estaban viviendo, por eso, le apuestan todo a este paso a la legalidad, pese a los temores que hay en su vida.

“Nosotros no queríamos las armas, fue lo que nos tocó y aunque nos dolió entregarla, es el paso necesario a la nueva vida que estamos comenzando, los más lindo es saber que nuestros hijos no van a vivir lo que nos tocó a nosotros” aseguró Luis, con sus ojos rojos y una que otra lágrima mientras alzaba a su hija de dos años.

A partir este momento la historia se escribe de nuevo, una historia que ya no estará manchada de sangre, porque como lo han expresado en diferentes escenarios, para las Farc su única arma será la palabra.

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