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Del Pacífico con el corazón, el Maestro Hugo Candelario

Hugo Candelario nació en un pueblito escondido del pacífico colombiano. Como muchos pueblos de Colombia Guapi, ha sido azotado por la violencia, la inseguridad y el abandono que sufren algunas comunidades del país.

Guapi “es un pueblito pequeño, está allá enmarcado, encerradito, como enclaustradito en la selva tropical del pacífico, con una población de descendencia eminentemente africana”, dice Candelario. Este pequeño puerto fue fundado en 1772 por colonos organizados por Manuel Valverde.

Ubicado en la costa caucana, este poblado es la cuna de muchos ritmos típicos de esta costa del país. También es allí donde viven los maestros dedicados a hacer la marimba de chonta, instrumento que acompaña la música pacífica y cuya concepción es netamente colombiana.

“Guapi tiene fama por eso, hay músicos, poetas, deportistas reconocidos, hay una vena artística muy importante y natural”, afirma Hugo Candelario, quien vivió hasta los 12 años en allí, aunque siempre regresó.

“La sazón de Guapi es una cosa impresionante, contundente” afirma el director del Grupo Bahía, quien recomienda además ir a comer a la Galería del pueblo, donde la comida es rica, barata y fresca, “del mar o el río, a la olla”.

Su ubicación estratégica hace de esta población un destino turístico, ya que tiene paisajes de río y de mar, además de ser uno de los puntos desde dónde se puede llegar a la Isla Gorgona, que es uno de los grandes santuarios naturales del país.

¿Qué hace de la música de Guapi algo especial? “No sabría exactamente, alguna vez me lo preguntaron. Yo creo que fue de un mestizaje que hubo allí, los nativo:, los indígenas y los afrodescendiente; y también llegó mucho europeo, gente de Francia y creo que eso dio origen a ese sonido y a esa manifestación artística particular”.

Una zona en dónde el Currulao, arrollaos, jugas y bundes se junta en sonidos llenos de fuerza y espiritualidad.

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