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Recomendaciones para padres: ¿cómo enfrentar el regreso a las aulas?

Conversamos con la doctora María Isabel Guerrero Silva, psicóloga infantil y de adolescentes.

La pandemia modificó sustancialmente las rutinas y las actividades a las cuales la humanidad estaba acostumbrada, y por supuesto los niños, niñas y adolescentes hicieron de sus casas el lugar de recreación, el aula de clase, su hogar y en conclusión, su espacio de desarrollo. El aislamiento y la distancia física en los menores pueden desencadenar algunas complicaciones para su desarrollo y para el fortalecimiento de algunas competencias socioemocionales, razón por la cual expertos celebran que el Gobierno dé luz verde al regreso a las aulas bajo la alternancia.

En Contacto Directo la doctora María Isabel Guerrero Silva, psicóloga infantil y de adolescentes, especialista en atención clínica comportamental cognoscitiva de bebés, niños y adolescentes, explicó que no es conveniente generalizar lo difícil o sencilla que ha sido esta pandemia para los padres y sus hijos, teniendo en cuenta que cada familia tiene sus particularidades, no obstante, dijo que esos cambios abruptos en sus rutinas ha dejado ver lo resilientes que son los niños y las niñas.

“Como sociedad tendemos a creer que ‘si a mi hijo le va bien, es porque le está yendo bien en el colegio’, y resulta que esta no es una medida objetiva porque tener buenas notas no es una característica de tener salud mental. Por eso necesitamos trabajar en otros componentes y evaluar si nuestros hijos están tranquilos, si se relacionan bien, si duermen bien, entre otros factores”, señaló.

Por lo anterior, insistió en que se debe aclarar cuáles son los retos de desarrollo específicos para cada etapa de la vida del menor y así, establecer prioridades de acompañamiento y orientación durante los procesos educativos en casa y en alternancia:

- Menores entre los 0 y los 7 años: La escolaridad y la virtualidad. “Es mucho más difícil para ellos manejar las herramientas tecnológicas y conectarse autónomamente, por eso necesitan más atención y sobre todo, un acompañamiento constante”.

- Menores entre los 7 y los 11 años: Socialización. “Los niños que están entre los grados tercero y sexto están teniendo grandes problemas de autoestima y socialización porque están iniciando sus procesos de independencia. Vemos menores más solitarios, que recurren, de forma casi que desbordada, a la tecnología y esto no es conveniente”.

- Menores entre los 11 años y adolescentes: Compartir experiencias. “Para ellos el reto académico está siendo un poco más sencillo. Muchos adolescentes dicen que son más agradables las clases en la virtualidad e incluso, mejoraron sus rendimientos académicos. Sin embargo, no están compartiendo las vivencias del día a día con sus compañeros, lo cual es algo fundamental en esta etapa”.

Foto: Pixabay

El reciente anuncio de las autoridades del retorno progresivo a las aulas fue una buena noticia para Guerrero, pues se trata de un espacio en el que los menores podrán “desarrollarse nuevamente y generar las competencias que los regresen a su cotidianidad”.

El ser humano por naturaleza necesita de la socialización, incluso, Guerrero explicó que es una de las pocas especies que desde su nacimiento es dependiente de otra persona para sobrevivir y desenvolverse en el mundo. “Los seres humanos necesitamos de un ‘otro’ que nos enseñe, que nos proteja y que en el que nos podamos mirar para desarrollar lo social y lo emocional”.

“El regreso a las aulas les permitirá a los menores el desarrollo de un ambiente de tranquilidad y que la tensión emocional que estamos viviendo empiece a bajar. Muchos niños y niñas que ya iniciaron sus actividades escolares en alternancia manifiestan sentirse felices y sus padres explican que están preparados para continuar y que están más productivos en sus trabajos. Hay que apuntarle a que nuestros hijos se cuiden, cuiden al otro y construyamos sociedad”.

Sin embargo, muchos niños crearon en sus hogares un refugio y un ‘lugar seguro’ ante algunas experiencias negativas en sus colegios, tales como el bullying u otras formas de discriminación. Para los niños y niñas que no quieren regresar a sus colegios y hacer esta transición de manera equilibrada y tranquila, Guerrero recomendó fortalecer vínculos entre los padres y los hijos, de tal manera que durante los meses anteriores determinaran el grado de afectación de los menores al estar en el colegio y capacitarlos para el regreso a clases.

“Si no se hizo un fortalecimiento, es importante que empiecen a hacerlo y de ser necesario, busquen apoyo desde psicología, psquiatría o habilidades sociales. Nuestros niños siempre deben tener un paquete básico en sus vidas que se compone de: autoestima (autoconcepto, valores y amor propio), habilidades de afrontamiento (cómo debo enfrentar las situaciones, cómo perder el miedo en situaciones difíciles, etc) y solución de problemas. Con estas herramientas no habrá reto que para ellos sea grande”, explicó.

Guerrero concluyó que los padres deben conocer a sus hijos, identificar sus fortalezas y sus debilidades, “y esas debilidades hay que llenarlas con fortalezas para ayudarlos a que el retorno a clases sea lo mejor posible”. Reiteró que el ejemplo de tranquilidad, optimismo y voluntad de los padres será el primer paso para hacer del regreso a las aulas un proceso tranquilo y satisfactorio para las familias en general.

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