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Teatro en Pasto: arte para reflexionar

Un recorrido por el Festival Internacional de Teatro San Juan de Pasto, en su vigésimo primera versión.

Por: Janneth Jurado - Radio Nacional Pasto

“El Festival es un lugar para el encuentro y los abrazos, para la crítica social, el pensamiento y el ejercicio de propuestas para la evolución humana, la justicia, la equidad, la tolerancia, la convivencia, la protección a la naturaleza, cultura ciudadana, democracia, sentidos de identidad y espiritualidad, para la fiesta y el divertimento, para la unión familiar y los amigos, como un gran escenario donde la ciudad de Pasto se transforma y hace palpitante y vivencial su vocación de ciudad artística, cultural y escénica”. Son las palabras de Alberto Bolaños, al referirse a lo que significa el evento que él gestó y que cada año se vive en la capital nariñense: el Festival Internacional de Teatro San Juan de Pasto, en su vigésimo primera versión.

Artistas de la región, del país y del mundo convierten a la ciudad en un escenario para observar, pensar y reflexionar desde el teatro, con el fin de cristalizar un lema: “Públicos para el teatro, ciudadanos para la vida”. Grupos de Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Brasil y Colombia demuestran que a través del arte, la multiculturalidad nos hace más humanos y sensibles. Roberto Roa, bailarín y actor del colectivo Oráculo de Chile, nos contó que mucho antes de que la invitación llegará a sus manos, ya tenía un referente de la calidad del Festival en Pasto y su expectativa de presentar su obra a un público conocedor.

“Qué nervios, esperamos que disfruten mucho del espectáculo porque nosotros le estamos poniendo todo el entusiasmo posible”: Roberto Roa. bailarín y actor de El Oráculo de Chile.

En las salas: Aleph Teatro, Teatro Imperial, y en la calle: Plazoletal La Catedral y Parque Chapalito, niños, jóvenes y adultos descubren el sueño de crear historias, conocer hasta dónde llega el cuerpo para manifestar y evocar recuerdos, emociones y la disciplina de una técnica que se ha conseguido solo con amor y entrega por lo que se traduce en arte.

Una de las organizadoras y pionera junto a Alberto Bolaños, Mercedes Guerrero, dijo: "Más que una puesta en escena es una experiencia que transformará las mentes de un público creativo, reflexivo y crítico, por un territorio que anhela amor, tolerancia y sana convivencia”.

“Preguntan sobre las obras y el contenido de las mismas, la gente disfruta mucho de las obras internacionales, el público es variado, incluso los adultos mayores piden un precio especial para poder asistir, y se los hemos dado”: Mercedes Guerrero, actriz y organizadora del XXI Festival Internacional de Teatro San Juan de Pasto.

Foto: Janeth Jurado.

Lilí Cursio de Brasil, manifestó, que mediante el espectáculo de payasas que ella realiza, en donde le da vida a Jazmín y Mafalda, buscan que el adulto, en especial la mujer, saque a flote su lado torpe, la estupidez que la sociedad limita y muchas veces castiga, arraigando la idea de que el payaso es un ser humano dilatado, que se permite reír de sus errores. “La payasada en A - las - pi- pe - túa, hace cosquillas en el corazón de hombres y mujeres, dejando claro que el ridículo no es pecado, es una situación por la que atraviesa toda persona en algún momento de la vida”

“Le enseña al adulto a no tener miedo a su lado oscuro, yo me he dado cuenta que ahora me doy licencia para hacer pavadas, y soy más auténtica, más natural”: Lilí Cursio, ‘Seres de Luz Teatro’ de Brasil.

El Teatro La Concha de Cali invitado también como cuota nacional, con Gloria Gómez, ofrecen a Pasto una puesta en escena sobre un personaje tradicional llamado ‘Jovita frente al espejo roto’. Antes de su llegada a Pasto, Gloria había escuchado sobre la excelente atención de los nariñenses y también sobre la calidez del público en las presentaciones.

“Jovita recuerda esos momentos en los que fue reina de Cali, era amiga de todo el mundo, en esas décadas vemos el cambio del Cali viejo a la modernidad”: Glória Gómez, Teatro La Concha de Cali.

Dejar un recuerdo que perdure y se convierta en una vivencia, una historia que será transmitida a otros, sobre cómo se siente, se vive y se hace el teatro, un evento que se convierte en caricia en la piel con cada palabra, canción, silencio o poema. Se busca sembrar en cada espectador el amor por este emprendimiento cultural, de tal forma que sea tan cotidiano y nos podamos decir unos a otros: “¡Vamos al teatro!”, es el propósito de esta lucha artística de 21 años en la ciudad sorpresa de Colombia.

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