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Emergencia en Hidroituango: la incertidumbre de la población aguas abajo

EPM y los constructores de la obra enfrentan una lucha contra el tiempo para terminar los trabajos de levantamiento de la presa.

Por: Colprensa

Tras 25 días de emergencia en el proyecto de Hidroituango, las Empresas Públicas de Medellín (EPM) y los constructores de la obra enfrentan una lucha contra el tiempo para terminar los trabajos de levantamiento de la presa que permitan mitigar un desbordamiento por encima del proyecto.

Más de 1.500 obreros trabajan en turnos escalonados las 24 horas del día para alcanzar la cota 410 de la presa y terminar de construir el vertedero, sistema por el cual se podría evacuar el agua controladamente sin el riesgo de que el embalse se desborde por encima de la presa causando un grave impacto en la estructura y amenazando los municipios aguas abajo del proyecto.

El presidente de la República, Juan Manuel Santos, visitó este martes la zona para verificar los avances que se han tenido en la construcción de la presa, la cual llegaría este miércoles a la cota 410 y bajaría la condición de riesgo para los municipios de Cáceres, Tarazá y Caucasia, además de conocer en mayor detalle las estrategias implementadas para la atención de las miles de personas que tuvieron que ser evacuados.

“A partir de mañana, cuando se llegue a los 410 metros de la presa, el riesgo de una avalancha disminuye a riesgo de una creciente. Eso significa que municipios como Tarazá, Cáceres y Caucasia, que están en estos momentos en alerta roja, cambian a alerta naranja”, manifestó Santos.

Sin embargo, es indudable la afectación que ha dejado esta emergencia en miles de pobladores de los municipios de la zona de influencia del proyecto, los cuales han tenido que dejar sus hogares y vivir en medio de la incertidumbre de que se presente una creciente súbita o, en el peor de los casos, una avalancha.

La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y Desastres (UNGRD) informó que son más de 25.000 personas las que han sido evacuadas, de las cuales 23.900 corresponden a habitantes de los cuatro municipios del área de influencia. De ellos, 3.640 están en albergues, 19.300 en autoalbergues y 882 en albergues espontáneos.

Por su parte, el viceministro de Salud, Luis Fernando Correa, quien también estuvo verificando los albergues en donde están las personas evacuadas, indicó que en general las condiciones de estos espacios son buenas y se trabaja para mejorar la atención médica de estas poblaciones.

“Estuvimos evaluando las condiciones que en materia de salud se están haciendo para la población evacuada y creo que las noticias en este aspecto son buenas. Afortunadamente todavía no tenemos ninguna preocupación sanitaria en estas zonas, obviamente tenemos muchas necesidades y vamos a reforzar los temas de atención médica y el suministro de algunos insumos y medicamentos, además de algunos proyectos prioritarios que se han dispuesto para atender a esta difícil situación”, indicó Correa.

En ese sentido, Jonás Darío Henao, alcalde del municipio de Valdivia, el cual ha sido uno de los mayores afectados por la emergencia y a donde se han ubicado la mayor parte de los albergues, indicó que se viene trabajando para mejorar las condiciones de estas personas y esperan que los trabajos que se adelantan en la presa avancen con la mayor rapidez para reducir el riesgo sobre las poblaciones que se encuentran aguas abajo del proyecto.

“En estos momentos tenemos evacuadas más de 3970 personas y un total de 981 familias en nueve albergues temporales y cuatro extemporales. Actualmente tenemos una situación de calma y de tranquilidad donde la gente ha entendido la situación que hemos venido pasando, pero lo importante es preservar la vida de todos evitando una catástrofe, que Dios mediante no suceda, y estamos tratando de mejorar cada día más las condiciones de estas personas con un buen acompañamiento”, indicó Henao.

El mandatario destacó que esta situación "nos ha enseñado que primero prevalece la vida del ser humano, lo material hay que dejarlo y salir. Tenemos personas que se quedan en autoalbergues en la montaña, pero muchas se quedan por cuidar sus casas y sus cosas y cuando amanece retornan a sus casas”, indicó Henao.

El segundo municipio afectado con esta emergencia ha sido Tarazá, el cual se encuentra a 76,2 kilómetros del proyecto. El secretario de Planeación y miembro del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo, Juan Guillermo Rivera, explicó que actualmente el municipio se encuentra en una situación de alerta y evacuación preventiva ante una posible emergencia que podría afectar tanto a los habitantes de la zona rural, ubicada en la ribera del río Cauca, como a los de la cabecera municipal.

“En este momento tenemos un campamento en la zona rural porque los habitantes de esas partes serían los primeros afectados con una posible creciente. Además, en la zona urbana tenemos 20 puntos de encuentro y ya están establecidos tres albergues, aquí también estamos trabajando en un albergue con capacidad para 8000 personas y esperamos que no se presente ninguna emergencia en el proyecto para que no tengamos que evacuar las personas”, indicó Rivera.

De acuerdo con el funcionario, se han venido entregando mercados y elementos de aseo a las personas que se han visto afectadas y reconoció que los organismos de socorro y la compañía no han escatimado sus esfuerzos. Además, indicó que las mayores dificultades han estado en la parte logística y en el suministro de los mercados, ya que los proveedores locales no tienen la capacidad de esa demanda por lo que se tienen que traer desde Medellín en un recorrido que puede durar más de seis horas.

“Las personas se han sentido incómodas porque es muy difícil salir de la casa e ir a ubicarse en una carpa en donde no se tienen las mismas condiciones y se pueden pasar necesidades. Pero tenemos que tener en cuenta que debemos estar preparados para lo que pueda suceder en Hidroituango”, explicó Rivera.

Por su parte, Rafael Sánchez, alcalde de Cáceres, una población ubicada también a 76,2 kilómetros de donde se desarrolla el proyecto, explicó que se encuentran en alerta roja por la cercanía a las obras y hasta el momento se han dispuesto dos espacios para atender a los habitantes evacuados.

“Nosotros tenemos dispuestos dos espacios en la zona rural, uno para la comunidad indígena y otro para los campesinos en donde tenemos más de 720 personas. Además, ya están establecidos los puntos de encuentro en la medida en que se pueda presentar una falla en la presa”, explicó Sánchez.

De acuerdo con el mandatario, todas las instituciones de gestión del riesgo hacen presencia en el municipio y con ellas se ha venido trabajando para prestar la atención a todas las comunidades afectadas.

“Estamos desarrollando un posicionamiento para las entregas de ayuda como kits alimentarios, de aseo, hábitat, agua potable y todo lo relacionado con saneamiento básico. Sin embargo, en caso de una emergencia tenemos tres horas para realizar la evacuación de la población, pero confiando en Dios, esperamos que esto no ocurra”, aseguró Sánchez.

Sin embargo, una de las poblaciones más grandes de la región del bajo Cauca antioqueño es Caucasia y la que tiene los mayores retos en materia de evacuación. Su alcalde, Óscar Aníbal Suárez, explicó que se ha diseñado una estrategia en caso de que se llegue a presentar el colapso de la presa, ya que un evento de gran magnitud sería distinto a las inundaciones que enfrenta esta población cada año.

“Tenemos unas estrategias diseñadas porque el tema es de supervivencia y es cómo tener a los habitantes en sitios seguros, pues son más de 70.000 personas las que tendríamos que evacuar en caso de que se presente una emergencia de esa magnitud. Ya tenemos colchonetas, carpas y demás utensilios, y hasta el momento no hemos tenido la necesidad de llevar gente a los albergues, y en caso de que se llegue a presentar la creciente o una avalancha ya tenemos dispuestos los lugares para albergarlos. Lo importante es que tenemos un margen de maniobra de unas horas para realizar esta evacuación”, explicó Suárez.

Para el mandatario, esta situación ha afectado a la población, que está viviendo con la incertidumbre de que se presente una creciente del río Cauca o en el peor de los casos, una avalancha. Además, reconoció que el cierre de la vía ha generado un impacto económico en el comercio y las personas que viven de tráfico vehicular de este corredor.

“Los habitantes están atemorizados, desconcertados y la situación nos está cambiando porque todo el mundo está en la incertidumbre. La economía también nos está afectando porque la autopista está cerrada y muchos habitantes viven de lo que se mueve por la vía, pero por encima de todo esto sabemos que la vida es lo más importante. Tengo que decir que estos pueblos son berracos y la gente echa para adelante, pero estamos preparados en caso de una emergencia y confiamos en Dios en que eso no suceda”, indicó Suárez.

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