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Nuevos Horizontes, una comunidad que pretende resocializar desde la cárcel

A punta de ejercicio físico y agua helada, 200 hombres que han caído en el consumo y la dependencia por las drogas, intentan abrirse paso para dejar atrás la adicción que los llevó a estar en la cárcel Modelo de Bucaramanga por la comisión de algún delito.

Por: Diego Suárez - Radio Nacional Bucaramanga

Doscientos hombres intentan abrirse paso para dejar atrás la adicción que los llevó a estar en la cárcel Modelo de Bucaramanga por la comisión de algún delito. Ellos pertenecen a la Comunidad Terapéutica Nuevos Horizontes, un patio especial en el centro de reclusión, donde el proceso de resocialización se cumple con diferentes estrategias.

El responsable de esta comunidad es el dragoneante del Inpec, Heriberto Flórez, quien desde hace 17 años se convirtió en alma y nervio de un proceso de desintoxicación en el cual las sustancias alucinógenas no se reemplazan por medicamentos ni brebajes. Flórez, quien también es licenciado en educación física y sicopedagogo, le apuesta a una terapia diferente.

“El agua es un gran conductor de oxígeno y si es fría pues oxigena mucho más las neuronas que generan síndrome de abstinencia, la angustia, el miedo, la euforia. Ellos viven como en una guerra continua en la que la mente quiere dejar de consumir pero el cuerpo adicto pide”, sostiene el dragoneante, mientras recuerda que existen dispensadores y neveras en diferentes áreas del patio.

Foto: Cortesía Comunidad Nuevos Horizontes.

“Muy temprano hacemos una hora de ejercicio físico tipo militar y luego tienen un encuentro terapéutico y un proceso académico en algunas aulas. Posteriormente, retoman su trabajo físico entre 11:00 y 12:30 y luego de almorzar descansan un poco y de nuevo de 4:30 a 6:00 de la tarde finalizan el acondicionamiento”.

En esa actividad atlética los internos practican flexiones, sentadillas, abdominales, saltan, trotan y se esfuerzan por dedicarse a ocupar su tiempo para olvidarse de su pasado en el mundo de los estupefacientes.

Después se reúnen en una actividad donde evalúan los logros y tareas cumplidas. Al final tienen la opción de ver un poco de televisión o sencillamente de descansar tras una jornada de mucha actividad.

A diferencia de la mayoría de espacios en los centros de reclusión del país, donde el número de internos supera de manera ostensible su capacidad, en la comunidad Nuevos Horizontes no existe el hacinamiento. Solo hay un cupo de 200 personas que duermen en camarotes, cuentan con espacios dignos y tienen prohibidas las agresiones entre la población.

Cuando no están dedicados al ejercicio, los internos se ocupan en terminar su bachillerato o aprenden inglés y algunos estudian literatura. Las labores del campo hacen parte de las jornadas y también invierten su tiempo en la granja que desarrollan con asesoría del Sena.

Foto: Cortesía Comunidad Nuevos Horizontes.

Los integrantes de la comunidad poseen una emisora llamada Fantasía Estéreo, operada por los que llevan más de un año allí que los mantiene informados sobre novedades de visitas, cambios de horarios y servicios sociales. .

“Cuando alguien llega a la comunidad le damos la bienvenida, lo hacemos sentir importante, tenemos un equipo de voluntariado que nos apoya. Empezamos todo el proceso de acompañamiento y aunque tienen comodidades ellos deben asumir el compromiso de su recuperación”, explica.

Si alguien llega a consumir alguna sustancia dentro de la comunidad o asume acciones violentas o es sorprendido robando, sabe que su salida es inminente y eso se lo dejan muy claro al ingresar.

Flórez asegura que en este patio son una familia. Por eso los seres queridos de los internos se integran en actividades de teatro, danzas, se organizan reinados y les brindan mucho apoyo cultural. “Los lazos afectivos son tan grandes que cuando alguien termina de purgar su pena se hace una despedida emotiva y hay lágrimas. Pero seguimos pendientes de que no recaigan y para eso nos apoyamos en sus familias y cuando flaquean les brindamos asistencia especial”.

El dragoneante reconoce que quienes salen de prisión pueden tener inconvenientes para conseguir empleo. Por eso creó un programa llamado ‘Club de Amigos Nuevos Horizontes’, a través del cual apoyan con oportunidades laborales en algunas empresas de personas que creen en su trabajo terapéutico, a los que recuperan su libertad.

Los reconocimientos a este proceso de recuperación para quienes llegan con adicción y dependencia de las drogas, no se han hecho esperar. El dragoneante Flórez fue invitado a hablar en Nueva York, Washington y Miami, por cuenta de las Naciones Unidas, para socializar el programa de desintoxicación que aplican en la comunidad. “Nos han apoyado con la granja y la sala de sistemas y además nos han visitado integrantes de los consulados de Brasil, Panamá, Venezuela y miembros del gobierno de la República China”, cuenta.

Para el próximo año cuando la Comunidad Nuevos Horizontes cumpla la mayoría de edad, el dragoneante Heriberto Flórez, quien en 2015 fue seleccionado como el mejor guardián de Colombia, espera contar con nuevos espacios y alianzas para ampliar los resultados positivos de su proceso de desintoxicación y que muchos más internos se conviertan en adictos pero al deporte, a la lectura y a ser una mejores personas.

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