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¿Cuáles son los retos del próximo gobierno para defender la vida de los líderes sociales?

Iván Duque Márquez recibe al país con un problema que pareciera superar a las entidades y que demanda acciones mayores.

Por: Juan Ricardo Pulido.

Hace tan solo un par de días, el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, presentaba la cifra acumulada desde el 1 de enero de 2016 a 31 de julio de 2018, eran 331 líderes asesinados en Colombia.

No hizo falta más que un par de titulares más para que la misma, llegara a 333 y es probable que, al momento de publicación del artículo, el número de líderes asesinados se haya ampliado.

Se convierte este, en uno de los mayores problemas que debe atender el nuevo residente de la Casa de Nariño.

Foto: Colprensa, Lunes 6 de agosto de 2018. Reunión del presidente electo Iván Duque con el defensor Carlos Negret el pasado 27 de julio.

Iván Duque Márquez recibe al país con un problema que pareciera superar a las entidades y que demanda acciones mayores. De acuerdo con cifras presentadas por el actual presidente de la República, Juan Manuel Santos, en Colombia hay más de 4 mil 500 líderes sociales y defensores de derechos humanos con protección.

Sin embargo, pareciera ser que la Unidad Nacional de Protección (UNP), no tiene la capacidad para atender la tragedia. De acuerdo con su director, Diego Mora, actualmente se cuentan más de 25 mil solicitudes de protección recibidas en lo corrido del año 2018.

Con corte a 3 de agosto de 2018, la página de la Defensoría del Pueblo, presentaba a los 333 líderes asesinados, distribuidos así:

Cauca 82

Antioquia 47

Norte de Santander 21

Nariño 19

Valle del Cauca 18

Chocó 17

Arauca 14

Risaralda 14

Córdoba 13

Putumayo 10

Bolívar 9

Caquetá 9

Cundinamarca 9

Meta 7

Tolima 7

Cesar 6

Atlántico 5

Caldas 4

Casanare 4

Magdalena 4

Bogotá 3

Guaviare 2

Huila 2

La Guajira 2

Santander 2

Boyacá 1

Sucre 1

Vichada 1

El único consuelo se alberga en los departamentos de Amazonas, Guainía, Quindío, Vaupés y San Andrés y Providencia; en los cuales la cifra permanece en cero.

En Cauca, “No hay garantías para hacer el ejercicio comunitario”

“En el Cauca la situación es muy compleja, pero entre todos tenemos que sacar el valor y unificarnos en nuestros procesos para encontrar más fuerza y valor. Soñamos con lograr unidad con los pueblos indígenas, con las comunidades afro, con los habitantes del casco urbano y por supuesto con los campesinos como nosotros”.

En uno de los municipios de Cauca nació James Flor, campesino, agricultor y por las exigencias de la vida, líder campesino y coordinador de la Mesa de Víctimas del Cauca.

“Ya la comunidad se encuentra atemorizada frente a todos los procesos de organización que se expresen”. James recientemente tuvo que salir de su tierra, fue obligado a permanecer en la capital del departamento porque, como él mismo lo dice, es el lugar que al menos le permite movilidad.

A pesar de que hasta ahora no se ha dado ningún contacto con el presidente entrante, lo que esperan es poder construir en conjunto.

“Queremos ser muy activos en la construcción del Plan de Desarrollo Nacional, para que se tomen en cuenta los procesos reivindicativos de las víctimas en materia de no repetición, memoria histórica, reparación integral, retorno, y restitución de tierras, temas que se han quedado cortos”, señala.

En el departamento del Cauca, uno de los más golpeados históricamente por el conflicto, la lucha por el territorio continúa. Grupos al margen de la ley pretenden hacerse al control de las rutas del narcotráfico, manejar la minería ilegal, y en general, dominar las fuentes de financiación que históricamente fueron de la guerrilla de las Farc, dominar el territorio. De acuerdo con líderes de la región, la muy lenta aplicación de los acuerdos de paz les está costando la vida.

“Desde las asociaciones estamos colaborando para que exista la paz, estamos visibilizando nuestras problemáticas a nivel nacional e internacional y ante todo, estamos buscando garantizar la estabilidad y que se nos respete la vida”, sostiene.

Antioquia, entre el miedo y el liderazgo

“En Colombia los líderes sociales estamos atravesando una difícil situación, un difícil momento porque, desafortunadamente, pensar diferente, hacerle seguimiento a las políticas públicas que benefician a la población de nuestros territorios, denunciar actores que generan la guerra, que generan violencia y denunciar la corrupción; es una situación que hoy en día los lideres la vemos con temor. Nos hace incluso llegar a pensar si debemos desistir por defender los derechos humanos”.

Así resume la situación de los líderes en el país, Menderson Mosquera. Oriundo de Istmina, Chocó, licenciado en lengua castellana.

Vivió durante 11 años en Apartadó, corregimiento San José de Apartadó. Para el año 2008, grupos al margen de la ley, llegaron a la escuela La Victoria Centro Educativo Rural y lo calificaron como objetivo militar. Tuvo que salir casi que de inmediato. Es líder y defensor de derechos humanos, desplazado en tres oportunidades y, actualmente, coordinador de la Mesa de Víctimas de Antioquia.

“Los líderes en Colombia hoy estamos sosegados y maniatados, hemos tenido que limitar nuestras acciones. Estamos condicionados a si denunciamos o no denunciamos los actos de violencia que se presentan en zonas donde justamente la violencia ha permeado a la población. Hoy estamos en total incertidumbre, no sabemos qué pueda ocurrir, nuestros líderes están renunciando a la defensa de estos derechos, porque no vemos las mínimas garantías por parte del Estado en cuanto a seguridad y protección”, apunta.

“Estamos los resistentes que continuamos con la idea de defender y, como lo dijo el defensor del pueblo, inclusive dar la vida por defender la comunidad, por defender los derechos humanos”, agrega.

A partir del próximo 7 de agosto, se prevé un nuevo panorama. Los líderes sociales y comunales, defensores de derechos humanos, esperan que el presidente electo Iván Duque continúe con los acuerdos de paz, y que una de sus primeras determinaciones sea la de ampliar el plazo que tiene la Ley 1448 de 2011 por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones, que termina en 2021 y que de acuerdo con líderes y expertos, va a dejar a medias la tarea de reparación a las víctimas.

“En la actualidad no se ha reparado ni el 50% de la población víctima de Colombia, y son más de 8 millones de víctimas que esperan por reparación”, manifiesta Menderson.

“Soñamos con que el presidente Iván Duque pueda materializar con mayor celeridad los acuerdos de La Habana. El tema de la participación política no sólo de la Farc sino también de las víctimas. Así como la guerrilla de las Farc tiene participación en 10 curules del Congreso de la República, así también deberían ofrecernos curules directas en el Congreso para que se escuche nuestra voz, la voz de las víctimas”.

Actualmente Menderson, como muchos otros líderes y defensores del país, se encuentra exiliado, viviendo en Colombia, pero no en su tierra, no en la región en la que lucha, ni en donde están sus paisanos, sino en la que, por ahora, le brinda seguridad.

Comparte sus días con otros líderes que, como él, tuvieron que refugiarse en un hogar temporal dispuesto por la Alcaldía de Medellín. Asumieron el costo, los gastos, temas de seguridad, y entendieron y enfrentaron el problema que están atravesando los integrantes de la mesa departamental de víctimas.

“Nosotros directamente no hemos tenido acompañamiento o acercamiento con el nuevo gobierno. Una de las oportunidades que tuvimos fue durante los debates presidenciales. Enviamos la solicitud desde Antioquia para presentar nuestras ideas, pero lastimosamente no se pudo, no nos contestaron debidamente; el único que respondió fue el doctor Humberto de La Calle, pero fue imposible participar en el debate de candidatos presidenciales de la ciudad de Medellín”, señala.

Ahora, esperan que, con la llegada del nuevo mandatario de los colombianos, pueda darse un diálogo para exponer sus dificultades y expectativas:

“Ese es nuestro mayor anhelo, acercarnos, estar a disposición de todas las actividades que se piensen adelantar con el nuevo presidente y su Plan Nacional de Desarrollo. La Colombia que todos necesitamos, es una Colombia pluriétnica, multicultural, una Colombia en donde todos tengamos oportunidades y todos podamos participar democráticamente en un Estado social de derecho, aunque hasta ahora, no hemos tenido ningún acercamiento con el nuevo presidente, ni con nadie de su gabinete”.

La escuela, debería ser territorio de paz

“No es justo que, en cualquier lugar del país, los violentos interrumpan la escuela y la cojan para reuniones. Cuando la guerrilla las hace, los paramilitares dicen que somos auxiliadores de la guerrilla. Y cuando los paramilitares hacen sus reuniones en el colegio, la guerrilla dice que somos auxiliadores del paramilitarismo. Cualquiera de las dos situaciones, quien paga los platos rotos, somos los maestros colombianos y por eso estamos exigiendo que la escuela sea declarada territorio de paz”. Así se expresa Rafael Cuello Ramírez, secretario general de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), al indagar sobre los maestros y el papel que han jugado en el marco del conflicto.

“Los maestros somos gestores de cultura, de ciudadanía, de paz, de democracia, de pedagogía, de ciencia, de tecnología que rechazamos la violencia venga de donde venga.”

La cuota de asesinatos de maestros, considerados los primeros líderes de las comunidades, también es alta. Desde el año de 1998 se cuentan más de 1200 maestros que han sido asesinados. De acuerdo con Fecode, este año ya se cuenta con 150 docentes amenazados en Nariño, Cauca, Antioquia, Valle, y Caquetá; y la cifra de profesores asesinados ya es de tres.

“Nosotros somos la representación del gobierno en el lugar más recóndito del país. Donde no está el Ejército, donde no está la policía y por eso nos han cobrado y nos siguen cobrando.”

Según Rafael Cuello, se han hecho denuncias reiteradas respecto a la situación de los líderes: amenazas, amedrentamientos, extorsiones, incluso asesinatos en el último periodo en Nariño, Córdoba, Antioquia, La Guajira, Caquetá, pero hasta ahora no se ha presentado ningún cambio.

Aunque hasta la fecha no han tenido acercamiento alguno con el nuevo gobierno, esperan que, como en campaña, se puedan dar espacios para plantear sus problemáticas y sus ideas.

“No hemos tenido ninguna reunión, ninguna invitación. Esperar a ver, hasta ahora cero contacto. Esperamos que tal como lo pregonó en su campaña, trascienda el hecho de buscar votos con los discursos y pase a la realidad, y que no solamente a los maestros, sino a todos los ciudadanos, se les garantice la vida. La vida es sagrada, es un derecho y hay que salvaguardarla”

La esperanza puesta en el nuevo Gobierno

Aunque ninguno de los líderes consultados ha tenido acercamientos con el nuevo gobierno, ni han recibido alguna invitación, o han sido partícipes de espacios de diálogo o llamado alguno; le entregan su esperanza al nuevo mandatario.

El nuevo presidente de los colombianos, Iván Duque Márquez, el pasado viernes 27 de julio, se entrevistó con el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, buscando articular esfuerzos para proteger no solamente a los líderes sociales y defensores, sino en general, trabajar por la protección de los Derechos Humanos durante los próximos cuatro años.

“Le he expresado al defensor que quiero que desde el primer día de nuestro gobierno, tengamos la articulación que nos permita evitar este tipo de situaciones lamentables”, dijo el mandatario.

Manifestó adicionalmente su intención de trabajar junto con la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y la Procuraduría para poder "responder a las alertas tempranas", e implementar una "política pública eficaz para la protección de los derechos humanos y los líderes sociales". En estas palabras del nuevo mandatario, se sustenta la esperanza de nuestros líderes sociales y defensores de derechos humanos, que esperan así, honrar la memoria de los 333 que ya partieron.

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