La fe contra la pandemia en el suroriente de Bogotá
Por: María Camila Idrobo
Las localidades de San Cristóbal y Rafael Uribe Uribe reúnen diversos cultos que con fe se han enfrentado a la pandemia y se han reinventado para acompañar a los fieles en medio de las diversas pruebas que ha traído la Covid-19 a las familias colombianas.
Una de las iglesias que encontramos en esta zona de Bogotá está ubicada en el barrio 20 de Julio, que tiene uno de los centros religiosos más importantes de la capital: la iglesia del Divino Niño Jesús, un santuario que de acuerdo con el sacerdote Carlos Cubillos, pese a la pandemia, sigue siendo muy visitado por colombianos y extranjeros, que cumpliendo todos los protocolos honran la milagrosa imagen del Divino Niño.
“En el año de 1935, el padre salesiano Juan del Rizzo decidió encargar en el almacén de arte religioso Vaticano una imagen del Niño Jesús (…) así inicia la devoción. Es como los niños del sur de Bogotá descalzos, con una batica rosada y un cordoncito verde”, explicó.
Y aunque existe la pandemia, muchas personas asisten a la iglesia esperando un milagro del Divino Niño como el que vivió una pareja australiana que “le pidió al Niño Jesús una criaturita que a los tres años presentaron ante el Divino Niño”, recordó el padre Cubillos.
Sin embargo, en estas localidades del suroriente de Bogotá, también se encuentra la Iglesia Presbiteriana que desde 1987 llegó a Bogotá y que en esta pandemia se reinventó para poder realizar más servicios que llegan al menos a 120 personas, tanto colombianas como extranjeras.
“Pasamos a hacer cinco servicios, podemos contar con personas que se conectan desde Argentina, Estados Unidos y de diferentes partes del territorio nacional”, explicó Eduardo Álvarez, miembro de la comunidad.
Igualmente, en esta zona de la ciudad está ubicada la Congregación de los Testigos de Jehová que tiene 11 salones del Reino tan solo en estas dos localidades, el portavoz de la Congregación, Juan Fernando Landazábal, aseguró que, aunque la pandemia trajo cambios, se han adaptado y comprometido con cumplir todos los protocolos de bioseguridad para evitar la propagación de la Covid-19.
“No queremos bajar la guardia en este momento de pandemia, vamos a cumplir los protocolos (…) En las localidades de San Cristóbal y Rafael Uribe Uribe aproximadamente se conectan virtualmente unas 2.800 personas”, dijo.
En estas localidades encontramos una gran variedad de cultos, iglesias y creencias, todas con diferencias, pero que invitan a la comunidad a tener fe, esperanza y amar la vida, pese a los problemas que se puedan presentar.
