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Mercedes Ábrego, la heroína silenciada que ‘tejió’ la Independencia

De su vida se conoce poco: nació entre 1770 y 1775 en lo que hoy es Cúcuta, la capital de Norte de Santander y fue asesinada hace 207 años.
Angélica Blanco

Por: Angélica Blanco Ríos

Una casaca de paño azul con rojo, bordada con hilos de oro y lentejuelas y ser informante del general Francisco de Paula Santander y de Simón Bolívar, condenaron a muerte a Mercedes Ábrego, heroína y mártir de la Independencia de Colombia que, aunque murió sin ver su sueño de libertad hecho realidad, dio la vida y pasó a la historia que aún no se termina de escribir, sobre el protagonismo de las mujeres en los siglos XVIII y XIX, épocas cruciales para la construcción de los cimientos de nuestro país.

Retrato que pintó el maestro José Gil de Castro en 1825 y, en el que representa la casaca que fue tejida a mano y bordada en oro, por Mercedes Ábrego, heroína cucuteña que fue asesinada por apoyar las tropas que buscaban la Independencia de la Nueva Granada.

De su vida se conoce poco: nació entre 1770 y 1775 en lo que hoy es Cúcuta, la capital de Norte de Santander y fue asesinada hace 207 años. Su nombre completo era María Mercedes Reyes Ábrego. Fue hija única, no hay registros de su padre, fue educada por monjas que le enseñaron el oficio de la costura, el cual mezcló con los buenos recursos económicos de su familia y así se unió a la causa patriótica.

Se casó y enviudó joven. Presuntamente tuvo tres hijos y, ‘escarbando’ la historia me encontré con que uno de ellos la impulsó a seguir no solo las ideas del entonces coronel Simón Bolívar, sino a ejecutar una estrategia con la que durante siete meses informó a sus hombres sobre las ubicaciones precisas de las tropas españolas, para que así, pudieran derrotarlas.

Sucede que “la mayoría de las heroínas que murieron buscando justicia social, tenían una característica: eran hijas de la alta sociedad y fue así como no batallaron en poner sus bienes o presupuestos al servicio de la Independencia y Mercedes no fue la excepción”, cuenta Wilman Amaya León, historiador, escritor y docente santandereano que vive en El Socorro, municipio, que según datos históricos tendría una conexión con esta mujer, pues sus raíces, al parecer nacieron en este lugar conocido por ser el epicentro de la Insurrección Comunera y porque allí, un 10 de julio de 1810, diez días antes del acta nacional, se ‘gritó’ libertad.

Se conoce que “en la sangre, todas estas heroínas llevaban rebeldía y era casi una obsesión buscar la libertad. De la historia conocemos a Ábrego, Antonia Santos, Águeda Gallardo, Policarpa Salavarrieta, pero son muchas más. Todas crearon movimientos y se llenaron de gallardía y valentía para buscar un cambio”, relata Edilma Martínez Martínez, licenciada en filosofía, experta en los sucesos que forjaron a nuestro país y fundadora de una tertulia literaria en la que participan solo mujeres mayores de edad enamoradas de estos temas, a quienes nos encontramos reconstruyendo el rompecabezas de esta cucuteña.

La historiadora Edilma asegura que “es lamentable que el rol de la mujer en el pasado se limitara a ser: enfermeras de los heridos en batalla y cocineras de quienes salían a campo, porque no fue así o sí, pero a ese cuento le falta un pedazo. Todas esas mujeres incógnitas lograron que solo hasta hoy, más de 200 años después, se les prestara atención y se les diera el protagonismo que siempre debieron tener”.

Por ejemplo, para Mercedes, su hacienda fue el centro de operaciones perfecto, en el cual jóvenes y adultas, al occidente y a escasos 15 kilómetros de San José de Cúcuta no solo asistían a un taller de costura, sino se bordaban las banderas para los cuarteles y escudos, que serían portados por los hombres que en 1813 pisaron suelo nortesantandereano y lograron derrotar las tropas españolas el 28 de febrero y poco a poco, junto a cerca de 400 soldados, dejaron libre el paso en el Magdalena Medio, consiguiendo así la navegación entre Bogotá - Cartagena y el inicio de la ‘Campaña Admirable’, en el período de la Primera República.

Sin embargo, en el 18 de octubre de ese mismo año, las tropas patriotas de Bolívar y de Francisco de Paula Santander, fueron derrotadas en el Llano de Carrillo, por los realistas y, “a Mercedes la traicionaron dos jóvenes a quienes llamaban ‘Los Catires’, que realmente fueron Francisco de Paula de la Cruz y Juan de la Cruz, hijos de la esclava Dorotea.

“Por este motivo fue condenada a muerte y degollada el 21, tres días después, en la antigua cárcel, ubicada en el que es hoy el parque central de Cúcuta”, explica Luis Fernando Niño López, presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander y gerente del Bicentenario de la Constitución de 1821-2021.

Este acto cruel fue presenciado por dos de sus hijos y “fue acusada de traidora junto con otros próceres de la patria, motivo por el que actualmente hay pocos vestigios sobre su vida, muerte o legado. Esta en la fecha en la que no sabemos la descendencia de la familia Ábrego, porque era común para la época declarar malditos los nombres de quienes traicionaran la corona, por lo tanto, todo registro, documento y demás, fueron totalmente destruidos. Sin embargo, ella, nos inspiró y nos mostró la verraquera y capacidad que tuvieron las mujeres nortesantandereanas, por luchar por Colombia”, añade.

Foto en carboncillo que hace parte de Archivo de la Academia de Historia de Norte de Santander.

Ábrego, el pueblo que hoy le rinde homenaje a su legado

No me importa la vida, sino la patria ¡Viva la patria! —, éstas fueron las últimas once palabras que salieron de la boca de la heroína, a quien actualmente le rinden homenaje en Ábrego (Norte de Santander), pueblo que en el pasado fue fundado por dos mujeres como: La Cruz y hoy, recibe su nombre en en honor a la lucha de Mercedes, la mujer que además le habló al oído a Simón Bolívar, durante su paso por estas tierras.

Asímismo fue levantada en bronce, una estatua esculpida por Víctor Bisagne, artista italiano, que desde Europa envió a la famosa bordadora de Bolívar, a través del Lago de Maracaibo y su figura, descalza y con los brazos atados, reposa en el barrio El Llanito, sobre un pedestal de granito que, deja ver, desde lejos el momento exacto en el que iba a ser sacrificada por tejer con hilos de oro un capítulo de la Independencia.

Escuche aquí la crónica de Mercedes ábrego, la heroína silenciada que tejió la Independencia: