Falleció Jairo Serrano, el Opita de Oro del vallenato

Reconocido como uno de los coristas vallenatos más importantes y como el solista que hizo famosos temas como ‘Martha’ y ‘Cobijas’.

El huilense Jairo Serrano Cuenca fue una de las figuras más singulares del vallenato de las últimas décadas, no solo por su ascendencia interiorana sino por la manera en que se hizo parte de un género hecho de clanes y territorios, un terreno en donde otros han sido considerados intrusos.

Jairo Serrano, el Opita de Oro, falleció en la madrugada del 12 de abril en Bogotá, tras ser intervenido quirúrgicamente por un tumor en la cabeza que le había sido diagnosticado hacía poco.

A sus 60 años deja el mundo el hombre a quien otros llamaban “el cachaco vallenatero”, pero que desde hace muchos años había ingresado al género, primero como ejecutante de la caja vallenata para grabaciones de Héctor Zuleta. Luego despegaría su carrera como corista, con la cual él mismo decía haber participado en más de 300 grabaciones.

Temas como ‘Sin medir distancias’ y ‘Camino largo’ en la versión de Diomedes Díaz o ‘Te quiero’ y ‘Navidad’ de El Binomio de Oro llevan la voz del opita en sus coros.

Jairo Serrano habían nacido en Neiva en 1957. Desde 1980 perteneció a la nómina de artistas de los sellos Philips y CBS, en grabaciones donde fue acompañado entre otros por el rey sabanero del acordeón Felipe Paternina, por Mario Zuleta y por Pompi Rosado. Desde mediados de la década pasada se había dado a lanzar sus nuevos trabajos de manera independiente.

En trino reciente, el acordeonero Juancho de la Espriella calificó a Serrano como la “mejor primera voz de todos los tiempos del vallenato”.

Durante muchos años, Serrano fue referente de buena parranda gracias, entre otras cosas, a la confianza que le dio muy joven el compositor Calixto Ochoa para que grabara su vallenato ‘Martha’. El cantante la grabó al lado del acordeón de Paternina, y Ochoa quedó tan satisfecho que lo llamó “el cachaco que canta bonito el folclor”.

Tristemente Jairo Serrano se va a la víspera del Festival de la Leyenda Vallenata, cuando todavía tenía mucho por cantar.