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En Pasto se vive la panadería como tradición milenaria

Un alimento que inspira canciones, poemas, refranes y que a lo largo de los años se ha constituido en una labor que sustenta económicamente a miles de familias en el mundo.

Por: Janneth Jurado Guerrero - Radio Nacional Pasto

Las historias de vida de los hombres y mujeres dedicados a la labor de la panadería representa la trascendencia que tiene este oficio en ciudades como Pasto. Una de ellas es la que nos cuenta Julio Cesar Timaná, quien durante más de 30 años se enamoró de la panadería cambiando su oficio de albañil, dejó de revolver cemento y triturado de piedra para combinar ingredientes que deleitan el paladar de sus clientes.

Cuentan que un hombre sembró cereales, los trituró, los mezcló, formó una papilla, la dejó en un recipiente y se dedicó a sus demás labores, olvidando su tarea inicial durante unas horas. Cuando volvió encontró una torta seca y granulada a la que decidió llamar pan. Esta es una de las históricas leyendas que le da origen al alimento que inspira canciones, poemas, refranes y que a lo largo de los años se ha constituido en una labor que sustenta económicamente a miles de familias en el mundo entero.

Fotos: Gabriela Aguilar.

Se dice que en Egipto se creó el primer horno para cocer el pan. En el año 4.000 antes de Cristo fue desenterrado en las excavaciones próximas a Babilonia, fueron ellos quienes descubrieron la fermentación y que en su menú diario se incluía el pan y la cebolla, de ahí el famoso dicho: "Contigo, pan y cebolla". La evolución del oficio también se ha notado en Pasto, esos enormes elementos que daban forma al pan y que usaban como combustible la leña, fueron reemplazados en las panaderìas más antiguas de la ciudad: la Panadería Don Lucho, la Valladolid, el Pan de la 23 empezaron a emplear hornos a gas, maquinas revolvedoras y en un sinnúmero de herramientas que facilitan la producción.

Foto: Gabriela Aguilar.

En la actualidad, las nuevas generaciones proporcionan a la panadería ideas innovadoras, demostrando que jóvenes y veteranos engrandecen con sus conocimientos académicos y tradicionales este noble oficio.

Foto: Gabriela Aguilar.

“Utilizamos productos que están de moda para generar nuevos productos y que Pasto sea una central gastronómica”, Gabriela Barrera, panadera capacitada en Argentina.

Avanza el tiempo y con él surgen más técnicas, más herramientas que hacen que la panadería sea considerada lucrativa y que hoy muchos abogados, arquitectos, ingenieros, médicos y profesionales de todas las áreas hayan logrado obtener sus títulos universitarios precisamente con los recursos que sus familias obtuvieron del oficio de la panadería.Así lo recuerda Karen Linares, comunicadora social formada gracias a la actividad de su padre.

“Crecí con el olor del pan en la mesa y las manchas de harina en las mejillas”, Karen linares, comunicadora social de Univalle.

Foto: Julio César Timaná.

El gremio panadero crea, inventa y se renueva en ingredientes y tecnología. Más recetas tradicionales como el famoso pan de piso, no pierden la preferencia de los consumidores en todo el departamento de Nariño, una fórmula libre de aliños y apetecida durante generaciones, con un toque campesino que evoca los recuerdos de una mesa familiar al calor y con el olor de un delicioso café colado nariñense.

Fotos: Julio César Timaná y Gabriela Aguilar.

“Ya no usamos hornos de leña pero yo sigo haciendo el pan de piso en tablitas, a todo el mundo le gusta”, Luis Arturo Santacruz, panadero nariñense.

Una pregunta habitual en estos tiempos, donde el aspecto fìsico es tan importante es “¿El pan engorda?” Mitos y realidades que se le atribuyen al alimento. Los panaderos en Pasto de forma profesional se refieren a la realidad del pan integral como un sustituto adelgazante.

Al levantarnos, en un delicioso desayuno, a media mañana un rico pastel de queso de la Alsacia (panaderìa tradicional ubicada en el centro de la ciudad de Pasto), como acompañamiento de carnes y pescados siempre estará presente el Pan. En las tardes, nadie se podría resistir a una galleta, a un quimbolito, a una moncaiba o bonete, con la bebida de su preferencia: avena tradicional de Pasto, agua de panela, café nariñense o para los paladares más finos un té.

Foto: Julio César Timaná.

Las celebraciones familiares como cumpleaños, matrimonios y empresariales como bienvenidas y aniversarios, en sus registros fotográficos tienen una deliciosa torta o ponqué que une a las personas en afecto, mientras se divide en tajadas para compartir entre todos; incluso ‘pastelito’ suele ser el sobrenombre que las románticas parejas usan para referirse a la persona amada. El noble oficio de la panadería está presente en todos los momentos de la vida, desde que por un accidente se conoció su existencia.

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