Nariñenses que salvan vidas
Por: Janneth Jurado.
La gratitud es uno de los valores que no debemos dejar perder en nuestra sociedad. Con las historias del subteniente Wilson Maya y del cabo Carlos Guerrero, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pasto, catalogados entre los 10 mejores del mundo, con un equipo de rescatistas acuáticos único en el país, le rendimos un homenaje a todas esas personas que dedican sus vidas a salvar a otras vidas.
No todos los seres humanos empezamos el desarrollo de la vida con el pensamiento de contribuir a nuestro prójimo, esa es la enorme diferencia entre quien desea desempeñarse en cualquier área del conocimiento y ellos, a lo que se le denomina vocación de servicio.
“Desde niño uno va con esa inclinación, empieza a despertar en uno una misión”: Wilson Maya, subteniente del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pasto.
Si bien las entidades de apoyo voluntario no cuentan con los suficientes recursos para atender las emergencias, este colectivo de hombres y mujeres se han dado a la tarea de buscar convertirse en los mejores, capacitándose para cumplir con su tarea.
“Los Cuerpos de Bomberos nacen de una manera artesanal, pero nos hemos venido capacitando, gracias a la tenacidad de nuestras unidades”: Wilson Maya.
Para el cabo Carlos Castro, la motivación de proteger la vida de otros es algo que aprendió de su familia, define a su madre y a sus hermanos como personas que jamás le niegan un favor a alguien que requiera de su ayuda. Eso es lo que siempre vio en las personas que lo rodeaban, entonces, era fácil deducir su inclinación por esta labor en una institución de ayuda como El Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pasto.
“Toda mi familia es muy colaboradora, en la institución me han brindado mucha hermandad. Me gusta mucho servir y ayudar”: cabo Carlos Guerrero, Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pasto.
No olvidemos que mientras los voluntarios, hombres y mujeres, trabajan para cuidar del bienestar de otro ser humano, en sus casas se queda una madre, una esposa o esposo, unos hijos y hermanos, pensando en que lleguen sanos y salvos después de arriesgarse en favor de la persona que los necesita. Así lo hicieron en Haití y Ecuador, donde fenómenos naturales cobraron varias vidas y pusieron en peligro muchas más.
“Mi madre me ha regañado mucho, dice que doy demasiado por los demás, ellos se quedan muy preocupados”: cabo Carlos Guerrero.
La amistad y la camaradería que se crea en este grupo de seres humanos tan sensibles al sufrimiento de los demás, hace que puedan dejar a un lado las experiencias dolorosas en situaciones catastróficas y transmitirle calma y confianza a quienes ayudan, porque todo lo que tiene vida es importante para ellos, en esta frase incluyen a los tantos animales que han logrado salvar.
