Tumaco, un territorio que busca salir de la guerra
Los cultivos de uso ilícito siguen siendo un tema complejo en Nariño. Los enfrentamientos registrados en días pasados en Tumaco entre la Fuerza Pública y campesinos productores de coca, prendieron las alarmas sobre qué tanto se ha logrado avanzar en Colombia en temas de erradicación y sustitución de cultivos de uso ilícito.
Para líderes del municipio de Tumaco como Jairo Rubén Quiñonez, el tema no es nuevo, históricamente las poblaciones de Sanquianga, Piedemonte y Telembí han sido olvidadas en temas sociales y económicos. Situación que obligó a las comunidades a recurrir a la siembra de cultivos ilícitos como alternativa productiva.
“Aunque para el Estado son acciones ilegales, para esta población son el único sustento económico que tienen y la coca se convierte en la única oportunidad de empleo. Sin embargo, existe la preocupación de que a esta región llegan personas de otras zonas del país”, indicó el líder Jairo Rubén.
Para líderes defensores de derechos humanos, la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc, abrió una oportunidad para plantear soluciones efectivas que brinden garantías directas para las comunidades que cultivan coca en pequeñas y grandes extensiones.
Según Javier Dorado, miembro del Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos en Nariño: “el Gobierno promueve un sistema de erradicación forzada en zonas que al parecer serían extensas de siembra de hoja de coca, es decir, más de tres hectáreas y otro sistema de sustitución de erradicación de cultivos para quienes manejan menos de tres hectáreas”.
Ante la situación que vive Tumaco se genera el siguiente interrogante, ¿quiénes son esas organizaciones y por qué concentran su accionar en municipios como Tumaco? Para dar respuesta a esta incertidumbre, el contralmirante Gustavo Serrano, comandante de la Fuerza de Tarea contra el Narcotráfico, Poseidon, de la Armada Nacional, manifestó a Radio Nacional e Colombia que el tema no solo parte de la siembra de los cultivos de uso ilícito, sino de la facilidad que presta geográficamente el territorio para el procesamiento y transporte del mismo.
“El narcotráfico no es tan lineal como lo crearíamos, es decir, no todo lo que se cultiva y se va procesando llega finalmente a clorhidrato de cocaína para ser exportado”, afirmó el comandante Gustavo Serrano.
Serrano indicó que por el corredor de México y Centro América está cursando el 92 % de lo que es procesado en países como Colombia, Bolivia y Perú. Tan solo el 6% a lo largo del corredor Caribe.
Por su parte, Rubén Quiñonez líder de Tumaco dio a conocer que es necesario que exista un mayor control para aquellos países que son consumidores, con el fin de que la demanda disminuya y por ello la oferta.
“Es importante que se les cumpla a los campesinos con los proyectos productivos con el fin de que tengan ingresos y puedan tener una mejor calidad de vida”, señaló Rubén Quiñonez.
Según Javier Dorado, existen organizaciones campesinas que han firmado los acuerdos de la Habana (Cuba) para aceptar la forma de financiación de sustitución de cultivos de uso ilícito, sin embargo no hay cumplimiento por parte del Gobierno.
