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Ruby Esperanza y su cultivo de café, un sueño cumplido tras el fin del conflicto

En la vereda Pitalito Alto, Ruby Esperanza Narváez y su esposo Mauro tuvieron que enfrentar los rigores del conflicto y luchar para sacar adelante a sus hijos.

Por: Radio Nacional Pasto.

A varios kilómetros del municipio de Tablón de Gómez, escondida entre las montañas de Nariño, se encuentra ubicada la vereda Pitalito Alto. En ese lugar, Ruby Esperanza Narváez y su esposo Mauro tuvieron que enfrentar los rigores del conflicto y luchar para sacar adelante a sus hijos.

“Vivíamos tranquilos. A partir del 2000 que fue el problema de violencia, ya nos tenían rodeados, eran a diario los combates que había aquí en la comunidad”, relató Ruby.

Luego del desplazamiento y en un territorio totalmente desconocido para ellos, pero con la esperanza siempre intacta, Ruby y su familia decidieron regresar a Pitalito Alto. Al llegar, el panorama era desolador, sus animales estaban sin vida pues quienes cuidaban de ellos, un día por temor a la guerra, también salieron corriendo en busca de un mejor bienestar.


Pero la guerra les tenía preparada otra sorpresa, años después de haber regresado, alguien llamó a su puerta para arrebatarles nuevamente lo poco que habían recuperado.

“En el 2012 a mi esposo le mataron un hermano, él se perdió, lo buscamos y lo encontramos en otro municipio, en Buesaco”, y como si fuera poco, Ruby y su esposo empezaron a recibir llamadas amenazantes a diario.


Pero haciéndole frente a todas las dificultades y con la ayuda de sus vecinos, por segunda vez regresó a su hogar, a ese territorio que les habían arrebatado, fue allí cuando las cosas comenzaron a cambiar. En el año 2013 la Unidad de Restitución de Tierras llegó a su comunidad, en palabras de Ruby, “fue como una bendición de Dios”, desde ese momento, cuatro años después, y con la implementación de un proyecto productivo de café, han logrado reponerse de las adversidades y sacar adelante a sus hijos.

Junto a su familia fundó la finca ‘El Guabito’ y con la producción de café ahora viven con tranquilidad. Su hijo mayor de 18 años, aspira a convertirse en ingeniero de sistemas, quien le sigue está en el bachillerato, y la menor de los tres no se cansa de decirle que quiere ser doctora para ayudar a los niños.

Aquella mujer que le temía incluso a salir de la cabecera municipal, hoy ha recorrido distintos lugares del país, de hecho, estará próximamente en el evento de conmemoración del primer año de la implementación de los acuerdos de paz, pues desde la Presidencia de la República pidieron que fuera ella una de las invitadas. Ruby Esperanza, orgullosa de su proyecto, quiere mostrarle al mundo que las dificultades no fueron un obstáculo para cumplir sus sueños y estar donde siempre quiso estar, en su tierra ‘El Guabito’.

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