Providencia, historias y tradiciones de un isleño

Por: Juan Ricardo Pulido.

Salir de las grandes ciudades, o al menos de las que podemos hablar de sus habitantes en millones; da una mirada diferente de la vida. Otorga sensaciones a las que no estamos acostumbrados, un ritmo diferente, un lenguaje incluso más pausado. Invita incluso a vestir con cierta libertad, a probar nuevas cosas, a disfrutar. Pero pocas veces logramos en verdad aproximarnos a esa otra cultura, a esos otros colombianos que guardan con nosotros tantas coincidencias, como diferencias. Esa fue la oportunidad que nos dio Felipe Cabezas, en Old Providence.

Esa mañana nos encontramos con él en Fresh Water Bay, al occidente de la hermosa Isla de Providencia, en territorio colombiano. Felipe, a quien todos llamaban Fepo, es isleño. De padre cartagenero y madre providenciana, por sus venas no corre sangre, sino agua salada. Su vida es el mar. Y para su fortuna y la de muchos visitantes de la isla; ha logrado potencializar esa relación con su Caribe. Se ha convertido en uno de los nombres más importantes en materia de buceo en la isla, y poco a poco ha logrado fortalecer esa parte de la economía, esa dedicada al turismo subacuático.

Cuando vi en la distancia a Fepo, vi un hombre alto, de aspecto imponente, piel oscurecida por el sol, por la vida y por su herencia. Barba cargada de canas que se confunde con los rollos de su cabello dorado, que bajan sometidos por sus dreads. Sus ojos claros parecen ocultarse al sol, y es tímido con su sonrisa. Quizá es lo que se necesita para nadar con tiburones. Ese es Felipe Cabezas. Poco más de dos horas hablamos con Felipe de su isla, de sus preocupaciones, de su abuelo, sus tradiciones y del mar; este es su relato.

Escuche a continuación la crónica radial de este historia: