Pasar al contenido principal
CERRAR

¿Cuál es la situación de los venezolanos en Nariño?

En el programa Andemos analizamos el panorama de la migración venezolana en Nariño.

Por: Ángel Batista.

En agosto de 2018 los titulares de noticias se llenaron de información sobre los cientos de ciudadanos venezolanos que fueron detenidos en la frontera entre Colombia y Ecuador por un cambio en la política migratoria ecuatoriana. Las imágenes mostraban enormes filas de ciudadanos venezolanos que sorprendidos por el cambio en el paso de frontera no tenían los recursos para regresar a su país.

Desde ese momento el Gobierno Nacional ha adoptado una serie de políticas de flexibilización migratoria con el objetivo de integrar a los ciudadanos venezolanos a la vida productiva del país. Además, el gobierno ecuatoriano decidió disminuir la cantidad de trámites necesarios para que los ciudadanos venezolanos cruzaran la frontera en su camino hacia Perú. La suma de estas dos decisiones hizo que las filas que parecían una constante en el puesto de Rumichaca desaparecieran por completo.

Sin embargo, la situaciónn en Nariño aaún no se encuentra del todo solucionada y por momentos pareciera que hacen falta más medidas de fondo que le permitan a Colombia asumir la situación humanitaria de la diáspora venezolana.

La vulnerabilidad del migrante

Más de 1’174.000 ciudadanos venezolanos se encuentran dentro del territorio nacional según lo informó el 1 de febrero el Director General de Migración Colombia, Christian Krüger. Algunos de forma transitoria buscando mejores oportunidades en otros países de Latinoamérica y otros de forma permanente.

Según datos de la Pastoral Social de Ipiales, se estima que el 60% de los migrantes en tránsito peatonal se encuentra en alta vulnerabilidad y en alto riesgo de inseguridad alimentaria, pues destina más del 65% de su ingreso en alimentos. De estos, el 34% se encuentra en muy alta vulnerabilidad al destinar más del 75% de su ingreso en alimentos.

En medio de esta vulnerabilidad los ciudadanos venezolanos pueden ser víctimas de las redes de trata de personas, el reclutamiento armado y las organizaciones del narcotráfico que operan en algunas poblaciones de Nariño y el sur del país.

Incluso, en medio de su búsqueda por los ingresos que los ayuden a sobrevivir y ayudar a sus familiares que se quedaron en Venezuela, algunos de ellos deciden dedicarse a ser ‘raspachines’ o recolectores de hoja de coca: un oficio ilegal y peligroso.

Debido a esta situación, los ciudadanos venezolanos han decidido unirse con el fin de que los recién llegados migrantes dispongan de toda la información necesaria para establecerse en sus nuevos hogares o continuar con su camino.

Yaco El Zheija, un músico venezolano radicado en Ipiales (Nariño) dedica parte de su tiempo a ser voluntario en Colvenz, una de estas asociaciones de ciudadanos venezolanos radicados en Colombia cuyo objetivo es librar la imagen del ciudadano venezolano de los diferentes estereotipos y estigmas que han empezado a surgir entre la población colombiana.

“Yo soy una suerte de mediador. Hablo con los habitantes venezolanos en Ipiales… Hago un conteo de cuántos son, miro en qué condiciones están y escucho cuáles son sus problemas o sus necesidades. Luego hablo con las autoridades colombianas y con las distintas fundaciones que han decidido ayudarnos y los asesoro en la forma más efectiva de ayudarlos” afirma Yaco.

Colombianos tendiendo la mano

En septiembre del 2018 en el gran censo realizado por Migración Colombia se estableció que en Nariño se encontraban 2374 ciudadanos venezolanos, sin embargo, en el departamento del sur se cree que esta cifra es mucho mayor debido a los oficios, en algunos casos ilegales, que están ejerciendo los venezolanos en este territorio.

En Ipiales, por ejemplo, debido al alto flujo migratorio se creó el Hogar de Paso con el objetivo principal de servir de albergue para migrantes venezolanos y víctimas del conflicto armado. Allí, se presta atención psicosocial, orientación en trámites legales, y rutas de atención tanto a las personas en tránsito como a las personas en situación de permanecía, además de refrigerios, entrega de kits a caminantes, atención médica y espacios lúdicos para niños. Todo con el objetivo de hacer su situación más llevadera.

La pastoral social del mismo municipio adelanta desde el 2017 también un programa alterno de ayuda que busca brindarles asistencia psicojurídica, ayuda humanitaria, hospedaje en la Casa de Paso San Luis y atención prioritaria en el puente Internacional de Rumichaca.

La Cruz Roja en su seccional de Nariño acaba de abrir un proyecto que busca ayudar a los migrantes a partir de recursos de donantes. Javier Guerrero es coordinador del programa de migración poblacional y es quien encabeza este proyecto.

“Vamos a centrar nuestros esfuerzos principalmente en temas de salud en Ipiales. Y la idea es brindar consulta médica, enfermería, entrega de medicamentos, agua potable y atención psicológica a todo aquel que lo necesite” asegura Guerrero.

Carmen Moncada es una ciudadana venezolana que lleva cuatro años en Colombia, de los cuales los tres primeros los pasó en Cúcuta y desde el año pasado se radicó en Pasto, en donde lidera una asociación de ciudadanos venezolanos radicados en esta ciudad.

“Yo a mis compatriotas les digo que cuando salí de Venezuela dejé de ser Carmen Moncada y empecé a ser una venezolana. Los migrantes nos volvimos la imagen de toda una nación, por lo que debemos ser responsables y recibir la ayuda que nos puedan brindar los colombianos pero no esperar a que nos den todo. Tenemos que trabajar fuertemente para poder salir adelante, por lo menos mientras mejora la situación de nuestro país”.

ETIQUETAS