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Tolimenses trabajan en iniciativas para conocer la verdad del conflicto y no repetirla

Se inauguró en Tolima la Casa de la Verdad, para recibir testimonios sobre el conflicto armado de víctimas y personas en general.

Por: Fausto García. Andemos

La región del Tolima, como muchas otras regiones de Colombia, ha sido afectada por el conflicto y la violencia, que ha dejado 157.238 personas afectadas, según el Registro Único de Víctimas. Ante varias dificultades como el temor, los habitantes de algunos municipios trabajan en proyectos de emprendimiento e iniciativas de convivencia que, junto al diálogo, les ha permitido empezar a escribir y contar nuevas historias.

Desde el pasado 22 de mayo la región cuenta con un espacio dispuesto a escuchar y a acompañar a las víctimas y personas en general que decidan aportar testimonios que contribuyan al esclarecimiento del conflicto armado. Se trata de La Casa de la Verdad, ubicada en Ibagué, que hace parte de un despliegue territorial de la Comisión de la Verdad, la cual nació en el marco del acuerdo final para la terminación del conflicto armado en Colombia.

“El trabajo que realizan de la mano con los territorios a donde han llegado en el Tolima, ha sido esclarecer algunas violaciones e infracciones. La Casa de la Verdad, en especial, se convierte en un espacio multicultural y de puertas abiertas”, expresó Nelson Velásquez, coordinador macroterritorial de la región centroandina de la Comisión de la Verdad, que corresponde a los departamentos del Huila, Cundinamarca, Boyacá y Tolima.

En los documentos está escrito que la guerrilla de las FARC nació en Marquetalia, una vereda de Planadas, al sur del departamento. Allí, ahora, se escriben nuevas páginas que son ejemplo de sanación, superación y no repetición, y que desarrolla Leonoricel Villamil, líder social comunitaria del corregimiento la Gaitania de ese municipio de Planadas en el Tolima.

Leonoricel es una mujer que, pese a las adversidades que se ha encontrado, se ha dedicado a unir a su pueblo, en el que se encontraban madres que perdían a sus hijos ajenos a la guerra, y otras cuyos hijos pertenecían a grupos armados. “Mi trabajo y el de otras mujeres consiste en tejer espacios para que las víctimas puedan dialogar, compartir sus historias, allí buscamos la convivencia entre todas las mujeres”, expresó la líder.

Ella, una mujer a quien la violencia la tocó directamente por la pérdida de un hijo, tiene muy claro que en este proceso el diálogo es lo más importante. Gracias a las oportunidades que se han logrado desarrollar en el territorio es que, junto a su familia, lograron consolidar una marca propia de café: 'La Leona', este proyecto se resume en la frase que acompaña la marca: el sabor a la dedicación.

Foto Comisión de la Verdad

“Gracias al proceso de paz hemos logrado seguir con nuestros cultivos y así tener un café de alta calidad”, explicó Villamil. En 2006, cuando el conflicto estaba en uno de sus momentos más álgidos, ganaron la primera taza a la excelencia.

Esas verdades emprendedoras, y un poco dolorosas, son las que se trabajan en La Casa de la Verdad. Este proceso de la Comisión de la Verdad inició a finales de 2018, aunque meses atrás ya se trabajaba en acercamientos en territorios marcados por el conflicto.

“En nuestra Casa de la Verdad queremos que todo el que llegue, sienta que este también es su hogar, queremos generar la confianza necesaria, ya que actuamos bajo la imparcialidad en este proceso de esclarecimiento”, afirmó Anascas del Río, coordinadora territorial de la Comisión de la Verdad en Tolima.

Del Río también considera que estos espacios de reparación y de memoria tuvieron que haber llegado hace mucho tiempo no solo a Tolima sino a todo el país, aunque cree que aún hay tiempo para hacer un trabajo en esta materia.

“Hablar de reconocimiento es acercarnos a la deuda que tiene el país con las víctimas del conflicto, debemos saber que ellas están ahí, que hacen parte de nuestro entorno”, dijo Velásquez, quien resaltó el reconocimiento bajo tres miradas: el de los responsables, el de las víctimas y el de la sociedad. “Aquí deben estar los distintos grupos armados, las distintas fuerzas del conflicto que han afectado la población colombiana”, agregó.

El funcionario también describió que en el trabajo en busca de la verdad se empieza por recibir los testimonios de primera mano, las declaraciones que dan todos los involucrados y sobre esto se dan responsabilidades desde lo histórico. “La comisión no juzga, nuestro papel es establecer la verdad y entregar el bien público a toda Colombia para que con esto podamos tener una sana convivencia y cambiar lo que tanto mal nos ha hecho”, dijo Velásquez.

Otro ejemplo de diálogo de construcción de verdad se lleva a cabo en Fresno, ubicado al norte del departamento, a 144 kilómetros de la capital tolimense. Allí vive Absalón Arias, coordinador de Red de Veedurías Ciudadanas de Fresno y Oriente de Caldas, líder social y defensor de derechos humanos, quien lucha diariamente para que su comunidad encuentre la confianza de hablar del mayor problema que los afectó: el desplazamiento.

Absalón Arias, líder social y defensor de derechos humanos.

A diferencia de otras poblaciones afectadas por el conflicto, para los fresnenses acercarse a la palabra y abrir espacios para el diálogo ha sido más difícil. “Apostamos para fortalecer el proceso de la verdad, lo que se firmó en los acuerdos es una oportunidad para integrarnos como territorios y terminar con tanta indiferencia”, manifestó Arias.

Y agregó: “tenemos que perder el temor de decir y escuchar la verdad de las víctimas y los victimarios, a pesar de haber sido afectados por el paramilitarismo y la guerrilla”. Para Absalón está claro que como sociedad debemos perder el temor de mirarnos a los ojos a pesar de haber tenido diferencias, considera que ese ha sido uno de los logros que han tenido en los territorios con la compañía de la Casa de la Verdad.

“Hace cinco años pudimos hablar de derechos humanos, antes era imposible, gracias a estos espacios nos fuimos quitando el miedo, sin ese miedo vamos a romper lo más grande que tiene Colombia: la indiferencia”.

Estos constructores de la verdad de Tolima, como Absalón Arias y Leonoricel Villamil, trabajan de la mano con la Casa de la Verdad, pues ellos se han acercado a las poblaciones donde los grupos armados llevaron el miedo, para generar confianza para que los habitantes compartan sus testimonios. El resto del país también dispone de estos espacios donde se trabaja para conocer todo lo que sucedió en el marco del conflicto armado del país.

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