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Así se celebra en Aguachica el orgullo de ser transportador

Desde la medianoche previa al 16 de julio inició la celebración en este municipio del Cesar que limita con Santander

Explosiones de pólvora anunciaron los segundos previos de la medianoche del 16 de julio en Aguachica, un municipio de Cesar ubicado a unos 300 kilómetros de su capital, Valledupar -alrededor de cuatro horas y media en carretera-. La banda se preparaba con instrumento en mano, mientras llegaban los conductores de servicio público para iniciar la celebración del ‘Día del transportador’.

En Aguachica, como en casi todos los municipios del resto de la región Caribe, una alborada da inicio a la conmemoración de la virgen del Carmen, más conocida como la ‘Patrona de los conductores’, a la que no solo le atribuyen la protección en carretera sino hasta milagros. “Una vez me iba quedando dormido yendo a Ocaña y algo me tocó y me desperté”, contó Eliezer Trujillo, conductor de taxi.

Pasada la hora, el sonido de la pólvora se camuflaba con el de la papayera. El porro y el fandango autóctonos de esta costa norte colombiana retumbó con la guía de los platillos, el bombo y el redoblante, a los que le seguían el trombón, la trompeta, el bombardino y el clarinete. La música llamaba a propios y turistas a las afueras de la Terminal de Transportes, donde estaba ubicada la Banda 16 de Agosto Nueva Generación.

Los músicos le hacen honor a la fecha declarada de fundación del municipio: el 16 de agosto de 1748, cuando se dice que fueron construidas las primeras casas. Pero también a los mismos conductores que festejan su día, pues muchos de ellos son hijos de transportadores. Tal como lo contó el director de la banda, el clarinetista Luis José Solano.

Su padre, Alfonso Solano Zapardiel, estuvo 73, de los 86 años de su vida, frente al volante, recorriendo las carreteras del país en un camión al que bautizó ‘El muchacho alegre’. “Durábamos tiempo sin verlo, pero siempre regresaba con algún regalo típico de los lugares que visitaba, y con muchas historias. Y así me dio educación”, dijo Solano, quien además es el actual director del Instituto Municipal de Deporte, Recreación y Cultura de Aguachica.

Fue Solano, licenciado en Música y clarinetista de profesión, quien organiza cada año la alborada, y pone a sus alumnos -muchos ya con estudios superiores en Música- a rendirle tributo a los conductores con sus instrumentos. “Tradicionalmente, el arraigo cultural de Aguachica gira más alrededor de la música de banda que del vallenato”, aseguró sobre el municipio fronterizo con Santander.

A los transportadores que llegaban a la Terminal, dejando y recogiendo pasajeros para un nuevo viaje, los esperaba la banda, que tocaba a su bienvenida, y un ‘picó’ de vallenato que los taxistas ya tenían en el lugar. Y así fue hasta las cuatro de la mañana, con el primer asomo del alba y los primeros cantos de gallo.

“Hoy es nuestro día, pedimos por nuestra vida y para evitar la muerte en los peligros cuando se coge carretera. Pero también aprovechamos para pedir mejores garantías a nuestro trabajo, porque la situación económica está complicada”, afirmó Eliezer Trujillo, que con más de 30 años en el oficio pudo darle educación a sus dos hijas ya profesionales. Él se refiere a la reciente protesta del gremio a nivel nacional contra las aplicaciones irregulares de servicio público.

Esa fue la voz al unísono que enviaron los taxistas de Aguachica que, sin embargo, no participaron en el paro nacional. Por ahora, se preparan para continuar la celebración del ‘Día del transportador’ con un desfile en las calles principales del municipio, que termina en una tarima al lado de la Terminal, con música, baile y más festejo -según ellos mismos contaron-.

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