Una nueva mirada sobre la importancia de la Amazonía colombiana
Por: Eduardo Otálora Marulanda.
Hace unos días llegó a mi casa una tarjeta de invitación al lanzamiento de un nuevo documental. Normalmente no aceptamos estas invitaciones porque son por la noche y tenemos, primero, que cuadrar niñera para que cuide a nuestro hijo y, segundo, vencer las ganas de quedarnos cómodamente acostados en la cama viendo una película o cazando series. Pero esta vez fue diferente porque el documental era sobre el Amazonas y prometía mostrar historias de viajes por los ríos, un tema que a mi esposa le apasiona. Entonces aceptamos, ella con mucho ánimo, yo con mi reticencia habitual. Nos estaban invitando a la premier de ‘El sendero de la anaconda’, el más reciente trabajo documental de Alessandro Angulo, que cuenta el viaje del explorador canadiense Wade Davis (recordado por escribir ‘El río’, libro que sirvió de base para la película ‘El abrazo de la serpiente’, nominada en 2016 a mejor película de habla no inglesa en los premios Oscar), junto con el antropólogo Martin von Hildebrand, por los ríos y caminos que recorrió hace décadas el botánico Richard Evans Schultes, maestro de Davis.
El documental es bello en muchos sentidos. Por un lado su propuesta visual se vale de los más modernos recursos para captura de imágenes y, entonces, presenta con impactante realismo la magnitud de la selva amazónica. Esta es una experiencia que sólo sería posible tener si se está sumergido en ella por años o convirtiéndose en un águila harpía que se elevara sobre el dosel de los árboles para ver el verde infinito.
Pero también es bello este documental por la historia que rescata: un hombre ya maduro (Wade Davis) que recorre en el presente los pasos que recorrió su maestro (Richard Evans Schultes) en el pasado, remontando, primero, el río Pacatá, luego el Mirití-Paraná, el Pirá-Paraná y, finalmente, el gran río Apaporis antes de volar hacia el Parque Nacional Natural Chiribiquete. En este recorrido Davis cuenta por qué fue importante Schultes, no sólo para el mundo de la botánica, sino también para la industria, pues fe a él a quien se le encomendó, en la década del cuarenta, encontrar un tipo de árbol de caucho que fuera resistente a ciertas plagas y que se pudiera cultivar para abastecer la demanda de caucho mundial. Esta mirada hacia el pasado se teje con la más reciente, que aporta el antropólogo Martin von Hildebrand, sobre la importancia actual de la Amazonía, no sólo en Colombia, sino en el mundo, dado que es uno de los lugares desde donde se pueden controlar los efectos del cambio climático. Esa importancia, señala von Hildebrand, también está en la situación coyuntural que vive nuestro país, pues, luego de muchos años de conflicto, por fin los científicos se pueden acercar a un territorio que se mantuvo inexplorado y que tiene muchas cosas por enseñar.
Pero el documental también es bello por cómo presenta a los habitantes de la Amazonía. Ya no son unos seres exóticos y mágicos que, desde su aislamiento cultural y geográfico, nos permiten ver el mundo desde otras cosmogonías y mitologías. En ‘El sendero de la anaconda’ vemos a una comunidad indígena empoderada y consciente de la importancia política y ambiental que tienen. Así mismo, se les muestra como un pueblo que está dispuesto a defender con mecanismos legales, nacionales e internacionales, sus territorios y el derecho que tienen a habitarlos y protegerlos. Por eso el documental deja un saber dulce, un gusto esperanzador, la idea de que sí es posible que las naciones se unan para formar el sendero de la anaconda: una reserva internacional que iría desde el nacimiento del Amazonas hasta su desembocadura en el Atlántico.
