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La razón por la que marchan los jóvenes, según el Observatorio de la Juventud de la Unal

El 90 % de los jóvenes quieren estudiar a pesar de que la estructura social actual los conduce al desempleo.
JUAN BARRETO / AFP

En diálogo con Señal de la Mañana de Radio Nacional de Colombia, el director del Observatorio de la Juventud de la Universidad Nacional, Fabián Acosta, señaló que la masiva movilización de los jóvenes durante los 23 días del Paro Nacional no se debe únicamente a la reforma tributaria y la reforma a la salud, sino es el resultado de décadas de exclusión y falta de oportunidades educativas y laborales.

“Están expresando su inconformidad en las calles porque, cuando quieren trabajar, los emplean dos o tres meses con contratos precarios y duran mucho tiempo sin trabajo (…) La realidad es que los jóvenes tienen pocas posibilidades de culminar sus estudios y nulas posibilidades de trabajar. Y ahora se está recogiendo lo que se ha cosechado durante mucho tiempo con tanto descuido”, manifestó Acosta.

Indicó que más del 90 por ciento de los jóvenes tienen el anhelo de estudiar a pesar de que la estructura social actual los conduce al desempleo. “Esta es una generación que sigue buscando una carrera y profesión a pesar de que no va a conseguir trabajo”, dijo.

Acosta afirmó que existe una desconexión total entre las necesidades de los jóvenes y los intereses particulares de las universidades y las empresas. Resaltó que la educación se convirtió en un negocio desde que se privatizó.

“Las instituciones universitarias lo que les interesa es diplomar gente sin ninguna conexión con el mundo laboral. Aparte, a las empresas tampoco les interesa brindarles a los jóvenes algo medianamente digno, sino sencillamente emplearlos con salarios ínfimos, sin darles prestaciones y en empleos de segunda calidad. No hay realmente una política nacional educativa y laboral que se ocupe de los jóvenes”, sostuvo el experto.

Agregó que la única salida para responder a esta falta de oportunidades es desarrollar e implementar políticas públicas que garanticen el acceso a la educación y aumenten las posibilidades laborales.

“La salida tiene que ser política. El Estado tiene que apersonarse de unas estrategias y unos planes a mediano, corto y largo plazo que permitan generar más oportunidades de trabajo y fortalecer la posibilidad de que estudien en condiciones de bienestar”, aseguró.

Frente a la representatividad que sienten los jóvenes por el Comité Nacional del Paro, Acosta comentó que en su gran mayoría las movilizaciones juveniles emplean sus propias vocerías y expresiones. “La representación del Comité del Paro no llega al corazón de la expectativa de los jóvenes. Hoy las llamadas primeras líneas funcionan más por lógicas de consensos y vocería, que por alguien que los represente”, apuntó.

Enfatizó en la necesidad de abordar este panorama de los jóvenes de manera compleja a través de una política de Estado, en la que no solo se tenga en cuenta los requerimientos para mejorar la calidad de vida, sino el abuso del que han sido víctimas por parte de la Fuerza Pública.

“Se ha llegado al fondo de una situación en la que los jóvenes no quieren seguir recibiendo el desprecio, la invisibilización, la brutalidad policial y militarización. De hecho, hay movimientos juveniles que se expresan en contra del servicio militar obligatorio por la objeción de conciencia”, expresó.

Finalmente, hizo un llamado para que no se estigmatice a este grupo poblacional y para que se analice el problema social de fondo que ha provocado este inconformismo generalizado.

“Estos son los muchachos y muchachas que van a estar en la dirección del Estado a mediano plazo, los que van a sustituir a los maestros y a los periodistas. Por este motivo, debemos saber qué sienten y qué piensan. Ahora lo están mostrando en las calles”, sentenció.

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