Fiestas, creencias e historias detrás del Día de los Inocentes

Risas, bromas, chanzas, disfraces, cuentos, canciones, es el ambiente del Día de los Inocentes, el 28 de diciembre en el mundo latino.

El primer significado de inocente es inmaculado, pero se entiende luego como ingenuo, crédulo.

Por: Ana María Lara

Risas, bromas, chanzas, disfraces, cuentos, canciones, es el ambiente del Día de los Inocentes, el 28 de diciembre en el mundo latino. En las calles, en las casas, en las oficinas, en las obras, en las tiendas, sorprenden al incauto, al ingenuo, al crédulo con noticias falsas, anuncios de acontecimientos imaginarios, con desbordado humor, pero siempre con bonhomía y sin ninguna clase de ofensa. Los medios de comunicación dedican varias páginas, algunos un suplemento especial, a esta inocentada.

Sin embargo, el origen de esta fiesta es absolutamente trágico: los primeros santos inocentes son los niños menores mártires de menos de dos años que el rey Herodes, según el evangelio de San Mateo, habría mandado matar por encontrarse probablemente entre ellos, el niño Jesús, el anunciado Mesías, después de la visita a Belén de los reyes magos que incumplieron la promesa de informarlo sobre la ubicación del enviado de Dios. La Iglesia católica conmemora esta masacre el 28 de diciembre.

Pero a lo largo del tiempo se ha transformado esta celebración en una fiesta popular. Ya en la Edad Media, en la llamada Fiesta de los Locos -reminiscencia de las licenciosas fiestas romanas en honor a Saturno, protector de la agricultura- se desarrolla un verdadero carnaval de liberación en el que, por ejemplo, los siervos y los amos intercambiaban sus papeles, los diáconos, clérigos y sacerdotes disfrazados se tomaban las iglesias para convertirlas en escenarios de festejos con comida, bebidas, canciones y poemas irreverentes, actos obscenos; incluso procedían a un simulacro de elección de un arzobispo o de un papa.

La fiesta también se daba en conventos de monjas y en monasterios. Era, pues una situación de desahogo, catarsis, reto a lo prohibido, ruptura del orden, transgresión y revancha para clérigos y hombres del común frente a la dominación y la humillación que les infligían los jerarcas de la Iglesia y los nobles. Se afirmaba así que la sabiduría de los hombres sensatos es a menudo corta, mientras que los locos ven más allá.

La fiesta fue prohibida en varias ocasiones a lo largo de la Edad Media y definitivamente en 1435 por el Concilio de Basilea, pero perduró y sus huellas se encuentran en la pintura del Bosco (siglo XV), de Brueghel (siglo XVI) y de Nicolas Poussin (siglo XVII), entre otros. Esculturas representando este evento adornan iglesias y catedrales de Europa, especialmente el trascoro de la catedral de Notre Dame en París y en la catedral de Chartres.

En los tiempos modernos revive en el Día de los Inocentes, que se realiza en todas partes, de diversas maneras, pero especialmente en el mundo latino. Se ven desfiles y gente disfrazada jugando por las calles. En Colombia, es famoso este día en Pasto (Nariño) donde desde la mañana del 28 de diciembre y durante todo el día, armados de mangueras y baldes, los habitantes atacan a quien se les cruza, dejándolo completamente empapado a él y sus pertenencias.

Hoy con las cuarentenas y el distanciamiento social, es menos fácil este encuentro gracioso, esta reunión de amigos burlones, pero con el perfeccionamiento de los instrumentos digitales, las bromas se despliegan en las redes con mucha sofisticación.

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