‘Raíces del Manglar’: los niños protegen sus ecosistemas en Tumaco, Nariño

Se dice que el lugar al que pertenecemos es en el que echamos raíces. También se dice que esos lugares en donde pasamos nuestra niñez se convierten en patrimonio de nuestra vida.

Carlos Brand

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Diana Lorena Grueso Castillo tiene sus raíces muy profundas en un manglar. Recuerda que la primera vez que estuvo allí adentro, hace casi una década, “fue con mi mamá, a los 5 años que fue la primera vez que lo experimenté. Eso me pareció súper hermoso”.

Hoy tiene 14 años, hace parte de una familia que deriva su sustento de lo que provee el mangle en Tumaco, Nariño. Su mamá es una ‘conchera’: así les dicen a todas las mujeres que, como Adriana Castillo, se internan al amanecer y al anochecer en esas aguas tibias y quietas.

Foto de referencia: Situr Nariño

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Hacen parte de una organización llamada Raíces del Manglar, que agrupa a mujeres que extraen del mangle lo que necesitan y que a la vez lo cuidan de una ciudad que amenaza con devorarlo.

Adriana dice que el mangle tiene peligros físicos porque “pican rayas y hay camarón del bravo y otras cosas que también pican. También hay peligros espirituales porque en ocasiones “hay visiones que se nos aparecen”.

Y sí, en su primera incursión al Mangle la pequeña Diana Lorena quedó aterrada, pero por otra cosa: “Nosotros lo que encontramos fue colchones, toallas higiénicas, botellas plásticas, papel desechable, cuchillos, plásticos”.

Y sin pensarlo más, pidió a Raíces del Manglar que le permitiera a ella y a otros seis niños, seguir incursionando en ese jardín entre el mar y la tierra, para poder limpiarlo. Esta es la historia de la niña que se convirtió en una guardabosques del manglar en Tumaco.

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