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Barichara recibe la Noche de Colombia

Barichara recibe la Noche de Colombia Sus calles empedradas, su arquitectura colonial y su agradable clima hacen del pueblo más lindo de Colombia la casa perfecta para recibir la Noche Radio Nacional de Colombia.

Por: Luis Carlos Pinzón

Hablar de Barichara es intentar describir el centro cultural del departamento. Un remanso cálido y tranquilo en medio de la golpeada geografía santandereana, ese que se rehusó a modernizarse y que mantiene viva la tradición de chocolate y pan a media mañana, del café charlado de parque, del tránsito silencioso del vecino.

El “patiamarillo” es alegre, amable y sonriente por naturaleza. En sus calles quedaron impregnadas guabinas, torbellinos y bambucos, donde también quedó espacio para los pasillos, la carranga y el son montañero, versados a forma de chascarrillos santandereano que a propio y extraños le robará una sonrisa. Sus saberes ancestrales quedaron tatuados en la memoria de sus habitantes, perfectos conocedores de la tapia pisada, la pintura en tierra mojada, la talla en piedra, la transformación del fique en papel.

Todos unos artesanos y tecnólogos experimentados en la ciencia de la cerámica, la piedra y el barro. Patrimonio Cultural de la nación, Barichara conserva esa mística colonial de al conocerla, sentir como se viaja en el tiempo. Sus andenes en piedra fueron testigos silenciosos de centenares de historias, de música que habla de otros tiempos, de relatos que se habrán perdido por los callejones que llevan al río Suárez, de leyendas de patriarcas, campesinos y combatientes que ayudaron a forjar lo que los ojos hoy ven.

Realizar La Noche de Colombia es un premio a la fidelidad de los oyentes de todo el departamento. Un ejercicio que permitirá al escucha acercarse a aquellos que le hablan todos los días al oído. Una celebración merecida para ambas partes que recompensará con buena música en el lugar más acogedor de Santander. Visitar Barichara es vivir su tradición. Este municipio de más de 300 años osa el título de ser el único lugar de Colombia que mantuvo la tradicional técnica de construcción en tierra, preservando en perfecto equilibrio entre lo propio y lo ajeno, dejando una puerta inmensa al visitante curioso sin perder su esencia. Su traducción del chibcha es “lugar para el descanso”, y efectivamente así es: una terapia para el cuerpo y alma.

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