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Los cansuizos, una tradición de paz

Durante décadas en algunos pueblos del norte de Antioquia los cansuizos han servido de acompañante de bebidas como la mazamorra y el aguardiente.

Por Juan José Macia. Corresponsal de Radio Nacional en Antioquia.

@juanetedemacia

Azúcar, coco, margarina y vainilla son los ingredientes con los que la familia Palacio de Ituango, Antioquia, ha fabricado desde hace aproximádamente 100 años los cansuizos, unos dulces empacados en papeles de colores y cuyo sabor puede transportar a quien los pruebe al hogar de la abuela.

En los tiempos cuando aún no existía carretera para llegar a este pueblo, se decía que los perros suizos eran la mejor compañía para quienes salían a cazar por las montañas del norte de Antioquia; por lo que el abuelo de los hermanos Palacio, quien fuera el creador de esta receta, no dudó en poner el nombre de cansuizos a estos dulces, como fieles compañeros de la historia de Ituango, Antioquia.

"Se decía que los perros suizos eran la mejor compañía para quienes salían a cazar por las montañas del norte de Antioquia, de esta historia viene el nombre de los dulces"

Mientras Doña Lucila Palacio amasaba y preparaba los dulces en su cocina, en las calles y veredas de Ituango hacían presencia miembros de diferentes grupos armados, quienes fueron factor determinante para que la historia de este municipio, y sobre todo de la familia Palacio, se viera teñida por la violencia. El secuestro y la muerte han estado presentes sus recuerdos. Benjamín Palacio, uno de los hijos menores fue secuestrado por el Ejército de Liberación Nacional en el año 1999 y recorrió las montañas de este municipio en compañía de esta guerrilla, quienes buscaban una retribución económica por parte de Víctor, uno de los hermanos mayores a cambio de su liberación:

“Eran 40 millones lo que pedían, logramos negociar y al final me liberaron por 10 que era lo por lo que podíamos responder” cuenta Mincho, como es conocido por sus amigos y familiares.

Veinte meses después de la liberación de Benjamín, fue asesinado por parte de la misma guerrilla su hermano Víctor; mientras tanta Doña Lucila, su madre, continuaba con la labor de endulzar la vida de los ituanguinos en medio del horror de la guerra y el dolor de la pérdida de su hijo, con el sabor de estos dulces.

Otro de los hermanos Palacio que ha vivido la guerra de cerca, es Jaime, quien se desempeña como inspector de Policía de este pueblo, y que debido a su labor ha recorrido montañas, corregimientos y veredas de Ituango encontrándose con la muerte de frente.

Fotógrama video Gobernación de Antioquia.

Hoy, en la casa de esta familia, ubicada a dos cuadras del parque principal, vive la esperanza de que los nietos de Doña Lucila e hijos de Benjamín y Jaime, puedan ser la primera generación de ituanguinos que conozcan su pueblo en paz. Ituango será una de las zonas veredales transitorias de normalización y con esta noticias se renueva la esperanza de un Ituango en paz.

Allí, en el calor de este hogar, hoy se respira tranquilidad y el aroma a cansuizo. Doña Lucila aún vive orgullosa de la receta heredada de su padre, y doña Georgina, una de sus hijas, labora a diario en la fabricación de esos dulces empacados en papeles de colores y que, como los perros suizos, han sido fieles compañeros de la historia de este municipio durante largos años.

Escuche aquí la crónica emitida en #HistoriaColombia

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