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Defensores de derechos humanos, una resistencia por la vida

La defensa de los derechos humanos en Colombia tiene voz y rostro propio.

Por: Fausto García.

“Creemos en nuestro país, estamos enamoradas de Colombia, no me voy a ir de Montes de María, a pesar de las continuas amenazas no vamos a salir del territorio. En el territorio nos quedamos y por la vida hasta la vida misma”. En la lectura puede leerse como un reclamo más, pero esta, es la voz de una de las tantas lideresas defensora de los derechos humanos, Mayerlys Angarita de la Organización Narrar para Vivir.

Según datos de la Fundación Paz y Reconciliación, desde el 24 de noviembre del 2016, momento en que se firmó el acuerdo de paz, han sido asesinados 153 líderes sociales, es decir uno cada cuatro días. Después de casi dos años, desde el momento que se dieron por terminadas las negociaciones entre gobierno y Farc, las expectativas son altas en los territorios donde en su momento la guerra era el acompañante del día a día.

La defensa en los territorios

Francisco Jácome hace parte del consejo comunitario del Alto Mira y Frontera en Tumaco (Nariño), que comprende 43 veredas con un promedio de 1700 familias. Su lucha y la del consejo se centra en la defensa de los derechos étnicos, trabajan con detalle en el análisis el punto 4 del acuerdo de paz que hace referencia a los cultivos ilícitos. “Es un trabajo que no ha sido fácil, hemos perdido compañeros en esta lucha, sentimos que el acuerdo de paz ha avanzado, pero de forma lenta en el tema de territorios”, asegura Jácome.

Otro territorio que ha sido golpeado por la violencia es los Montes de María, habitantes de esta región entre Sucre y Bolívar fueron testigos de masacres y desplazamientos. Hoy en día, líderes de derechos humanos siguen levantando su voz en medio de amenazas con el único objetivo de defender la vida, de llevar por medio de la palabra y la narración algo de convivencia.

Narrar para vivir

Mayerlis Angarita es una mujer que habla con fuerza, esa con la que se viste cada día para defender su territorio, es defensora del proceso colectivo Narrar para Vivir, trabaja con 840 mujeres víctimas del conflicto, en medio de ataques y agresiones en el 2000, se agruparon para ser una alternativa de resistencia y sanación en busca de la reconstrucción de la vida y un tejido social.

“Montes de María hoy es un ejemplo de resistencia a las acciones de las Bacrim. En el marco del acuerdo de paz y en la firma pedimos que se respete lo pactado en el tema rural, de victimas y participación política”. Es la descripción que hace Mayerlys de su territorio, el trabajo que hacen es llegar a las regiones apartadas donde el Estado no hace presencia.

A pesar de que tiene algunos reparos frente al acuerdo de paz, no duda en decir que lo apoya, no solo ella sino también sus compañeras, pero la mayor preocupación que tienen son las amenazas continuas.

“Este país no puede ser indiferente, no solo nos matan las balas, no está matando la indiferencia también. No vamos a dejar que nos arrebaten el territorio”, agrega Mayerlis.

El informe ‘Todos los nombres, todos los rostros’ de la organización política Marcha Patriótica, Indepaz, La Cumbre Agraria Étnica y Popular y la Fundación Henrich Boll Stiftung, indica que en el caso de las lideresas, de los 385 personas asesinadas del 2016 al 2018, 56 eran mujeres. En el año 2016 fueron asesinadas 18, en el año 2017 fueron asesinadas 26 y hasta mayo de este año 12 lideresas y defensoras fueron asesinadas.

Todos somos víctimas

Yanette Bautista es la directora de la Fundación Nidia Érika Bautista, su trabajo se caracteriza por brindar acompañamiento a familiares victimas de desaparición forzada. La fundación toma el nombre de su hermana, Nidia hacía parte del Movimiento 19 de Abril (M-19) y se dedicó al trabajo político de esta organización en Bogotá y Cali. Fue desaparecida forzadamente en Bogotá el 30 de agosto de 1987.

Esta es otra amenaza a la que se enfrentan líderes de derechos humanos, la desaparición forzada ha sido el motivo de lucha de Yanette Bautista desde 1997. “Nuestro trabajo ha sido muy duro desde que iniciaron los diálogos en el 2012, siempre dijimos que en la mesa de diálogos de paz se tuviera en cuenta las desapariciones forzadas como tema importante, porque en la desaparición forzada hay dos víctimas, la que se llevan y los que se quedan esperando su regreso”.

Derechos humanos después de los acuerdos de paz

El pasado 24 de agosto se cumplieron dos años del anuncio que le decía a Colombia y al mundo que finalizaban cuatro años de conversaciones entre Gobierno y Farc, llegaba a su fin el diálogo de paz. Estamos a pocos días de que se cumplan dos años de la firma histórica en Cartagena de fin del conflicto, mientras que Yanette, Mayerlys y Francisco siguen creyendo en el acuerdo de paz, sus reparos y observaciones son solamente eso, ellos no están en contra porque como dicen, “desde nuestros territorios apostamos a que lo pactado se implemente”.

Yanette, espera que el resto de Colombia se desvista de la indolencia e indiferencia “no recibimos de la sociedad una solidaridad con las víctimas. Nos sentimos solas, estigmatizadas y señaladas. Eso no es bueno para una democracia y un país que está en tránsito hacia la paz”.

El estudio del Centro Nacional de Consultoría y el Codhes Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento determinó que, entre enero de 2016 y junio de 2018, 311 líderes sociales han sido asesinados en Colombia.

En el mismo estudio se detalla que el 45 % de estas personas eran líderes comunitarios, el 23 % líderes étnicos, el 11 % campesinos, el 5 % líderes sindicales, el 5 % líderes juveniles, de mujeres, ambientalistas y mineros, el 4 % líderes sociales, el 3 % líderes de la comunidad LGBTI, el 2 % líderes de víctimas y el 2 % líderes de restitución de tierras.

La defensa de los derechos humanos en Colombia tiene voz y rostro propio, por eso cada reconocimiento a esta defensa, cada espacio que se permita para que los defensores hablen se convierte en un salvavidas para su lucha.

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